No entiendo al gobierno español, en verdad no lo entiendo. Sabemos que en España se rigen bajo un gobierno democrático donde hay votaciones para todos los poderes y se sigue un modelo que se aleja de la antigua monarquía.
También en la parte de los impuestos, hay un apartado para una especie de tributo a la monarquía que cumple funciones diplomáticas “con las naciones de su comunidad histórica”, es decir con los países que fueron conquistados por España que ahora son independientes. Se puede decir que su función es como el de una especie de árbitro y actúa cuando las cosas se ponen complicadas en los gobiernos españoles.
Aquí hay algo que no entiendo, muchos expertos en el tema dicen que los reyes españoles no atendieron la carta que les mando el presidente López Obrador porque cuando pasó todo lo de la conquista España ni siquiera era España sino un conjunto de reinos que a la postre se convirtieron en lo que ahora son.
Entonces lo que muchos llaman Iberoamérica en realidad no existe pues cuando los países fueron conquistados no había España. Entonces no existe una relación con las naciones de la comunidad histórica, porque históricamente el rey de la actual España no era el rey de los países o reinos que conquistaron América.
Dice la próxima presidenta Claudia Sheinbaum que el perdón engrandece a los pueblos y hacer un comunicado de la corona española pidiendo perdón por los abusos de la conquista hubiera terminado con este asunto hace mucho y le adelanto, hubiera unido mucho más a ambas naciones que tienen una historia juntos.
El perdón no avergüenza sino engrandece, dice Sheinbaum y es cierto. Ya en una ocasión el Papa Juan Pablo II pidió perdón por la utilización de métodos de intolerancia como la inquisición, al representar el anti testimonio de lo que se predica.
Mire que no sería la primera vez que los españoles pedirían perdón, lo están haciendo con los judíos sefardíes expulsados de España que les están dando de nuevo el derecho de tener la nacionalidad como forma de refrendar el gran error que tuvieron hace siglos, cuando tampoco eran España.
Los judíos sefarditas también fueron perseguidos como los pobladores de los pueblos originarios, fueron ofendidos básicamente por las mismas personas que no eran España en esos años.
Es curioso que el gobierno español busque reconciliarse con las familias de las personas que expulsó de su territorio y que persiguió por siglos y no busque reconciliación con los pueblos originarios de América a sabiendas que también fueron perseguidos y destruidos por las creencias y ambiciones de los antiguos dirigentes de esa nación.
Creo que no había un costo político en admitir que se les pasó la mano en la conquista y que por lo mismo les solicitaban disculpas a los pueblos originarios. Lo hicieron con los judíos, ¿por qué no hacerlo con los nativos de América?
Si le hubieran contestado la carta al presidente López Obrador no estuviéramos en la situación que tenemos ahora. Creo que Claudia Sheinbaum lo hizo bien, invitó al gobierno español pues ellos no tuvieron que ver en la conquista como tuvieron que ver los antepasados de los reyes españoles. Ya que la gente del gobierno español no quiera venir porque no invitaron al rey es bronca de ellos.
Si la función del rey de España es ser árbitro, es como si en un juego de estrellas Messi cancelara su invitación porque no invitaron a Pierre Luigi Colina.
Leía a Claudia Santillana que tuvo un viaje reciente a España y que la veían feo por ser mexicana. Yo hace algunos años viví en España y a los que ven feo no son a los mexicanos comunes sino a aquellos que creen que en España pueden hacer lo mismo que en México y aplicar el famoso “no sabes soy” al portero de un club nocturno. Los mexicanos que odian los españoles son generalmente los que consiguieron su nacionalidad porque su abuelo huyó de la guerra civil española y tienen el pasaporte además de una buena fortuna. O a los neoespañoles que muchos son esos mexicanos con antepasados judíos sefarditas. Les podría decir que a muchos les fascinan los pueblos originarios y también muchos piensan que se les pasó la mano en la conquista.
Un simple perdón en una carta oficial hubiera terminado con este capítulo y cuando suceda, seguramente las relaciones entre México y la corona española volverán a fluir.