La ministra Margarita Ríos-Farjat ha propuesto que la Suprema Corte de Justicia de la Nación eche abajo una condena contra el periodista Sergio Aguayo Quezada.
Recordemos: hace tiempo, en 2019, la sexta sala civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México apoyó al exgobernador Humberto Moreira, quien había demandado por daño moral al colaborador del diario Reforma e investigador de El Colegio de México.
Brutal injusticia: la mencionada sala del TSJCDMX condenó a Aguayo a indemnizar con 10 millones de pesos a Moreira.
Claramente eso fue abusivo, por tres razones que no necesitan mayor análisis jurídico:
i.
“La libertad de expresión es más sagrada que dios, el rey y el Ibex 35 (las 35 más importantes empresas de la bolsa española)”, tal como lo dijo con sabiduría el señor Javier Gallego en publico.es.
ii.
Si la libertad de expresión es sagrada, entonces no cabe la posibilidad de excesos en su práctica, no al menos en el debate público entre personalidades con cualquier clase de poder, como es el caso de lo que escriben los periodistas sobre la gente dedicada a la política, grandes inversionistas, artistas con fama, futbolistas de primera división, etcétera.
iii.
Sergio Aguayo, como articulista de Reforma y de otros diarios, tiene entonces derecho —e inclusive obligación— de opinar lo que se le pegue la gana, en el tono en que se le antoje, sobre las distintas personalidades que participan en el gobierno, en el sector empresarial con presencia mediática, en las altas posiciones de las iglesias y en el mundo del espectáculo y del deporte.
Es apenas un acto de justicia que la ministra Ríos-Farjat haya decidido proponer que se anule la condena contra el académico Aguayo.
Pero hay varios problemas:
i.
¿Por qué la SCJN se ha tardado tanto en darle la razón al columnista de Reforma? Algo tan sencillo tuvo que haber sido decidido de inmediato, en automático. Sobra talento, experiencia y conocimiento en la corte como para no perder el tiempo buscándole tres pies al gato.
ii.
Alguien le dijo a don Quijote: “Váyase vuestra merced, señor, norabuena, su camino adelante, y enderécese ese bacín que trae en la cabeza, y no ande buscando tres pies al gato”. El caballero andante respondió: “¡¡Vos sois el gato, y el rato, y el bellaco!”.
¿Ya se enteró la ministra Ríos-Farjat de lo que ahora pretende el bellaco de la historia (bellaco: “malo moralmente y ruin”, definición tomada de internet)? Supongo que sí, ella es una mujer inteligente e informada. Pero, por si acaso no ha tenido tiempo de leer los diarios por estar ocupada en otros temas de la corte suprema, le cuento: el bellaco exgobernador Moreira ha demandado por segunda ocasión a Sergio Aguayo. Es decir, la pesadilla para este académico continuará.
iii.
Como se supone que la Suprema Corte Justicia de la Nación todo lo puede si se trata, precisamente, de hacer justicia, ¿no podría la ministra añadir un parrafito a su propuesta sobre el caso que discutirá con sus colegas? En efecto, algo tan sencillo como ordenar que los jueces de primera instancia manden mucho al carajo al tal Moreira; esta sería una orden que con champaña en mano obedecería de inmediato el presidente del TSJCDMX, el magistrado Rafael Guerra, sin duda un hombre absolutamente honorable y comprometido con las mejores causas sociales. Mínimamente la ministra Ríos-Farjat debe decir en algún mensaje que Moreira se está pasando.
Y de una vez, si no fuera mucha molestia, deberían doña Margarita y el resto de los ministros y las ministras exigir a todos los jueces de México, así sea solo en un discurso o desplegado, que la recomendación es no tomar en cuenta las demandas de daño moral contra periodistas, por injustas, porque representan gastos excesivos para el demandado y porque, en el mejor de los casos para la libertad de expresión, son pura pérdida de tiempo y de recursos.
Gertz Manero
Aclaro de saque que tengo la mejor opinión del fiscal Alejandro Gertz Manero. Lamento muchísimo, por lo tanto, que se haya metido en tantos problemas. El más reciente —y más complicado— tiene que ver con una grabación ilegal que circula en YouTube.
Quiero pensar que la grabación, además de ilegal, está manipulada. Pero, ni hablar, si mi sospecha es cierta,m qué bien manipulada está. Lo que sea, el hecho es que en la misma Alejandro Gertz parece decir que pactó algo así como un acuerdo absolutamente indebido con el ministro Alberto Pérez Dayán para dejar en la cárcel a la hija de la excuñada del fiscal.
Ya era bastante difícil para Gertz Manero justificar que haya estado en prisión, durante más un año, la señora Alejandra Cuevas. Ahora el fiscal está en jaque, y creo que la corte suprema le dará el mate. Si no fuera así, la partida la perdería el prestigio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
No tengo duda acerca de que la SCJN hará lo correcto. Su único pecado seguramente es el de no haber ordenado antes la liberación de Alejandra Cuevas. Pero, ni hablar, son los tiempos burocráticos del poder judicial que deberán agilizarse bastante porque la justicia no debe ser tan pachorruda.
Se criticó en su momento al presidente de la corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, porque no reaccionó como querían los familiares de Alejandra Cuevas cuando se arrodillaron frente al ministro para exigirle justicia. Lo cierto es que Zaldívar no podía hacer nada en ese momento:
“Yo no puedo prejuzgar sobre el caso, no lo conozco y no me corresponde. Pero sí les puedo decir que cada ministro de la corte votará de acuerdo a las constancias del expediente. Trataremos de hacer lo correcto por hacer cumplir la impartición de la justicia. Tengan confianza en la justicia de la corte”.
Arturo Zaldívar, ministro presidente de la SCJN
La hora de la justicia llegó y no tengo la menor duda acerca de que el fiscal Gertz Manero acelerará su caída. Porque, a pesar de su inteligencia y preparación —y de sus principios, que en mi opinión son sólidos— ya lleva demasiado tiempo cuesta abajo en su rodada y, por consecuencia, su posición ha dejado de ser defendible
Solo tiene Alejandro Gertz una salida al laberinto: renunciar ya. Si lo hace antes de la corte decida liberar a la sobrina de su cuñada, rescatará parte de su prestigio. Ojalá lo haga porque su trayectoria normalmente limpia y digna no merece el final que se anuncia después de que en la SCJN le enmienden la plana.
Federico Arreola en Twitter: @FedericoArreola