En cualquier terreno y escenario, Claudia Sheinbaum supera por completo a la precandidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez. Al mismo tiempo, la abanderada del lopezobradorismo está sentando las bases de su proyecto de nación; tiene un equipo multidisciplinario de primer nivel y, lo mejor para ella, el respaldo de la mayoría de mexicanos que, en ese sentido, anhelamos la continuidad de un gobierno auténtico que ha sabido, pese a la adversidad, poner en marcha la esencia de la plataforma de transformación. Eso, claro está, es el principal motor que alimenta los recorridos de Sheinbaum a lo largo y ancho del país.

Aún y cuando la derecha pone en marcha la guerra sucia en contra del presidente y de Sheinbaum, se impone una maquinaria de contención que, por supuesto, asume una responsabilidad social y política en la defensa del movimiento de izquierda. De hecho, cuando el Frente no disimula y muestra las más perniciosas estrategias de publicidad, el respaldo popular se hace sentir. Hay solidaridad y empatía con el presidente Obrador por el momento histórico que vivimos y que, a la postre, continuará con la llegada de Claudia Sheinbaum a la silla presidencial. La realidad es esa: Morena ganará con amplia ventaja una elección que, desde ahora, pinta para que sea de la misma magnitud del 2018.

A pesar de la mesura que ha mostrado una de las voces más calificadas del movimiento lopezobradorista como Ricardo Monreal, él mismo asegura que ganarán la elección presidencial y que Claudia será la presidenta constitucional de México. Lo dijo hace poco desde el pleno del Senado de la República, donde defendió a capa y espada al movimiento que representa. Lo hizo, claro está, con toda la justificación y la razón de su lado, y a sabiendas de que nunca se confía y prefiere, ya lo sabemos, redoblar los esfuerzos. Eso habla de la motivación que se vive en el cuarto de guerra de Claudia, que, como sabemos, se reúne constantemente con su primer círculo. Hablamos de Monreal, Adán Augusto y Mario Delgado.

Todos saben, en ese sentido, que los números favorecen a Sheinbaum. La encuesta de SDPnoticias, por ejemplo, ha medido a los protagonistas del proceso y, para el caso, Claudia arrasa en cualquier escenario, con casi el 60% de la intención del voto. Incluso, eso lo confirmó el estudio reciente de Roy Campos, que se publicó en el Economista. Fue, sin lugar a dudas, un muestreo muy similar que, como sabemos, será imposible de superar más allá de que la campaña oficial aún no arranca. Sin embargo, la lógica y las propias circunstancias hablan por sí solas: Morena doblegará de nueva cuenta a la derecha, que se muestra indefensa pese a la millonaria inversión y al dispendio que han puesto en marcha para tratar de desprestigiar al movimiento.

Los propios criterios o ponderaciones que midió Roy Campos, nos dan mayor claridad. En intención del voto, por ejemplo, Sheinbaum supera con más de 30 puntos a Xóchitl. Es decir, Claudia promedia casi 62% de la votación, mientras Gálvez tiene solamente el 30%. Es decir, una proporción de 2 votos a 1. Considerando esta ventaja, hablamos de una goleada en la cancha lopezobradorista. Es, ni más ni menos, un proceso saldado a favor de Morena, que ganará la silla presidencial y, con esa inercia, la mayoría de entidades federativas que estarán en disputa. Y, por si eso fuese poco, todo apunta a que el legislativo tendrá mayoría para modificar la Constitución y, con ello, seguir profundizando los cambios de la cuarta transformación que, por cierto, una de las figuras claves, como Ricardo Monreal, ha hecho posible desde esa trinchera.

A propósito, los datos de Roy Campos son muy positivos para Claudia Sheinbaum. En todos ellos, de hecho, supera a Xóchitl. Para darnos una idea, el rubro de conocimiento es potencialmente alto a favor de la precandidata de Morena. Para el Frente, en cambio, los negativos afloran con tópicos muy adversos para Xóchitl.