No hubo “ola roja” y se complica el escenario para los republicanos. En medio de lo que seguramente se volverá una agria discusión con acusaciones de fraude electoral y recriminaciones internas que también alcanzarán al expresidente Donald Trump, el Partido Republicano no se llevará el congreso y hasta el senado, cómo tenían contemplado hasta este martes.
Con una crisis económica y una inflación galopante, los republicanos tenían un regalo para arrasar con la administración de Biden en estas elecciones. Sin embargo, su ideología reaccionaria los hizo acabar con la protección federal a los embarazos, dándole una oportunidad en bandeja de plata a los mediocres demócratas para ostentarse cómo los defensores de las mujeres -pese a que tuvieron décadas para darle categoría de ley a estas protecciones-. Aunado al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la situación no terminó por ser tan favorecedora cómo se esperaba para los republicanos.
Observando la reacción de algunos medios de tendencia conservadora en Estados Unidos, existe una posibilidad de que los Demócratas conserven, a duras penas, ambas cámaras, lo cual sería un logro para el endeble Biden. Si los Republicanos logran hacerse de la cámara baja, vendrá una paralización que terminará de forma anticipada con el cuatrienio del actual presidente, a menos que logre movilizar a toda la población con un peligroso conflicto bélico. Se vienen tiempos peligrosos.