Cecilia era mi amiga. Cuando existe un lazo de cercanía entre dos mujeres que comparten profesiones, aficiones y gustos, la conciencia sobre la vulnerabilidad de la vida se hace manifiesta al momento en que una de las dos se va.

Si al menos, se hubiese ido de forma natural, la memoria sería distinta. En lugar de memoria, hay una lucha muy viva. Creíamos que a las mujeres valientes que alzan la voz, nadie se atrevía a tocarlas. Nos equivocamos. Llegamos a pensar que, al tratarse de mujeres activistas con luchas tan dignas e inequívocas, la justicia sería más pronta. Pero erramos de nuevo.

La historia de Cecilia Monzón es un grito de justicia en México, un país donde la violencia de género cobra vidas y encuentra respaldo en la impunidad, el poder y el abuso de los recursos de defensa. Recordar a Cecilia, su historia y la manera en que fue asesinada en un crimen atribuido a Javier López Zavala es una manera de insistir tanto a la Fiscalía, como al poder judicial, que su nombre no se olvida.

Mientras que en México la lucha es lenta, este miércoles se presenta un nuevo documental, producido por RTVE, en el que se explora la vida de Cecilia y la brutal realidad que enfrentan miles de mujeres mexicanas. A través de entrevistas con familiares, activistas y mujeres que Cecilia defendió, la producción captura su dedicación incansable a causas fundamentales y su rol como defensora de derechos de las mujeres. Además, el documental destaca la inquebrantable determinación de Helena en su búsqueda de justicia, exponiendo cómo, a pesar de las limitaciones, el amor y la memoria se convierten en resistencia. Es doloroso porque con las cenizas de una hermana que ha perdido, construye castillos de arena y cariño para un menor que algún día conocerá esta historia. Alquimista maestra de las transmutaciones, protege al pequeño de su propio padre, que, a la vez, es el agresor mortal de su madre.

El caso de Cecilia no es un hecho aislado; refleja una problemática estructural donde las mujeres enfrentan no solo la violencia, sino un sistema de justicia que les falla. Puebla es un lugar en el que todo ha fallado: una sociedad revictimizante, un pueblo que olvida pronto, un cambio de partido en el gobierno que ofrece dudas y un sistema que, en lugar de protección, brinda indiferencia; en lugar de acción, excusas. Este documental es un llamado a no solo recordar a Cecilia, sino también a exigir un cambio en las instituciones que permiten y perpetúan la impunidad. En honor a su memoria, la Ley Monzón plantea que ninguna niña o niño quede en mano del agresor de su madre por defectos de la ley.

Ojalá que este documental se exhiba en la plaza pública frente al Palacio de Gobierno de Puebla. Que se exhiban los privilegios que goza su agresor dentro de prisión. Que se cuestionen los vínculos que le permiten vivir con tranquilidad en una celda VIP. Que se exhiban los riesgos de alzar la voz, el acoso de los que matan en contra de quienes continúan las luchas de Cecilia. Que se le caiga la cara de vergüenza al que ordenó hacer lo que le hicieron. Que el miedo pueda cambiar de bando al entender que Cecilia, en talla internacional, se convierte en un emblema de tantísimas luchas representadas con girasoles. Que resuenen sus palabras, sus pensamientos, los anhelos no cumplidos, la expectativa de justicia frente a un sistema disfuncional. Ojalá que este documental exhiba a las autoridades mexicanas que han sido incapaces de brindar certeza a las víctimas de una atrocidad. Ojalá que la historia no le quite el acento a todos los que han fallado. Que el terror en que se ha sumido a una familia entera no le alcance a la inocencia. Ojalá que haya justicia para Cecilia Monzón.