A partir de que abrió el juego sucesorio se intensificó el activismo político de los aspirantes de Morena a través de ceremonias, presentaciones y eventos ruidosos que han tenido como fin, acelerar el posicionamiento de cada uno de los actores.
Se vale siempre y cuando no se rebasen las reglas del órgano electoral que prohíben actos y publicidad anticipada de campaña
Después de todo el propio presidente centró la atención en ese proceso no solamente al nombrarlos, sino también para impulsarlos lo que ha representado, en términos políticos, piso disparejo ante las circunstancias pues todo indica que tanto Claudia, Marcelo y Adán, son los preferidos del club presidencial.
Es aquí en qué la coyuntura resulta desigual porque se ha dado prioridad a tres aspirantes presidenciales cuando la propia militancia y simpatía de Morena reconoce a cuatro.
Incluso las propias mediciones -en buena parte de los ejercicios que han sido publicadas- confirman a cuatro suspirantes a la presidencia conocidos y reconocidos por la población civil.
Tal vez en Palacio Nacional solo reconocen a Claudia, Marcelo y Adán, porque así se ven las cosas desde adentro. Sin embargo, afuera las mismas bases empujan a Ricardo Monreal que también es reconocido como aspirante presidencial de Morena al generar impacto positivo.
A pesar, de la exclusión que vive él en carne propia, eso dificulta pero no imposibilita a ser el abanderado de lopezobradorismo en un futuro pese a lo que digan las encuestas.
De hecho, esas mismas encuestas son el reflejo de las propias circunstancias desiguales que han llamado la atención dado que, el respaldo oficial de la presidencia, se inclina a favor de Claudia, Marcelo y Adán.
Aunque también es cierto que pese a ese impulso, algunos aspirantes alcanzaron su techo, incluso han descendido porque le siguen apostando y se conforman -con la propia tribuna que les brinda el presidente sin tomar en cuenta que, a futuro, puede ocurrir todo lo contrario- en la naturaleza política, llega un momento de desgaste que es inevitable.
Si comparamos las encuestas de mayor credibilidad en nuestro país nos podemos dar cuenta de esa situación, algunos de los factores que han incidido, son precisamente el impulso de Palacio Nacional.
Ese papel influye, pero no será determinante puesto que la decisión recaerá en la población civil que aquí mismo hemos constatado en virtud de que, el propio Ricardo Monreal, ha crecido en respaldo social dentro de Morena pese a las barreras que existen.
Esto significa que, efectivamente, sí favorece el impulso oficial desde Palacio Nacional, pero no será decisivo, repito, porque buena parte de la población civil no tiene confianza en los métodos de elección ni mucho menos en las acciones de impulso que adquieren cada uno de los aspirantes preferidos como los casos que citamos anteriormente, que además de claros, son obvios.
A pesar de ello, el propio Monreal está dando la pelea dentro de Morena puesto que la clave es, hoy por hoy, buscar el respaldo popular a través de una propuesta que no sólo profundice las políticas del presidente Obrador, sino que las fortalezca con base a las necesidades sociales que siguen predominando en gran parte de la geografía.
Se puede decir que Monreal, es el único que trabaja en aras de una plataforma política.
En cambio, el club presidencial no parece preocuparse por ese tema sino por figurar, como lo siguen haciendo, en la las pasarelas presidenciales que no es otra cosa más que promoción de imagen que terminarán, sino no atienden el llamado a la unidad, en una división interna pues sería una pena que, desde este momento, hubiera un favorito (a) en la cúpula del poder
Eso solía ocurrir en los partidos tradicionales; esperemos que en Morena no. Qué sea la democracia y la pluralidad la que reine en el proceso previo.
Sin embargo, hasta ahora hemos vivido un desarrollo inequitativo donde se ha corroborado el propio impulso presidencial que siguen recibiendo los tres aspirantes favoritos de Palacio Nacional (Claudia, Marcelo, Adán) ya que son considerados, por mucho, el club de las “corcholatas”.
Paralelamente, llevan a cabo una campaña abierta de publicidad y propaganda con pintas y espectaculares en las calles, lo que también es considerado una ventaja, pero también una clara falta a las reglas internas de actos anticipados de campañas a favor de quienes están realizando.
Pese a que se han negado a aceptarlo, es obvio que hay preferencias por Claudia, Marcelo y Adán Augusto, sin embargo, ahí sigue Ricardo Monreal, que insiste en la marcha de este proceso como un rebelde con causa.
La causa es que él, como los otros tres aspirantes, tienen todo el derecho político de competir con reglas claras y democráticas en un partido que se supone hace valer la pluralidad.
Pero eso no basta; son los hechos los que demuestran la voluntad de abrir el proceso sin sesgos ni exclusiones. Empero, insisten en limitar el acceso partiendo de lo que realmente acontece.
Por ello, son obvias las preferencias.