Ahora que Claudia Sheinbaum reciba su constancia que la acredita como ganadora de la elección del pasado 2 de junio, la perspectiva irá acrecentando en la medida que los días de la toma de protesta se acorten. La voluntad del pueblo, en su inmensa mayoría, eligió que los destinos del país sigan en manos de la llamada Cuarta Transformación. En el caso de México, sabemos, atraviesa por un momento de estabilidad en sus políticas públicas que, desde tiempos de campaña, empujó el ahora presidente López Obrador. Eso, de nueva cuenta, será posible con el triunfo abrumador que, con ese efecto, hará posible tener mayoría calificada en el Congreso. De hecho, es cuestión de días para que el Instituto Nacional Electoral defina la cantidad de legisladores por la vía proporcional. Serán, ni más ni menos, cerca de 248 diputados de Morena, de acuerdo con los cálculos que se han hecho.
Aunque eso se defina en los próximos días, es cuestión de tiempo para llegar al desenlace que la mayoría de mexicanos hemos ratificado a través del mandato popular de quienes ganaron en las urnas. Me refiero al proyecto de reforma al poder judicial. De hecho, desde el arranque de los diálogos o el parlamento abierto hay muchos aspectos que coinciden en los ajustes inminentes en esa materia. Es verdad, será un tema que se discutirá en el pleno por largas horas y jornadas. Más allá de eso, no tenemos ninguna duda que la iniciativa se aprobará por el ánimo positivo que se percibe y, desde luego, por la fuerza que la coalición Seguimos Haciendo Historia tiene en su poder. En el debate, de hecho, los principales protagonistas de la 4T han salido a defender a capa y espada cada elemento que contiene el contenido en el rubro judicial.
A partir de ello, sabemos, el tema irá a parar a los congresos locales para darle formalidad constitucional. Gracias a la consulta y al inmenso respaldo social, las entidades federativas serán, evidentemente, punta de lanza en la aprobación del tema. La misma Claudia Sheinbaum, en reiteradas ocasiones, se ha reunido con los gobernadores y gobernadoras del territorio nacional. Recordemos que, hace más de dos meses, la abrumadora victoria de Morena provocó un efecto aplastante en los distritos locales. Con esa presencia dominante, es altamente probable que la minuta salga sin contratiempos. Y no solamente ha sido ese rubro el que Sheinbaum ha abordado con los mandatarios estatales. A través de esa comunicación, a propósito, la presidenta electa ha ido esbozando parte de las prioridades de la agenda común que tiene en el país.
Solo para poner un ejemplo, Claudia Sheinbaum, hace un par de días, se reunió con gobernadores del centro y occidente del país. Estamos hablando de mandatarios que, a nivel nacional, han recibido el mayor respaldo ciudadano. En Michoacán, ha trascendido la reunión que sostuvo la presidenta electa con Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador constitucional. Recordemos que, hace unos meses, la entidad purépecha, en términos porcentuales, aportó muchos votos a la causa del lopezobradorismo. Para ser más exactos, ganó la inmensa mayoría de distritos locales y federales. En ese mismo periodo, queda claro, fue crucial la operación política que puso en marcha Bedolla, que, a lo largo de estos años, ha demostrado estar a la altura de las circunstancias. De hecho, hace unos días fue calificado, de acuerdo con una ponderación mensual, como el quinto mejor gobernador de México en respaldo y confianza.
Y como Claudia Sheinbaum ha prometido acciones en esta fase de transición, se abrió el compás para que —algunos gobernadores del país— presentarán algunos proyectos de obra e infraestructura. Partiendo de la premisa qué la próxima presidenta constitucional autorizará obras de gran impacto en cada una de las entidades del país, se han generado las condiciones para fortalecer esas políticas públicas en Michoacán. El propio Alfredo Ramírez, en entrevista con Sheinbaum, abordó la importancia de alcanzar un nivel óptimo de desarrollo en ese punto estratégico de México. El crecimiento económico, con una infraestructura bien diseñada, fue el objetivo común entre ambos. A corto, mediano y largo plazo, es un hecho, Michoacán tendrá acciones de beneficio colectivo a través de un trabajo coordinado entre el Estado y la federación. De manera particular, en efecto, se hablaron de bosquejos concretos que, además de mover la economía a otras latitudes, mejorarán la movilidad a través de una red carretera que resulte ser ese nivel que la población civil requiere. Eso será posible, ya lo dijimos, gracias a la coordinación entre Bedolla y Sheinbaum. Ellos, por cierto, tienen una franca relación de amistad que se ha visto claramente reflejada en las conquistas de la 4T.
Así que, con ello, la relación de Claudia Sheinbaum con los gobernadores, atraviesa su mejor momento en la comunicación a fin de generar mecanismos que, a la postre, tengan repercusiones positivas, especialmente en la infraestructura. De hecho, Sheinbaum, con ese compromiso que ha mostrado, tendrá resultados satisfactorios en los primeros meses. Además de ello, claro está, la próxima presidenta constitucional, con un Congreso que se volcará a respaldar sus proyectos, será también un sostén para alcanzar los objetivos que se han trazado. Uno de ellos, desde luego, es modificar el marco constitucional en ese interés común que existe para democratizar el país, concretamente con proyectos como el de la reforma al poder judicial.
Para ello, Sheinbaum se ha ido asegurando de coordinar esos trabajos no solamente a nivel federal, sino a lo largo de las entidades federativas donde, por cierto, los gobernadores son claves para seguir en el camino correcto de la transformación. Y sí, Claudia, en ese sentido, nos ha demostrado que sabe tejer fino.