La salida de Ciro Gómez Leyva de Radio Fórmula ha generado un terremoto en el mundo de la comunicación en México. La decisión del periodista de cerrar su sección de opinión en el programa matutino “Ciro por la mañana” ha dejado un sabor amargo, no solo entre sus seguidores, sino también en la opinión pública en general. ¿Se trata de una decisión editorial, un simple desencanto o, como muchos sospechan, una especie de censura encubierta?
El contexto inmediato de esta decisión es la acalorada discusión que sostuvo Ciro con Epigmenio Ibarra hace apenas unos días. El intercambio de opiniones, que se tornó sumamente tenso, dejó al descubierto las profundas diferencias ideológicas entre ambos personajes. Ibarra, conocido por sus férreas posturas en defensa del gobierno actual, no dudó en arremeter contra el periodista, acusándolo de parcialidad y de difundir “fake news” durante los poco más de dos años y medio de su colaboración en el espacio.
A raíz de este episodio, comenzaron a circular rumores sobre un posible distanciamiento entre Ciro Gómez Leyva y la dirección de Radio Fórmula. Algunos señalaron que la presión ejercida por sectores del oficialismo, molestos con las críticas y cuestionamientos del periodista, habrían llevado a la cúpula de la empresa a tomar medidas.
La salida de Epigmenio Ibarra de la misma emisora, quien culpó directamente a Ciro Gómez Leyva por su salida, añade más leña al fuego. ¿Se trata de una simple coincidencia o de una estrategia para “limpiar” la imagen de la radio ante las críticas recibidas? Las preguntas se multiplican y las respuestas, por ahora, parecen escasas.
Ciro Gómez Leyva, por su parte, ha mantenido un perfil bajo, limitándose a anunciar el cierre de su sección de opinión sin entrar en mayores detalles. ¿Se trata de una decisión personal, tomada para evitar mayores conflictos? ¿O se vio obligado a ceder ante presiones externas?
El silencio del periodista, en un momento en el que las especulaciones y las acusaciones se multiplican, resulta preocupante. La libertad de expresión, uno de los pilares de la democracia, parece estar en juego. ¿Hasta dónde llegará la presión para silenciar las voces críticas? ¿Qué sucederá con otros periodistas que se atreven a cuestionar las políticas del gobierno?
La salida de Ciro Gómez Leyva de Radio Fórmula es un hecho grave que no puede pasar desapercibido. Es momento de reflexionar sobre el estado de la libertad de expresión en nuestro país y de exigir que se respeten los derechos de los periodistas al ejercer su labor sin presiones ni amenazas. El silencio, en este caso, no es una opción.