Aunque diga lo contrario, la senadora Lucía Meza es la primera baja de la contienda electoral a la gubernatura de Morelos. En política la forma es fondo. Después de notables desencuentros con figuras importantes del partido, de la caída en desgracia de su aliado Ricardo Monreal, y del encarcelamiento de su promotor el fiscal Uriel Carmona, la senadora se dio cuenta que es mejor seguir cobrando lo que resta de su periodo en el Senado y esperar ahí su destino político.
En la última visita de Claudia Sheinbaum al estado de Morelos, la senadora trató de generar un acercamiento, debido a que ella forma parte de otro grupo político, el de Graco Ramírez y Ricardo Monreal. Lucy Meza abordó de manera intempestiva a Sheinbaum, criticando la administración del gobernador Cuauhtémoc Blanco. Lo único que obtuvo fue un recordatorio de su relación con Graco Ramírez, y de los actos de corrupción de ese personaje. Aun así, Meza no perdió el ánimo, y en un movimiento audaz optó por presentarse como la coordinadora de la campaña de Sheinbaum en el estado, algo que fue desmentido por Héctor Ulises García Nieto y la coordinación morelense.
Tocar puertas con el nombre de Claudia Sheinbaum en la boca, le permitía a Meza no solo tratar de asociarse a la figura más popular en el estado después de AMLO, sino disminuir el rechazo al que normalmente se enfrenta cuando acude a la ciudadanía. Desafortunadamente para ella, hace unas semanas quedó al descubierto la forma de operar de la senadora, cuando un grupo de comerciantes cerró avenidas de Cuernavaca para exigir el pago pendiente por asistir al Informe de Labores de la senadora en Jardines de México, donde arrancó su campaña.
Solicitar licencia al senado se vio como un movimiento decidido en sus aspiraciones a la gubernatura, algo que otros aspirantes no han hecho a la fecha. Incluso pagó diversas encuestas que la colocaban al frente en la carrera por la gubernatura, algo que era ridículo considerando que llevaba todo su periodo como senadora sin hacer trabajo de tierra. La fuerte inversión que ha hecho la senadora incluye numerosos espectaculares y menciones en medios de comunicación tradicionales y digitales.
Desafortunadamente para la senadora, está pagando por todos sus pecados. Sus ligas con Graco Ramírez, Ricardo Monreal y Uriel Carmona le quitan cualquier posibilidad de contender por la gubernatura, y a lo único que puede aspirar es a un premio de consolación. Su reincorporación al Senado no es otra cosa que la confirmación de su desgracia política.