¿Quién es el responsable del enésimo fracaso que acumula el representativo “mexicano”, o más bien, televisivo, de futbol?

En este caso, más allá de señalar a un director técnico, o un jugador en específico (aunque el desempeño en cancha sea su responsabilidad), esta derrota tiene varios padres:

1.- La mediocre Liga MX, que aprovechó el pánico de los primeros dos años de la pandemia de Covid para eliminar el ascenso y descenso. Si de por sí se producían y debutaban pocos elementos mexicanos, ahora su número es aún.

2.- Es la posibilidad de alinear hasta 8 jugadores extranjeros por equipo. Aunque destacan uno o dos jugadores en cada equipo con buena calidad, la mayoría son “troncos” que resultan más “baratos”, según los dueños, que invertir en fuerzas básicas, “scouting” y formación de talento mexicano.

3.- Son los sueldos inflados y millonarios en dólares para los jugadores mexicanos en nuestro país. ¿Para qué salir a arriesgarse a Sudamérica o Europa si aquí se vuelven ricos en un futbol mediocre?

Las columnas más leídas de hoy

4.- Es la corrupción en fuerzas básicas, en donde quién no va recomendado, a quién no llevan sus padres en camionetas de lujo, o quién no tiene dinero para sobornar a fracasados entrenadores de divisiones inferiores no pasa. Se acabó el encontrar a los nuevos ídolos del aficionado mexicano y en los barrios. Ahora los clasemedieros pagan para que sus hijos mediocres debuten en el fútbol profesional.

5.- Son los “partidos moleros”. Son las aficiones acríticas que se disfrazan de los nefastos personajes de “El Chavo”, cantan el patético “cielito lindo” y corean el mediocre “¡sí se puede!”, para terminar con el grito homofóbico.

6.- Son las televisoras que venden un producto mediocre como si fuera potencia.

Nada de esto es nuevo, simplemente, ahora la crisis se agudizó y se sigue tocando fondo. ¿Vendrá el cambio necesario para rectificar el rumbo a mediano y largo plazo? Sinceramente, lo dudo.