Tal parecería que Don Ken Salazar, Embajador de Estados Unidos en México, tomó una máquina del tiempo y apareció en 1920 y no en 2020. En aquel entonces, envalentonados con las ideologías del “Destino Manifiesto” y “la Doctrina Monroe”, Estados Unidos manipulaba, quitaba y metía gobiernos a su antojo en América Latina y otras partes del mundo.

Ken Salazar señaló este miércoles que la relación entre México y Rusia “nunca puede ser tan cercana” como afirmó el embajador ruso Viktor Koronelli, al asegurar que la relación que existe entre ambas naciones es la más cercana desde la Segunda Guerra Mundial.

Lo único que logra Salazar con dichos señalamientos es que el gobierno de AMLO redoble su apego a la soberanía nacional y a la doctrina Estrada. La no intervención en los asuntos internos de otros países y el respaldo a la democracia.

Únicamente en una visión obsoleta e imperialista, la versión más debilitada de los Estados Unidos puede seguir pretendiendo imponer condiciones como lograron hacerlo hace 3 décadas, posterior a la caída de la Unión Soviética.

México, afortunadamente, cuenta con un gobierno que no compra pleitos ajenos. No impone sanciones, ni condenas, ni se involucra y expone a sus ciudadanos enviando armas, dinero o mercenarios a los grupos neonazis que se encuentran enquistados en las fuerzas armadas ucranianas.

Embajador Salazar, no olvide que México es un país soberano. Aunque le cueste trabajo.