En la mañana, mientras disfrutaba una deliciosa taza de té inglés con leche que culminaba mi frugal desayuno, leí en un tweet que se habían robado un avión del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Tuve que releerlo varias veces, pues mis ojos no daban crédito.
El reportero Carlos Jiménez señalaba lo siguiente: “SE ROBAN del @AICM_mx …un AVIÓN! La @FiscaliaCDMX inició una indagatoria por el robo d un British Aeroespace, Modelo Bae, Serie 800ª. Su dueño acusa q lo trajo d Chiapas a CDMX en 2022. Q lo resguardó en esta zona d hangares, pero q al ir a prepararlo para un vuelo ya no estaba.”
En otro tweet, resaltó que el dueño lo había dejado en los hangares del AICM y que cuando quiso ocuparlo, ya no pudo hacerlo porque ya no apareció:
“EL AVIÓN ROBADO en el @AICM_mx Este es el British Aeroespace, Modelo Bae, Serie 800ª, matrícula N591CF, reportado como robado en los hangares del AICM. Su último vuelo registrado es de Chiapas a CDMX. Su dueño denunció q fue por él, pero ya no estaba. @FiscaliaCDMX lo busca.”
Reportero Carlos Jiménez
Si leemos con atención, la trama está excelente para una película de acción, del tipo Misión Imposible. El protagonista guapo, lentes obscuros, y vestido totalmente de negro, baja del techo utilizando una cuerda, y sin que nadie se percate (ni siquiera la torre de control), el avión despega con rumbo desconocido, mientras un cielo arrebolado sirve de ciclorama y escuchamos de fondo la música típica de este tipo de aventuras.
Y es así, estimados lectores, cómo se hacen los chismes. Empecemos por el principio: desde 1994 existe un decreto que impide la operación de aviación privada en el AICM, pero siguió operando, incluso a pesar del fatal accidente en que falleció Juan Camilio Mouriño (2008). Fue hasta el 2013 que salió del AICM la última empresa de aviación privada y se mudó al Aeropuerto Internacional de Toluca.
Por esta circunstancia me extrañó de sobremanera aleguen que todavía hubiera un avión privado en el AICM; además debemos resaltar que en la denuncia no señalan de qué hangar fue donde se supone se realizó la extracción del equipo.
Tengamos esto muy presente, porque una mala información (o por lo menos incompleta) da por sentado muchas cosas. Y bueno, pueden decir que se trata de una declaración unilateral de alguien en una red social; pero desafortunadamente no fueron pocos los medios que “se fueron como gordas en tobogán” haciendo gran alharaca, y tomando como única fuente ese tweet.
Fueron muchos los tweets que se generaron a raíz de este supuesto “robo”, tan variopintos como divertidos, unos más exagerados que el otros. Me queda claro que cuando no se conoce bien a bien las instalaciones aeroportuarias, las especulaciones, alcanzan para muchas páginas de guion de película de acción.
Vayamos a los hechos: toda la mañana se habló del robo de un avión, que sucedió en las “narices” de la Marina; que seguramente el Peje se lo “robo”; que el director del AICM anda comiendo “camote”; uno que me hizo reír mucho fue quién preguntó “¿ya checó en el corralón?”; que si ya estaba en partes en la Buenos Aires o en la San Felipe. Pero más allá del ingenio tuitero, la realidad es muy distinta.
En el mundo de los hechos y no en el de la virtualidad, la historia es muy diferente, pues simple y sencillamente, no hubo ningún robo. Siento desilusionar a los amantes de las teorías conspirativas, pero tengo que admitir que alegraron mi mañana con tantas historias que armaron alrededor de este tema.
El aeropuerto publicó un posicionamiento, y a grandes rasgos dijo que este no tenía ninguna comunicación oficial por parte de las autoridades judiciales, para saber en qué condiciones estaba el equipo supuestamente robado de los “hangares” del AICM.
Posteriormente, se dio a conocer que la aeronave privada se encontraba asegurada por la Fiscalía General de la República (FGR); por lo tanto jamás se trató de un robo; y los medios interesados bien podrían ahondar en saber quiénes son los dueños de la aeronave y quiénes lo resguardan.
La confusión del dueño tiene su origen en que acudió a la Fiscalía de la Ciudad de México, cuando el AICM -y todas sus instalaciones- son consideradas zona federal; por eso asegura el dueño que “nadie le avisó del aseguramiento de la nave”.
Y como lo comentaba con un colega del medio aeronáutico, lo más seguro es que sea un pleito entre el dueño y los brokers de la aeronave. A veces existen muchas y diferentes historias detrás de un hecho, y no sería nada difícil que aquí se esté pretendiendo lavarse las manos, y denunciar un robo.
Ya vimos no fue un robo. Lo que sí se debe puntualizar e indagarse es ¿por qué se están rentando hangares para la aviación privada? De sobra sabemos que Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño ha estado manejando el AICM con mano de hierro, poniendo orden después de muchos años de anarquía en dicha terminal aérea. Este evento me extraña de sobremanera.
Ahora existen muchas madejas por jalar: ¿quién o quiénes están arrendado hangares en el AICM a una aviación en particular que ya no está permitida?, esperemos a que la Fiscalía General de la República y el AICM nos aclaren este punto, pues derivado de la saturación de vuelos comerciales, se ha estado tratando de mudarlos al AIFA. En el caso de la aviación privada, el Aeropuerto Internacional de Toluca es el encargado de manejar ese tipo de oferta de transporte aéreo.
Por muy atractivo que parezca, el punto es no “caer” de manera inmediata en una noticia escandalosa, y pegar el grito en el cielo, sin antes valorar y analizar si lo denunciado en un tweet es posible de suceder.