Con la llegada de las campañas electorales, crece el uso de la nueva Aerolínea del Estado Mexicano -de nombre comercial Mexicana de Aviación- como bandera política y para hacer proselitismo.
Por supuesto, Mexicana de Aviación sirve para aseverar que es un total fracaso, una locura que nos va a salir muy caro a todos los contribuyentes, y que no tiene razón de ser.
Entiendo que mucha gente no vea la importancia de tener una aerolínea bandera en el país; sabemos que los conceptos abstractos como “soberanía aeronáutica” a muchos no les dice absolutamente nada, y centran sus críticas en que la aerolínea no está generando de ganancias.
Me encontré en medio de una “discusión” sobre este particular, y mi interlocutor retomó una nota de INFOBAE para decirme que lo mejor que puede suceder, es que cuando Xóchitl asuma la presidencia, cierre esa línea aérea que “rescató” Andrés Manuel López Obrador.
Aunque la discusión se dio en redes sociales, me queda claro que mi interlocutor no es el único que a la fecha sigue repitiendo la retahíla de ideas equivocadas que algunos intereses han dejado en el imaginario popular.
Lo argumentado y contra argumentado me hizo recordar una frase de Antonio Machado: “Todo necio confunde valor y precio”, y sabemos que el malvado descansa algunas veces, pero el necio jamás, así que ni modo, vayamos una vez más al principio.
El presidente de la nación no rescató a Compañía Mexicana de Aviación, cuya concesión seguirá vigente hasta el año 2030. Lo que hizo fue adquirir la marca, pagando por ella a los trabajadores que laboraron para dicha empresa de aviación. Pero son empresas y razones sociales completamente distintas.
Después, salió a decirme que “nadie nos quiere vender aviones”, por eso la nueva Mexicana está operando con aviones viejos del ejército. Aquí es pertinente hacer otra aclaración: actualmente las aerolíneas no compran aviones; aunque ustedes, mis estimados lectores, vean titulares tan llamativos como “American Airlines sale de compras”, o “American Airlines realiza mega compra de más de 300 aviones”, el primero de “El Economista” y el segundo titular del “Excélsior”, las aerolíneas no compran aviones, todos se rentan.
Quienes adquieren estos equipos son las empresas arrendadoras, que son las encargadas de colocar los equipos en las distintas aerolíneas, y esto se hace principalmente para optimizar costos.
Antes, hablando literalmente del siglo pasado, las líneas aéreas compraban los aviones directamente con los fabricantes, sin embargo, como todo en este mundo, la tecnología avanza a pasos rápidos y agigantados, y varias aerolíneas se quedaban en relativamente poco tiempo con equipos “viejos”, descontinuados y obsoletos, de los que era difícil deshacerse.
Justo ahí entraron al quite las arrendadoras, y los contratos mercantiles de “arrendamiento puro” o “leasing” en términos anglosajones. Por eso no me cansaré de decirlo: ¡no!, Mexicana no ha tenido problemas para comprar aviones, porque no busca hacerlo.
¿Qué es lo que sí ha pasado? Pues algo muy parecido a una tormenta perfecta. Primero, “gracias” a todos los problemas que atraviesa la fabricante de aviones norteamericana Boeing, las arrendadoras se han visto en serios aprietos para cumplir con las fechas de entregas a sus clientes.
Mexicana buscó arrendar 10 aviones modelo B737-800NG; no obstante, al final estar esperando por este retraso le estaría beneficiando. Sí, así como lo leen, pues la falta de entrega de los equipos les ha permitido, a quienes gestionan la línea aérea, darse cuenta dentro de las operaciones diarias -y no solo en el papel- cómo está respondiendo el mercado ante la salida de la nueva aerolínea.
Y vamos de lleno a ello: en la diatriba que sostuve, dije que la nueva Mexicana está muy por detrás de las otras líneas aéreas nacionales. Y es que la nota de INFOBAE que mi contraparte en el debate usaba como sustento, habla de las cifras que ha registrado la Secretaría de Turismo (SECTUR) hasta el momento, y sí, de una lectura lega, inocente e ignorante, las cifras nos harían aseverar: “la nueva Mexicana ni figura”.
Pero, primero tenemos que considerar que sus competidoras llevan ya muchos años en el mercado. Volaris, está de manteles largos festejando por todo lo alto sus 18 años; VivaAerobus tiene 17 años operando en el mercado; y Aeroméxico como marca comercial cumplirá en septiembre de este año 90 años, y es que no debemos olvidar que la empresa original era Aeronaves de México, que operó hasta su quiebra en 1988: La marca la detenta ahora Aerovías de México, quien está próxima a cumplir 36 años volando.
La nueva Mexicana de Aviación arrancó operaciones el 26 de diciembre del año pasado, y no ha cumplido ni medio año; tiene escasos dos meses, y trabaja con lo que “le dejan” las otras aerolíneas, que según las cifras de SECTUR acaparan el 99.3% del mercado.
Cifras del mes de enero que arrojan que hubo más de 4 millones de pasajeros en viajes domésticos, lo que representa un incremento con respecto al mismo periodo el año anterior de un 20.7%. De esos pasajeros, 3 millones 491 mil pasajeros lo hicieron con Volaris y VivaAerobus.
Pongamos los datos duros en la mesa: no puedo comparar al puesto de hamburguesas que instalé en la puerta de mi casa, con “The Palm” en Campos Elíseos, que tiene más de 85 años. Ni vamos a vender la misma cantidad de comida, y por supuesto, no vamos a facturar la misma cantidad de dinero, eso creo que es más que evidente.
En serio, aunque mis hamburguesas estén hechas con carne de ternera y una mezcla secreta, pan brioche, sean deliciosas y mis hijas las amen, no es lo mismo.
Así de absurdo es tratar de medir con la misma vara a una empresa que no ha llegado ni siquiera al medio año operando, y que en estos escasos dos meses de operaciones se está percatado de las necesidades reales del mercado, y hacia dónde tienen que enfocar sus baterías.
Y es que tras la salida de Transportes Aeromar, el mercado regional quedó prácticamente abandonado; es por eso que las 16 rutas que hasta el momento opera la nueva Mexicana de Aviación son una excelente opción, más si se tiene contemplado cambiar de modelo de avión y migrar de manera definitiva a Embraer, pues esto hará mucho más rápido el despegue comercial de la Aerolínea del Estado Mexicano.
Los equipos Embraer son para una capacidad -dependiendo el modelo- entre 50 y 100 pasajeros, y son más que excelentes para este tipo de aviación. Como nota al calce diré que los vuelos de Mexicana de Aviación van cada vez más llenos, y que el vuelo a Mérida es un total éxito.
¿A dónde más vuela Mexicana de Aviación? Además de Mérida, a Campeche, Chetumal, Tulum, Palenque, Ixtepec, Ixtapa-Zihuatanejo, Acapulco, Uruapan, Guadalajara, Puerto Vallarta, Mazatlán, Monterrey, Ciudad Victoria y Nuevo Laredo.
Por el momento no tiene contemplado incursionar en el mercado internacional, porque primero se tiene que afianzar. Ahora un dato histórico-anecdótico: VivaAerobus comenzó operaciones en 2006 con un solo avión, un B737 que provenía de la entonces ya extinta Avolar, proyecto fallido de los hijastros de Vicente Fox, pero para 2016, su flota creció a 25 aviones Boeing, misma que fue reemplazando por equipos Airbus.
Pero ¿cuántos años tuvieron que pasar? Mínimo 10. Aquí quieren hacer análisis con escasos dos meses de estar operando, y lo peor, ya sentencian que es un reverendo fracaso, sin la más mínima seriedad, pero sí con altas dosis de golpeteo político.
México requiere una aviación fuerte, sólida y en constante crecimiento. Eso solamente se logrará cuando se entienda su importancia y no se trate, una vez más, de delegar esa función a actores extranjeros.
Hoy es una realidad, quien manda en el mercado del país no es ni Aeroméxico, mucho menos Volaris o VivaAerobus, es American Airlines quien se lleva la tajada más grande del pastel, aunque esas cifras no se publiquen tan seguido... Y no es casualidad.