AMLO pierde el control de su sucesión presidencial y ya hay signos evidentes de debilidad y pérdida de poder. Luego de un espectacular e innecesario despilfarro de recursos, las corcholatas empiezan a caminar por cuenta propia y muestran menos respeto y obediencia.

Mientras que la traición se desborda entre colaboradores y familiares que juegan a la sucesión por encima de los intereses de Andrés, los golpes por debajo de la mesa sacan chispas y generan un fenómeno muy delicado para la salud democrática del país.

El desgaste de simular democracia

Desde que inició el proceso en junio pasado, fue por exigencia de Marcelo Ebrard que los verdaderos tapados del presidente, Ebrard, Sheinbaum y López Hernández renunciaran a sus cargos públicos. A partir de ahí la guerra de filtraciones de corrupción comenzó y cosas peores han salido a la luz.

Entre ellos se acusan de todo y aunque AMLO ha intervenido, como en el caso de los espectaculares, ya no le hacen caso. Es la radicalización que trae consigo la ambición por el poder. Todos los cercanos al presidente quieren influir en la decisión del seis de septiembre.

Hasta hoy, la cloaca que se ha destapado no tiene qué ver ni con la maligna prensa conservadora ni con los partidos de oposición, la información que ahoga el discurso del presidente no es producto de la politiquería, se trata de asuntos a los que solo tiene acceso su círculo más cercano.

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Salpican lodo

Mexicanos Contra la Corrupción difundió información que solamente pudo salir de gente del gobierno relacionada con el tráfico de influencias entre José Ramón López Beltrán y la empresa petrolera Baker Hughes.

En el documento se dan a conocer pruebas oficiales de que Pemex otorgó 27 contratos por 150 mdp a la división de Baker Hughes en Houston en los primeros cuatro meses en que José Ramón habitó “La Casa Gris”. En ese periodo, el dueño de la casa era Keith Schilling, quien se desempeñaba como presidente de la compañía en Canadá y a la par como director comercial y de ventas en el área de Houston. Estos contratos fueron adjudicados entre agosto y diciembre del 2019 por Pemex Procurement International (PPI), la filial en Texas de Pemex donde es directora Carmelina Esquer, hija del secretario particular de AMLO, Alejandro Esquer.

Para nadie es un secreto que los hijos de AMLO apoyan la candidatura de Claudia Sheinbaum. La respuesta vino desde las entrañas de palacio, de grupos que también apoyan a Sheinbaum, el vocero Jesús Ramírez y el secretario particular Alejandro Esquer presumiblemente pusieron a temblar a Octavio Romero, al lanzar una fake news con sendos comunicados mencionando que el Dr. Sergio Ayala Salvia sería el nuevo titular de la paraestatal.

Marcelo, el rompimiento

Por su parte Ebrard canceló las actividades que tenía programadas en el Estado de México que ya gobierna la aliada de Claudia, Delfina Gómez y en la CDMX donde gobierna su archienemigo y operador de la exregenta, Martí Batres.

Y, en lo que representa un rompimiento con el presidente, convocó a una conferencia de prensa para lanzar durísimas acusaciones sobre el acarreo, la publicidad y la guerra sucia en favor de Claudia Sheinbaum, además de exigir a la dirigencia de Morena no simular y tomar medidas.

“Lo que estamos viendo ahorita: están usando masivamente a la Secretaría del Bienestar, en todo el país. Están utilizando a los delegados para decirle a la gente que el presidente quiere que sea Claudia”.

Marcelo Ebrard

Por otro lado, la participación de los gobernadores en favor de sus corcholatas favoritas hace crecer un conflicto que enrarece el ambiente político y de seguridad. Sucede en Veracruz, Morelos y Guerrero donde apoyan a Claudia, o en Jalisco con Marcelo y en Tabasco y Chiapas con Adán Augusto, se replica entre secretarios de Estado que abandonan su labor para apoyar a uno u otro, como Rocío Nahle, Bartlett, Adriana Montiel o Zoe Robledo que presuntamente brindan recursos a Claudia. Ya nadie atiende su responsabilidad, todos están en la guerra sucia.

Faltan 10 días, las cosas se radicalizan y se dan con todo. Andrés pierde el control y vemos cómo sus allegados y familiares van por la libre utilizando los instrumentos del Estado para el terrible golpeteo.

Veremos si el presidente es capaz de escuchar las alarmas, porque está perdiendo el control de su sucesión y el país se le desborda entre problemas no atendidos y la inseguridad que cada vez está peor. Ojalá esta vez escuche que lo que vivimos es brutal o conozca algún chiste que lo haga reír mientras se da cuenta que no gobernó por mantener su poder y que está a punto de convertirse en víctima de las traiciones de los grupos que él mismo empoderó.

Twitter: @diaz_manuel