Dos piedras más se sumaron esta semana a la lista de obstáculos (estorbos) que se aprestan para fastidiarle la existencia a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Además de la original, es decir, la impresentable Rosario Piedra Ibarra que logró ser ratificada como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), los Coordinadores de las dos bancadas morenistas en las cámaras del Poder Legislativo se estrenaron en el papel de piedras en el camino de la primera mujer presidenta de nuestro país, a quien seguramente no le perdonan que al ser ella la elegida como candidata, les echó por la borda su más grande anhelo de convertirse en presidente de la República, como era el sueño del líder de la fracción guinda en el Senado, Adán Augusto López Hernández y el coordinador en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila.

Lo que no deja de llamar la atención es que Andrés Manuel López Obrador se encuentre detrás de estas tres figuras que de ya, se están catapultando como antagonistas de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Las señales están a la vista de todos, porque justo así lo quiso el propio expresidente. El primer signo de alerta se dio el pasado martes en la Cámara Alta cuando aún sabiendo que Piedra Ibarra no era la favorita de Sheinbaum para presidir la CNDH, se echó a andar la maquinaria para operar en favor de la ratificación de quien no solo era la peor candidata de la terna sino de toda la lista de aspirantes que se registraron.

Tienen razón de sobra quienes afirman que la reelección fue un ejercicio más para cumplir otro capricho del ex mandatario tabasqueño, quien bien vale recordar, previo a dejar la administración, en una de sus últimas conferencias mañaneras, ya había “vacilado” con la ratificación de la hija de su amiga Rosario Ibarra de Piedra. Su enojo fue evidente cuando no se le tomó en serio. De ahí que la instrucción de la reelección fuera contundente. Quizá esa sea una de las razones por las que el inquilino de La Chingada hizo más evidente que era él quien había girado la orden.

Pero no queda clara la intención. Es decir, ¿Porqué en un tema que se puede considerar menor, Andrés Manuel López Obrador decidió emprender el primer juego ‘a las vencidas’ con la presidencia?

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¿Cuál es y dónde radica la fuerza de la presidenta? Esta es otra de las preguntas que surgieron esta semana. Ya se vio que en el Senado no la tiene. Adán Augusto López se catapultó como el brazo ejecutor de AMLO en la Cámara Alta donde también se hizo evidente que Sheinbaum no cuenta con quien le opere. Por el contrario, la presidenta tiene en la figura del también ex gobernador tabasqueño a un personaje que no le debe nada, y que algún rencor le guarda al dejarlo fuera de la contienda presidencial siendo que buscaba ser el sucesor de su amigo Andrés Manuel.

“Es un honor estar con Obrador”, es la arenga que se sigue escuchando en las dos Cámaras, porque Claudia tampoco tiene operadores en la Cámara Baja. Allá también le responden a Andrés. El coordinador morenista Ricardo Monreal es otro de los suspirantes por la presidencia vencidos por Sheinbaum, y tampoco le debe nada.

El exgobernador de Zacatecas también operó a favor de la reelección de Piedra. Un par de días después sorprendió al retomar el tema de la reforma fiscal. Un asunto que dijo es necesario, y amagó con que se tendrá que dar una redistribución de la riqueza para favorecer a los que menos tienen. Una declaración que obligó a la presidenta a salir a atajar el tema en su conferencia mañanera para ‘calmar las aguas’ y apagar las alertas que ya se habían encendido por todo el país.

Un video donde se observa a Monreal hacer uso de un lujoso helicóptero (del cual todavía se desconoce a quien pertenece) provocó un nuevo enfrentamiento con la presidenta, dado que en entrevista con los medios de comunicación, admitió que frecuentemente usa dicho medio de transporte y advirtió lo seguiría haciendo porque no es hipócrita, propiciando que nuevamente saliera Sheinbaum a fijar una postura: “Es una decisión de él, yo siempre he pensado que nosotros debemos ser un ejemplo a la sociedad y que no debe haber gobierno rico con pueblo pobre”, subrayó, no sin antes mencionar que el diputado debía dar una explicación.

Ello bastó para que Ricardo publicara un video ofreciendo disculpas y anunciando intentará “no se repitan este tipo de situaciones”.

Lo bajaron de la nube en pleno vuelo, como dicen por ahí.

El tema es que será interesante observar qué hará la doctora Sheinbaum tras la ya mencionada afrenta que ha tenido que encarar en los últimos días y que de no poner un alto a tiempo le pueden convertir el sexenio en una pesadilla un tanto cuanto peor de lo que ya pinta.

¿Tomará distancia de algunos personajes de su partido? ¿Cortará cabezas y hará nuevos nombramientos? ¿Limitará apoyos? ¿Pondrá límites? ¿Dará un golpe de timón? Ya veremos.

Por ahora, aunque parece que ya va tarde, ha puesto en marcha lo que llaman “Construyendo el segundo piso de la Transformación”, que en días pasados presentó el diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar. Un movimiento independiente de partidos políticos, con el objetivo dijo, de impulsar las acciones e inversiones del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, y compartir el bienestar y la prosperidad que estos generen.

Acompañado por el diputado federal, Eruviel Ávila Villegas, señaló, se busca “crear un ejército de millones de constructoras y constructores, que recorrerán las 32 entidades del país para acercar los programas, los nuevos derechos sociales y las grandes inversiones en infraestructura que se tienen proyectadas a partir de 2025″.

Sheinbaum está intentado construir un ejército propio, que le responda a ella. Pero será muy complicado. Sobre todo cuando es “Andy” (Andrés Manuel López Beltrán) quien ocupa la Secretaría de Organización de Morena, y será quien reparta las próximas candidaturas para subsecuentes elecciones. De hecho, no hay que hacer oídos sordos al mensaje que dirigió esta semana al morenismo con motivo del cumpleaños de su padre. “Vengo muy contento porque ayer fue cumpleaños de mi papá, de Andrés Manuel López Obrador. Ayer estuve con él y me dio mucho gusto verlo pleno, contento, sano, pero sobre todo, verlo lleno de fuerza y esperanza y hacia adelante”, dijo. El mensaje que dio el junior fue: “El que manda soy yo”. Y culminó con “Viva Andrés Manuel López Obrador”, “Viva Tabasco”, “Viva Morena”, y, finalmente, “Viva México”.

¿Y Claudia?

¿Qué pretende Andrés con ese golpe que dio en la mesa y colocando tres piedras en el andar de la doctora Sheinbaum? No parece tener lógica que cuando recién ha cumplido 45 días como presidenta de México, López Obrador haya decidido hacer gala de su fuerza y hacerlo, insisto, en un tema bastante menor.

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@salvadorcosio1