El discurso de la oposición raya en lo ridículo. Pero eso no es todo, el patetismo de Xóchitl Gálvez no cautiva a nadie. Bailar y brincar no es, para nada, una estrategia que esté permeando en el ánimo social. La única realidad que impera en el ambiente político-electoral es la ventaja imponente de Claudia Sheinbaum en la carrera por la silla presidencial. Ayer, por ejemplo, el medio nacional Reforma divulgó su encuesta y, con elementos contundentes, ratifica el margen holgado de Morena. Seguramente eso provocó un golpe contundente en el cuarto de guerra del Frente Amplio por México que, sabemos, son adictos al choque sucio, como uno de los mecanismos más perniciosos del proceso electoral.
Leí el artículo que publicó ayer Ricardo Monreal. Existe, coincido con él, una desesperación de la oposición por verse incapaces de superar la crisis que viven. Aunque ellos lo nieguen, es evidente que hay una campaña sistemática para intentar denostar el ejercicio proselitista de Claudia Sheinbaum y, por supuesto, tratar de manchar la imagen del presidente López Obrador. A medida que los días avanzan, queda claro, la intensidad de la hostilidad va en aumento. Los mecanismos que utilizan, desde luego, son manipulaciones burdas que, al final de cuentas, terminan desnudándose ante la opinión pública que, sabemos, son quienes están calificando cada acción que los abanderados están llevando a cabo.
Coincido con Ricardo Monreal, la desesperación ha invadido al Frente Amplio. Los ataques, en su gran mayoría, son parte de la frustración de no poder avanzar en el ánimo social. De hecho, en la pasada elección la sociedad dejó claro que, para efectos políticos, la maquinación no sirve, mucho menos, un vocabulario soez. Hoy, en estos tiempos, ese tipo de instrumentos ya no influyen en la perspectiva social.
En pleno proceso, Claudia Sheinbaum es la única que ha propuesto seguir profundizando las políticas públicas de la Cuarta Transformación. Eso, evidentemente, se ha visto reflejado en todos los estudios metodológicos, incluyendo el de Reforma. Son dos dígitos de ventaja que, a estas alturas, es imposible de revertir.
Por esa sencilla razón, repito, hay frustración que vive en carne propia el Frente Amplio por México. Eso, entre muchas cosas más, explica el grado de desesperación y su conducta. Aun así, nada ha impedido el paso dominante de Claudia Sheinbaum y, por supuesto, su inminente triunfo el próximo dos de junio. Ella será, que no quede duda, la próxima presidenta constitucional de México. Lo más valioso de todo ello, es la fuerza que genera el pueblo que, a lo largo y ancho del país, ha manifestado su inclinación por la coalición “Seguimos Haciendo Historia”.
Definitivamente, está claro, estamos en presencia de la misma coyuntura que vivimos desde el primer periodo que López Obrador jugó por la presidencia. La guerra sucia, dada la incapacidad de la derecha por construir propuestas de impacto social, se convierten en mecanismos perniciosos que, a estas alturas, solo provocan más simpatía a la causa del lopezobradorismo. De hecho, ninguna narrativa ni estrategia, de cualquier índole, provoca la más mínima reacción. Ayer, de hecho, Reforma concluyó en la misma percepción que ha generado el clima ganador a nivel nacional. Inclusive, la gran mayoría de estudios concuerdan en los casi treinta puntos de ventaja a favor de la causa de Sheinbaum que, por cierto, no tiene a su disposición ninguna metodología, como falazmente acusa la oposición.
La oposición, a propósito, sí tiene un conflicto de intereses con la encuestadora México Elige. Curiosamente, es la única —de un sinfín de metodologías— que le da un margen corto de distancia a Claudia. De hecho, es la que presume el Frente Amplio por México. Si no supiéramos el vínculo que tienen con la derecha, quizá tendría más credibilidad. Es obvio que —los datos que muestra México Elige— están totalmente fuera del universo que se vive en la población civil. En cambio, precisos y confiables son, para dejarlo claro, todos aquellos sondeos que concuerdan en la misma tendencia. Leamos los datos que ha divulgado SDP Noticias, así como Roy Campos o Reforma, no se diga el estudio que publicó GEA-ISA. Todos ellos, por cierto, tienen un común denominador: coinciden en los más de treinta puntos de ventaja a favor de Claudia.
Lo demás, desde luego, es una guerra sucia para llamar la atención. Xóchitl, desde hace meses, perdió la elección. Es más, jamás estuvo a la altura de lo que significa un proceso de esta naturaleza. Por eso muestran desesperación y frustración. En su intento por persuadir a la población civil, han dejado claro que la derecha está dispuesta a todo. La buena noticia para Morena es que, para el próximo dos de junio, el pueblo de México ha decidido y, en efecto, Claudia seguirá haciendo historia al ganar la elección presidencial. Será consistente el triunfo, así lo dijo ayer Ricardo Monreal, quien es una de las voces más elocuentes del movimiento.
Notas finales
Donde también las condiciones están dadas para el lopezobradorismo, es en la capital del estado de Michoacán. Como sabemos, Carlos Torres Piña, ya con el apoyo de todas las fuerzas progresistas, es el abanderado de la izquierda en Morelia. Siendo así, el escenario luce muy positivo para la coalición “Seguimos Haciendo Historia”. De hecho, el exsecretario de gobernación, de acuerdo con las encuestas de opinión pública, ha provocado gran ánimo social. Torres Piña, de hecho, tiene todo el respaldo político de Sheinbaum, pues él, en la última visita de Claudia, fue partícipe de la gran manifestación social que se dio cita. Recordemos que, en medio de una multitud, más de 40 mil asistentes abarrotaron el emblemático Estadio Morelos. Eso, en aras de construir la ruta electoral, abona para recuperar, desde luego, lo que hemos denominado la joya de la corona, eso sí, con un movimiento que veo fuerte y vigoroso a unos días de que se oficialice la campaña.