Semana de #Formula1, semana de del #GranPremioDeJapón en el circuito emblemático de Suzuka; bendita la máxima categoría, que de vez en cuando, en el calendario nos junta dos o más grandes premios con diferencia de una semana entre ellos.
El Gran Circo está en tierras asiáticas desde la semana pasada cuando se dio el Gran Premio de Singapur, en el que el mexicano ganó por nota la carrera, siendo líder de inicio a fin.
En Singapur se esperaba, aunque con una muy remota posibilidad, la proclamación de Max Verstappen en el campeonato de pilotos de esta temporada; el hecho no se dio, después de una muy discreta actuación del neerlandés en Marina Bay, quien además cometió un error, como no suele hacerlo, que terminó por hundir sus aspiraciones para, por lo menos, subirse al podio junto a Checo Pérez.
Por lo tanto, una nueva oportunidad se le abre al piloto de Red Bull para que sea en Suzuka en donde se alce con el campeonato del mundo. Sería la joya de la corona, no solo por lo que representa el alcanzar el título, que además lo convertiría en bicampeón de la categoría; también significaría el homenaje predilecto, que en Red Bull esperan poder hacerle a quien los motorizó en los últimos años en la máxima categoría.
El Red Bull Powertrains, nombre actual de la Unidad de Potencia de los Toros Austriácos, en realidad es una propiedad intelectual adquirida de Honda, la compañía nipona de automotores que le brindó el tren motriz al equipo, con el que poco a poco se fueron acercando a su aspiración de ser campeones del mundo y que, justo de la mano de Verstappen, se aproximaron al objetivo, por lo menos, al colocarlo como campeón del mundo la temporada anterior ante el piloto inglés, Lewis Hamilton y su Mercedes.
El objetivo, al parecer se cumplirá este año cuando, además del campeonato de pilotos, se lleven el título como constructores; todo gracias a un motor diseñado y fabricado por Honda quienes se fueron de la Fórmula Uno en 2021, pero que le vendieron esa propiedad intelectual a los de Milton Keynes, para que siguieran por la misma ruta de desarrollo del motor.
Si Max se convierte en campeón en Suzuka, será un reconocimiento público a Honda en su país de origen, un homenaje más que merecido por el desarrollo del motor que acabó con toda una hegemonía de un piloto heptacampeón, y que para esta temporada, acabará con el dominio apabullante de Mercedes, en el rubro de los equipos constructores.
Es de esperar, entonces, que todas las baterías en el paddock de Red Bull estén cargadas hacia el monoplaza de Max, para que este brille como nunca en Suzuka y haga lucir a la compañía japonesa ante su gente.
Pero también es de esperarse que a Checo Pérez le den todas las herramientas que necesite, para cuidar las espaldas del #MadMax, porque seguro que en Ferrari y en Mercedes, no querrán ver el júbilo en Red Bull de forma tan anticipada, además de que buscarán arruinarle la fiesta a Honda.
Será una carrera muy interesante, el circuito de por sí se presta para regalarnos un Gran Premio bastante entretenido, desde el punto de vista del aficionado. A los pilotos, también les suele agradar el correr en el trazado nipón, y es seguro que se brindarán al máximo para ofrecer espectáculo en pista.
Lo que Max necesita para ser campeón, puede sonar simple, pero en la práctica no serlo. Tendría que ganar sí o sí la carrera, y además llevarse la vuelta rápida, para que matemáticamente no exista ninguna oportunidad de que su más cercano perseguidor, que es Charles Leclerc, vea algún respiro en sus posibilidades, muy remotas, para competir por el título.
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