La encuesta de MetricsMx —para SDP Noticias— confirmó la tendencia semanas atrás. De hecho, antes de las 8 de la noche del fin de semana pasado, ratificó la proyección con la encuesta de salida que aplicó durante el ejercicio electoral. Eso, en definitiva, consolida la metodología entre las mejores del país. Su muestreo, a comparación de otros, dejó testimonio de la capacidad para evaluar un proceso de la naturaleza que vivimos hace un par de días. De igual forma, Metrics fue certero en los pronósticos de las entidades federativas. Esto quiere decir que podemos confiar en este mecanismo, ya lo dije, como uno de los instrumentos que dejó constancia de la efectividad.

Ahora, resumiendo un poco lo que aconteció, fue una auténtica aplanadora o tsunami el que atestiguamos el fin de semana pasado. En palabras más simples, Claudia Sheinbaum arrasó en la elección presidencial y, con ese efecto, se desencadenaron triunfos cruciales en los estados y, desde luego, en ambas cámaras legislativas. Respecto a ello, podemos ir desmenuzando muchos elementos claves que jugarán a favor. De entrada, la oposición menospreció el voto duro y la fidelidad de los sectores sociales con la imagen del presidente López Obrador. De igual forma, la derecha siempre deslizó que, de llegar a ganar el Frente Amplio por México, los programas de apoyo estarían en riesgo. Otro de los factores, sin lugar a dudas, fue la carente plataforma de propuesta que jamás puso sobre la mesa Xóchitl Gálvez. Lo único que hizo, claro está, fue elaborar una estrategia propagandística desde las redes sociales y con todos aquellos que se hacen llamar “intelectuales”.

Caso contrario, Claudia Sheinbaum siempre propuso. En toda la campaña, de hecho, la abanderada de Morena se dedicó a sugerir acciones que, indudablemente, seguirán profundizando las políticas públicas de la 4T. Eso se pudo notar en la votación final del Programa de Resultados Preliminares. De la misma forma, fue la manifestación más contundente del cariño de la inmensa mayoría de la población. Esa que, durante décadas, ha sido menospreciada y pisoteada por la derecha en nuestro país. Por eso y por muchos factores, la ciudadanía salió en grandes cantidades a tomar decisiones para continuar dándole el voto de confianza al proyecto de la Cuarta Transformación. Lo hizo, incluso, en 31 de 32 entidades federativas donde el lopezobradorismo ganó con gran margen de diferencia.

En Michoacán, por ejemplo, más de un millón de ciudadanos votaron a favor de Claudia Sheinbaum. Fue, en términos porcentuales, casi el 54% de la votación final o, mejor dicho, una ponderación de dos votos a uno. Eso significa que esta entidad federativa, como la inmensa mayoría, se ha consolidado como un territorio Obradorista. Así lo manifestó en 2018 y, por tanto, lo ratificó hace un par de días. Con ello, se lograron triunfos abrumadores en la mayoría de alcaldías y, de paso, con espacios legislativos para el congreso federal y local. Fue, indudablemente, un triunfo arrollador de Sheinbaum y, desde luego, del gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, jefe del ejecutivo estatal en Michoacán. Además de ser un elemento favorable, ratifica el poder político del mandatario estatal que, en las dos visitas que realizó Claudia por estas tierras, movilizo grandes estructuras afines a él.

En palabras más simples, Alfredo Ramírez Bedolla, como anticipamos en este espacio de opinión, entregó buenas cuentas a Claudia Sheinbaum en esta elección presidencial. Morena, por ejemplo, se llevó la fórmula del Senado, lo mismo que la gran mayoría de diputaciones federales y locales. De hecho, desde hace seis años no veíamos un fenómeno similar en el estado. Para el legislativo local, en efecto, Morena arrasó. En Morelia conquistaron todos los espacios en los cuatro distritos. Si observamos detenidamente, destacan las victorias de Marco Polo Aguirre y Giulianna Bugarini. Ambos, a propósito, serán grandes aliados del gobernador como diputados.

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Y, por si eso fuese poco, Morena se lleva municipios de gran importancia como Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Apatzingán, Maravatío y Pátzcuaro. En estos dos últimos puntos, por cierto, con grandes activos políticos del movimiento como Mario Pérez y Julio Arreola. Ellos dos gobernarán sus respectivos ayuntamientos con inmenso respaldo de la ciudadanía. Hay, en efecto, grandes expectativas que la población civil ha depositado en uno y otro. Para fortuna de los habitantes, cada uno de ellos tiene las credenciales y experiencia en el servicio público.

Para concluir, todo el escenario favoreció a Morena a nivel nacional. Habrá que esperar a mañana cuando Claudia Sheinbaum, de manos del INE, reciba su constancia que la acredita como ganadora de la carrera presidencial. Tiene todo el mérito de ello. Inclusive, durante este largo recorrido construyó las condiciones para allanar el camino. Será, en pocas palabras, una gran representante del lopezobradorismo que cuidará cada uno de los elementos intrínsecos de la esencia de la 4T. Así es como visualizamos e interpretamos esta aplanadora que se vivió el domingo. Fue, ni más ni menos, un resultado muy abultado que muchos detractores del mandatario no pueden digerir todavía. El desenlace es la prueba más contundente del cariño de la inmensa mayoría que salimos a votar por Sheinbaum.

Ayer lo dije y lo repito: ganó México, ganó la democracia. Si alguien tiene duda de ello, Sheinbaum sumó casi el 60% de la votación, de acuerdo con datos del sistema de resultados preliminares. O sea, fue un tsunami y una aplanadora la que arrolló a la oposición que, de hecho, ni las narices asomó.