El próximo 1 de diciembre se cumplirán cuatro años de la toma de posesión como presidente de la nación, de Andrés Manuel López Obrador. Por ello, es de interés público escribir algunos apuntes sobre la gestión educativa que ha llevado a cabo el gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación Pública, durante este tiempo.
El 12 de diciembre de 2018 López Obrador dio a conocer la iniciativa de reforma al texto constitucional de su gobierno en materia educativa (Artículo Tercero), con lo cual dio banderazo de salida a la “reforma reactiva” que intentó tirar (sin lograrlo) a la anterior “reforma estructural” en la misma materia; modificación impulsada en 2012-2013 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Con esos antecedentes, considero que hay tres aspectos relevantes que están sobre la mesa de la actual coyuntura política y en el análisis de la gestión federal del sector educativo: 1) El curso que tomará el proyecto de transformación curricular para la educación básica (SEP, 2022) anunciado durante los primeros meses del presente año; 2) Vinculado con lo anterior, los cambios que se han puesto en operación tanto en el perfil de los personajes que ocupan puestos de decisión en la SEP como en el contenido de la agenda de las políticas educativas nacionales; y 3) Las perspectivas de los cambios que se darán, o no, en los próximos meses en el terreno de la revalorización de las maestras y los maestros de educación básica y media superior del país, y el impacto que ello tendrá en la formación y el ejercicio del derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes.
1. Transformación curricular. A través de la SEP, en primer plano, el gobierno del presidente López Obrador inició en 2021 la actualización de algunos libros de texto gratuitos para la educación primaria. Aparte del conflicto creado por el recién nombrado, en ese tiempo, Marx Arriaga como director general de materiales educativos de la dependencia, se observó el problema de que la modificación de dichos libros de texto no tendría sentido si la estructura curricular (en sus lógicas interna y externa), así como los contenidos y métodos educativos se conservaban sin cambios.
En alguna ocasión utilicé la analogía para ilustrar lo equivocado de la estrategia del gobierno federal (SEP) en este rubro: Me referí al caso del charro que pone más atención o está más preocupado por la silla (libros de texto gratuitos como auxiliares didácticos) que por el caballo (currículo escolar y plan-programas de estudio).
Es evidente y está ampliamente documentado que se ha dado un giro de rumbo de las políticas educativas nacionales, en términos de una corrección de la estrategia referida: Hoy (2022) hay un menor énfasis en la actualización de libros de texto gratuitos para primaria y una mayor concentración en la transformación curricular. Con este cambio de orientación ¿Se podría suponer que el gobierno de López Obrador pondrá más atención al caballo que a la silla de montar?
Habrá que estar atentos al desenlace de estos hechos.
2. Cambios en la SEP. No solamente hay que anotar el relevo en la titular de la SEP, cuando en agosto pasado se anunció el nombramiento de Leticia Ramírez Amaya como la tercera responsable de la SEP durante lo que va del periodo de gobierno de la “4T”, sino también conviene registrar otros cambios significativos de funcionarios o funcionarias de alto nivel en la jerarquía de la Secretaría de Educación Pública.
Recientemente se dio a conocer (octubre, 2022) un cambio importante en el nivel de una dirección general de la SEP; me refiero a la de desarrollo curricular. Salió Claudia Izquierdo Vicuña y entró en su lugar Xochitl Leticia Moreno Fernández, cuya adscripción institucional de esta última, está en la Universidad Pedagógica Nacional, unidad Ajusco.
Claudia Izquierdo Vicuña es licenciada en Lengua y Literatura Hispánica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cuenta con estudios de maestría en Literatura Española por la misma institución. Es Maestra en Educación por la Universidad Interamericana para el Desarrollo. Ha dedicado más de 30 años a la actividad docente y al desempeño de diversas funciones en instituciones de educación privada. ¿Cuál es su experiencia y conocimiento en procesos de diseño, evaluación, análisis y transformación curriculares?
Un comentario exigente y fundamentado sobre el nombramiento de la maestra Izquierdo Vicuña da cuenta del desatinado nombramiento que se dio a favor de ella en la SEP: “La otra dependencia que encabeza este proceso de cambio curricular es la Dirección General de Desarrollo Curricular (DGDC), a cargo ni más ni menos que de Claudia Izquierdo Vicuña, del equipo de (Marx) Arriaga. Nada más para recordar, fue ella quien lo sustituyó en la Dirección General de Bibliotecas cuando Arriaga se fue a la SEP. Con una SEP formalmente a cargo de la titular más gris que hayamos conocido (Delfina Gómez), la mancuerna Arriaga- Izquierdo lleva la batuta en un proceso de cambio curricular a lo grande; de facto, el poder de decidir sobre algo que afectará a todos en este país, lo está ejerciendo este grupúsculo. Este hecho, por sí mismo, debiera preocuparnos. (Columna cortocircuitos. “Planes y programas de estudio 2022. Las cuentas de vidrio de Marx Arriaga”. Profelandia, 8 de febrero, 2022).
De Xóchitl Moreno Fernández sabemos que fue coordinadora de unidades académicas de la Universidad Pedagógica Nacional; fue también directora general de Educación Superior para Profesionales de la Educación (SEP); y que ha escrito textos sobre formación de maestros y análisis de la práctica docente, entre otros trabajos académicos.
Pregunta: El cambio de personas y el perfil académico de la recién nombrada directora de Desarrollo Curricular ¿Podría augurar una modificación significativa en el rumbo, es decir, en el abordaje y en la consistencia teórica y metodológica de la propuesta curricular para la educación básica por parte de la SEP? ¿Con este movimiento en las alturas queda fragmentado o debilitado el grupo político de Marx Arriaga?
3. Revalorización y de profesionalización de las figuras educativas. Mientras no haya una modificación sustantiva en las tareas principales de la Unidad del Sistema para la Carrera de la Maestras y los Maestros (USICAMM), sobre todo de su marco normativo (Ley del SICAMM), debido a su carácter excluyente y a las arbitrariedades cometidas en contra de docentes y directivos escolares de educación básica y media superior durante los procesos de promoción, la llamada “revalorización” del magisterio, será un asunto pendiente en la agenda de la gestión educativa federal “cuatroteísta”.
Sin duda, el asunto de la falta de revalorización y de profesionalización de las figuras educativas repercute en los procesos de formación de niñas, niños y jóvenes que participan en la escuela pública. Y si a ello le agregamos los microprocesos de rezago de los aprendizajes escolares, que se agudizaron en las aulas como producto del confinamiento (por pandemia), el cuadro crítico de la educación pública se vuelve cada vez más complejo y adverso para la sociedad mexicana.
Sólo le restan dos años efectivos a la administración del presidente López Obrador, tiempo en el cual es difícil que se modifiquen las principales líneas de trabajo trazadas a efecto de operar las políticas públicas educativas. Por ello pregunto: ¿Qué se podrá rescatar y en qué se podrá avanzar en este contexto y en estas condiciones institucionales y sociales? Ciertamente muy poco; sin embargo, conviene insistir en la necesidad de realizar ajustes de rumbo y en la toma de decisiones de política pública en este sector, por pequeños o medianos que parezcan, con mayor razón ahora en que se vislumbran importantes movimientos en la antesala de la sucesión presidencial de 2024.
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