En el debate presidencial de este domingo Claudia Sheinbaum se mostró como lo que en breve será: una jefa de Estado.
Y es que la actitud de Claudia fue en todo momento la de una mujer segura de sí misma y segura del éxito que tendrá en las elecciones del próximo 2 de junio, donde ganará la presidencia.
Las encuestas son contundentes. la candidata morenista arrasa en todas ellas y ganó el debate. Aquí en SDPnoticias desde muy temprano leímos el resultado de MetricsMx, en donde los entrevistados le dieron el triunfo a la ex jefa capitalina con el 66.7 por ciento, en tanto que Xóchitl Gálvez solo alcanzó el 24.6 por ciento.
Era de esperarse, Claudia tenía que conservar el temple ante los ataques y provocaciones de la panista, quien no paró de denostarla y culparla de tragedias de las cuales según ella era responsable.
La agredió en forma directa veintiocho veces y le puso el mote de Dama de Hielo, aludiendo a su “frialdad” frente a tragedias como la de la Línea 12 del Rébsamen.
Gálvez confundió el temple y firmeza con “frialdad” para hacer peyorativo el término, pero en realidad es un halago: Claudia deberá mantener la cabeza fría para tomar decisiones de Estado al llegar a la presidencia. Con Sheinbaum tendremos presidenta, con Gálvez tendríamos chistes y ocurrencias que no necesitamos en el país.
¿Tenía Sheinbaum la obligación de responder a los ataques? Claro que no. Hacerlo sería un error que le restaría puntos ante la opinión pública y eso era precisamente lo que Gálvez esperaba: sacarla de su centro para tener más motivos para acusarla de todo y de nada.
Será la Ley del boomerang o el Karma, pero mientras más le pone el pie mejor librada sale la ex jefa de gobierno capitalina, que mostró no solo propuestas, también exhibió los excelentes resultados durante su gestión en el gobierno capitalino.
Ante el buen trabajo y las pruebas, los adversarios callan.
El reto en lo que resta de la campaña es mantener esa tendencia: Una candidata ganadora que aplica la de “a palabras necias, oídos sordos” frente a otra candidata que en lugar de proponer se dedica a difamar.
No creo que haya problema. Claudia nos dio una cátedra de entereza y sabemos que será una magnífica jefa de Estado.