Leí la detallada nota de SDPNoticias acerca del protocolo London Bridge, diseñado por la casa real británica desde que se complicara el estado de salud de la reina Isabel II, una mujer que se ganó por muchísimos motivos un lugar en los capítulos estelares de la historia del siglo XX e inclusive del siglo XXI.
En la información que se ha difundido se habla de ceremonias funerarias de 10 días de duración, aunque podrían ser todavía más.
Aunque lo que se conoce hasta el momento sobre ese tema no lo precisa, supongo que la diplomacia del Reino Unido organizará un acto funeral mayor en la Abadía de Westminster, al que se invitará a los más importantes jefes de Estado.
México es uno de los países más poblados del mundo, su economía es enorme, se le admira por su cultura y su sistema político es respetado por democrático.
Entonces, si se diera el caso, se invitaría a ese funeral de Estado a nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Entiendo que a Andrés Manuel no le gusta viajar al extranjero. Estoy seguro de que, si se le invitara, su primer pensamiento sería enviar a su esposa, Beatriz Gutiérrez, como su representante personal.
Sin duda, Beatriz cumpliría más que satisfactoriamente con el encargo, pero creo que ella debería asistir como acompañante del presidente de México.
Se equivocaría Andrés Manuel si lo invitaran y no asistiera.
Nuestro presidente entiende la relevancia de los invitados internacionales en los eventos importantes de un país.
Con orgullo AMLO anunció que el 15 de septiembre estarán en México personalidades como Martin Luther King III, hijo del héroe estadounidense del mismo nombre; Aleida Guevara, hija del Che Guevara, y Stella Moris, esposa de Julian Assange, fundador de Wikileaks, etcétera.
AMLO se sentiría decepcionado si alguno de sus invitados no asistiera y enviara un representante. Entonces, el presidente de México no debe fallar si lo invitan al funeral de Estado de Isabel II, una figura mayor de la historia universal de los últimos 70 años. No basta con un tuit.