“No te mataré, pero no tengo que salvarte”. Esta es una frase de Batman. No tengo idea en qué película la dijo el superhéroe ni conozco el nombre del villano a quien dirigió tales palabras. La leí hace tiempo y hoy la recordé cuando recibí el siguiente mensaje de un inteligente analista: “Lo peor para Lorenzo Córdova y Ciro Murayama fue ganar con un consejo partido en dos. El TEPJF tiene todos los incentivos para echar abajo lo acordado en el INE. ‘Ganando’, Córdova y Murayama perderán, y quizá feo”.
¿Qué significa que perderán feo? Tal vez, investigaciones de corrupción. Mucha gente ha buscado una explicación al absurdo apego al dinero del consejero presidente del INE, Córdova, y de su fiel escudero, Murayama. Es muy sencilla y la brinda un proverbio de la política mexicana: lo que no es lógico, es metálico. ¿El Instituto Nacional Electoral no puede reestructurar sus finanzas para poder pagar la consulta de revocación de mandato? ¿En serio no? ¿Por qué no? ¿Acaso por compromisos indestructibles con toda clase de proveedores? Se investigará, no hay duda.
Tal como están las cosas, para sobrevivir —inclusive para fortalecerse— el INE necesita que caigan Córdova y Murayama. El consejero presidente y su acólito están perdidos, y lo saben. Nada pueden ya ofrecer. Morena no los matará, pero el partido de izquierda tampoco tiene que salvarlos. Solo si retiran a tiempo, Córdova y Murayama evitarán un desastre todavía mayor para ellos.
¿Habría inestabilidad si el instituto se quedara sin su consejero más conocido? No lo creo, ya que sobra gente talentosa en su consejo general para encargarse de la presidencia del INE.
Ya perdieron Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Solo les queda retirarse. Es eso o atenerse a las consecuencias de lo que hicieron.