El ídolo de la oposición mexicana deja una estela de muerte y destrucción a lo largo de cinco décadas cómo experto en enfermedades infecciosas en Estados Unidos.

El Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, Anthony Fauci, ha anunciado su decisión de retirarse este diciembre, a los 81 años de edad.

Obviamente, leeremos en medios estadounidenses y en uno que otro internacional, incluyendo México, grotescos panegíricos elogiando a este burócrata, que se volvió millonario eternizándose en la burocracia dorada norteamericana, con un sueldo anual de medio millón de dólares (10 millones de pesos) y una fortuna calculada en 10 millones y medio de dólares, 21 millones de pesos mexicanos.

Nada mal cómo recompensa para un personaje oscuro, bajo cuya “supervisión” fallecieron más de 700 mil personas víctimas de la epidemia del VIH-SIDA (se llevaron a cabo, en décadas pasadas, protestas de la comunidad LGBT en contra del funcionario) y más de un millón de personas producto del Coronavirus.

Tanto Fauci, en su vocería fuertemente mediatizada cómo supuesto “contrapeso” a las barbaridades de Trump durante el primer año de la pandemia, cómo el Centro de Control de Enfermedades de EU (CDC, por sus siglas en inglés) erraron en múltiples ocasiones el mensaje respecto al control del coronavirus.

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Desde no recomendar el uso de cubrebocas, primero de tela y luego KN-94 o N-95, hasta el fracaso de los primeros “tests”, el fracaso fue enorme y causó millones de muertos a nivel mundial.

Queda también pendiente una investigación -que por intereses políticos, quizás nunca se haga- sobre el financiamiento del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas a laboratorios en distintas partes del mundo en donde se llevan a cabo estudios de “ganancia de función” en virus sumamente peligrosos para los seres humanos y otros animales.

Adiós Fauci, dejas detrás de ti un legado de millones de muertes, destrucción y complicidad con las grandes empresas farmacéuticas.

De aquí, al basurero de la historia.