He leído el juicio de Jesús varias veces y el punto final sencillo es que la justicia colectiva le condenó. Al momento de poner a un personaje a salvo, el pueblo eligió a Barrabas condenando a Jesús en una historia que conocemos ya.
Supuestamente, Barrabas era un ladrón famoso a quien la gente prefirió salvar.
El asunto es que las masas, según esta lección bíblica, se pueden equivocar y de hecho, lo hacen.
Ante la elección judicial, creo que existen vías de participación más directas como los juicios de jurado.
Cuando tuve un viaje a Girona, en el jurado popular compuesto por ciudadanas y ciudadanos comunes y corrientes, se definirán las causas populares que causaba mayor indignación.
En aquel momento, se trataba de un enfermero perverso que cometió violaciones y abusos dentro de un hospital geriátrico.
El hecho es que si fuéramos prensa de aquel momento, Jesús sería el peor.
Desconfiemos. De todo y de nada, de lo posible y lo imposible.