Desde el primer año de gobierno los legisladores de la Cámara Alta se convirtieron en grandes figuras y protagonistas de la política en nuestro país. Eso, por supuesto, marcó la pauta para meterlos en las competencias de elección popular que hemos vivido desde el 2021 hasta la fecha. Dado el nivel que ha mostrado el Senado mexicano, la mayoría de ellos se han instalado en las entidades del territorio nacional convenciendo a la ciudadanía del gran nivel político en función de los logros obtenidos hasta ahora.
Suena paradójico, pero, muchos de los que integran la fracción en Morena, son ahora suplentes. Por ejemplo, Hidalgo, Nayarit, Baja California, Oaxaca, Tamaulipas y Sinaloa tuvieron representación en la Cámara Alta y ahora encabezan los despachos estatales de cada una de sus entidades. Y para continuar con esa larga lista se unirán -sí la lógica se impone- Coahuila y Estado de México.
En ese sentido el Senado mexicano es, en este momento, el principal epicentro y escuela de formadores de alto nivel político. De hecho, es evidente que aún faltan perfiles pues hay procesos venideros que apuntan a que más legisladores podrán colocarse en la línea competitiva de las entidades, incluso del propio país dado que sus aspiraciones son válidas y legítimas como es sabido hasta hoy.
Por ejemplo, ya con la postulación oficial de Delfina Gómez y Armando Guadiana no tengo ninguna duda que, ambos legisladores, se sumarán a la lista de gobernadores emanados de Morena. De hecho, los dos senadores con licencia arrancarán la contienda -en unos meses- como favoritos pues las encuestas previas los colocan con un margen importante de ventaja como para vencer a los candidatos de la alianza opositora.
Es verdad que hay que tener en cuenta que, llegado el proceso, las elecciones se juegan y se ganan con votos, sin embargo, mucho depende de cómo llegan a la previa cada uno de los perfiles porque, al final de cuentas, es un punto clave a su favor.
Por ello, el Senado es y seguirá siendo una cantera de candidatos a los puestos de elección. Seguramente habrá más, no obstante, los más sonados -a futuro- son los legisladores Eduardo Ramírez, que buscará abanderar a Morena en el estado de Chiapas; lo mismo que Alejandro Armenta para Puebla. Se habla también de perfiles como Cristóbal Arias Solís en Michoacán para buscar un escaño en el legislativo federal.
Y, quien más ha logrado esa atención, es el propio Ricardo Monreal que buscará- igualmente que sus compañeros- abanderar a Morena en las elecciones del 2024, aunque esta aspiración es para buscar ser el sucesor del presidente López Obrador una vez que se avecinan los tiempos. De hecho, el nombre del zacatecano es quien ha resultado más atractivo entre la larga lista de perfiles que integran la bancada de Morena en el Senado de la República pues su nombre figura y está en el ánimo de un porcentaje importante de militantes y simpatizantes del lopezobradorismo.
En ese sentido el 2023 es clave para el proceso de definiciones; no estamos lejos, incluso la sucesión presidencial adelantada nos acercó tanto que, hoy por hoy, se habla únicamente de elecciones y posibles aspirantes. No obstante, el senado de la República sigue levantando la mano y será, una vez llegada la etapa, el epicentro de los perfiles para las competencias a elección popular.
Nadie puede negar su fortaleza legislativa y su gran conexión con la población civil dado que su capacidad comprobada son el sostén de las políticas públicas de la llamada Cuarta Transformación. Por esa razón, los senadores son grandes prospectos para las elecciones del 2023 y 2024 pues la Cámara Alta ha cumplido el compromiso de acompañar las iniciativas del presidente Obrador, tales como Reformas Constitucionales que, por cierto, se sacaron en consenso y unidad porque -el líder de la fracción de Morena- trabajó conjuntamente con las fuerzas de oposición al entablar diálogo y negociación que fue como se alcanzaron las metas trazadas desde el primer año legislativo.
Notas finales
Justo cuando hablamos de que la sucesión presidencial se adelantó, también se precipitó una descarada estrategia de publicidad a favor de una de las corcholatas. Resulta que, por todo el país, la imagen de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México aparece en enormes espectaculares que se han convertido en mecanismos de propaganda electoral anticipada. De hecho, la propia sociedad ha comenzado a quejarse de esa situación a través de las redes sociales para reclamar condiciones equitativas en un proceso sucesorio donde parece que hay libertad de acción para promocionar a Claudia Sheinbaum.
¿De dónde sale tanto dinero?, ¿quién patrocina esas campañas anticipadas? Lo cierto es que, sin importar las normas del INE, ha llevado a cabo una campaña descarada en manos de activistas a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Una vez lo comenté: qué no les sorprenda sí los órganos institucionales en materia electoral deciden retirarle los derechos a participar llegado el momento de inscripción pues hay una clara violación a los tiempos. De hecho, se ha cumplido más de un año desde que el presidente abrió el juego que, con publicidad a mansalva, promocionan a Sheinbaum.