En el marco del Día Internacional del Controlador del Tráfico Aéreo, que se celebra el día 20 de octubre, el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (SINACTA) emite un comunicado conmemorando la fecha.
En dicho documento se puede leer que cumplen 100 años de la especialidad, en medio de una grave crisis por falta de personal. Hacen falta alrededor de 500 controladores aéreos, y manifiestan que esto podría poner en riesgo la continuidad de los servicios que ellos brindan dentro de toda la operación aeronáutica, perjudicando a los usuarios.
Informan en su comunicado que en el país contamos con poco más de mil controladores aéreos; de estos 768 son hombres y 233 mujeres, que atienden un total de 60 aeropuertos. Les preocupa que la falta de personal acrecenté de forma drástica esta misma, pues tienen en puerta la jubilación de cerca de 200 controladores que han trabajado 30 años, la mayoría en edades que rondan entre los 60 y los 75 años de edad.
Así que llevan por lo menos un mes, sacando convocatorias para que la gente se anime a sumarse a esa hermosa profesión, pero sin lugar a dudas, van contra reloj y el tiempo apremia, con el ritmo de los acordes de una afamada canción de Roberto Cantoral de fondo musical.
Esta grave falta de personal está afectando el descanso de los controladores aéreos, impactando negativamente en su salud. Y es que es imposible detener las funciones de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), tanto de crecimiento como de capacitación, pues deben mantenerse vigentes a pesar de todos los obstáculos.
Y no son pocos los que tienen enfrente. Uno de ellos es referente a los bajos salarios. Otro es la terrible circunstancia de que este personal también requiere de las licencias que expide la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), oficina que depende de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, que atraviesa por malos momentos en los que la burocracia hace que los trámites sean más lentos que de costumbre.
El del controlador aéreo no es un trabajo fácil; su naturaleza es estresante y hay que decirlo con todas sus letras: un error puede costar la pérdida de cientos de vidas en un instante, por lo que trabajar como controlador aéreo es una tarea “harto extenuante”.
Por eso los trabajos aeronáuticos están catalogados dentro de la Ley Federal del Trabajo como de “alto riesgo”. No es por su linda cara, es por la responsabilidad que llevan a cuestas que se les debe pagar bien. Estamos hablando nada más de vidas humanas.
De antemano el SINACTA sabe que están del mismo lado el SENEAM y la SICT, que tienen grandes retos por delante, por lo que hacen un llamado a las autoridades y al Presidente de la Nación para que sean sensibles ante las necesidades de los controladores aéreos y se ordene a quien corresponda la contratación del personal requerido con la finalidad de hacer eficientes, pero sobre todo seguras, las operaciones aéreas en todos los aeropuertos del país.
Por supuesto que desde aquí secundo su solicitud; no se debe estirar la liga, pues esta suele romperse por lo más delgado, y en materia de seguridad hay que ser excesivamente cuidadosos. Si queremos regresar a la Categoría 1, debemos contar con personal altamente calificado al frente de las torres de control, por ningún motivo el gobierno debe “tratar de generar ahorros” donde no es posible.
Sé que el tema aeronáutico puede ser complicado de entender, pero para los usuarios es fácil comprender que un trabajador bien remunerado, estará concentrado en sus funciones; un trabajador bien descansado no será propenso a cometer “errores”, lo que garantiza al pasajero su seguridad.
De nuevo aprovecho la misiva para decirle al Presidente que urge poner a la industria de la aviación como prioritario para el país, por la contribución que hace al desarrollo de nuestra nación y a trabajar en una verdadera política aeronáutica; aprovechemos la coyuntura y comencemos a construir las bases para una aviación nacional sólida y fuerte.
Felicidades, aunque sea atrasadas, a los colegas del SINACTA, cuya labor es invaluable. Un abrazo sincero, y muchas gracias.