SONORA POWER

La verdad es que fue una gran gira de proporciones históricas la que realizaron por Sonora la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo y el presidente en funciones Andrés Manuel López Obrador este fin de semana que pasó.

Sonora es un territorio enorme, con una gran diversidad de paisajes y regiones, pero que por décadas estuvo sumido en el abandono y el olvido de parte del gobierno central. De ahí que se hayan acumulado problemáticas y que la infraestructura de lo que en algún tiempo fue un estado próspero, hubiese quedado en ruinas.

Esa narrativa cambió en la entidad a partir de la llegada de Andrés Manuel López Obrador, que se determinó desde el 2018 a sacar al estado de esas condiciones en que lo dejó el neoliberalismo y se aplicó a fondo para atender los problemas.

De ahí que hoy Sonora comience a sonar de nueva cuenta como un estado progresista a partir de el repunte en las inversiones y en las exportaciones. Sin embargo, lo que ha ocurrido en los meses recientes es solo un flash del enorme potencial que se tiene.

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Comenzando por la ubicación geográfica y las condiciones únicas que tiene la entidad, con frontera con el suroeste de los Estados Unidos y la salida al mar que representa el Puerto de Guaymas, ya son 2 razones obvias para apostarle al estado.

Pero si agregamos el resto de los componentes que son vastedad del territorio, disponibilidad de recursos naturales y en particular minerales, abundancia del recurso solar, y una diversificación enorme de la economía, que lo mismo produce alimentos, que automóviles terminados, pasando por la minería, la agricultura, la ganadería, la industria aeroespacial y de autopartes, además de la pesca, acuicultura y muchas otras, entenderemos por qué la entidad tiene potencial para convertirse en la tierra del presente y el futuro de México.

En ese contexto la visita de la presidenta electa, era clave, pues se trata de que el nuevo gobierno continúe y aún profundice el esfuerzo a favor del estado, con inversiones en infraestructura para avanzar primero en el aprovechamiento de la energía del sol para generar electricidad basada en fuentes sustentables y segundo, en la consolidación de un hub logístico, que coloque al estado en el mapa de la gran inversión internacional.

Como se sabe, Arizona es en este momento el epicentro de una revolución industrial, que parte de la lógica de atraer a América del Norte la fabricación de los chips y semiconductores que la industria de la tecnología basada en California principalmente.

Por eso la visita de Claudia Sheinbaum a Puerto Peñasco para verificar los avances de la construcción de la primera megaplanta solar es fundamental, antes de eso estuvo en Mexicali para verificar el plan de interconexión de la Península de Baja California al sistema eléctrico nacional y el avance de las nuevas plantas de ciclo combinado en San Luis Río Colorado y en esa ciudad fronteriza.

Esa es la parte tangible del multimencionado “Plan Sonora”, que tiene otras derivaciones, entre ellas el aprovechamiento de litio y el desarrollo de un hub especializado en electromovilidad, lo que incluye fabricación de baterías, desarrollo de la industria automotriz y de autopartes y una vinculación con el desarrollo que tiene Arizona. Además claro está de las 5 plantas solares adicionales que ya ha manifestado la presidenta electa, se construirán en el territorio sonorense.

Por la otra mano la visita al Puerto de Guaymas tiene la misma relevancia, en este caso para el desarrollo de plan logístico, que incluye la modernización del puerto, su utilización para el tratado de mercancías terminadas, la vinculación con Arizona a través de Nogales, para usarlo como punto de entrada y salida de materias primas y productos terminados como los automóviles.

Además del enlace por vía carretera a Chihuahua. Se trata en pocas palabras de hacer de Sonora una potencia y de ahí que cobra sentido la visión de que además de ser la tierra del presente, nuestro estado, bien puede posicionarse como el estado del futuro y complementar el proyecto del transítsmico, sirviendo de vinculo con el suroeste de los Estados Unidos.

Pero más allá del tema de desarrollo económico, creo también fundamental ver la parte social, el mantener la visión de que “por el bien de todos, primero los pobres”, y a partir de ese entendido, asimilar a las naciones originarias que pueblan desde hace siglos nuestra región, con el desarrollo.

Claudia Sheinbaum tiene una frase que viene bien, para entenderlo, la “prosperidad compartida”, que implica llevar la lógica del estado de bienestar y el auge económico en que está entrando México a todos, incluyendo a los pobres, de entre los pobres, que en este caso son los indigenas.

La doctora Sheinbaum acuñó en Sonora una frase que lo explica bien todo, y que se enfoca en ofrecerles a ellos justicia histórica, resarcirles el daño de siglos, pero también darles la oportunidad de subirse al tren del desarrollo.

Por cierto, que en los trenes, ya Sonora tendrá su oportunidad con el anunciado tren de Nogales a Guadalajara que vinculará al noroeste de México con el centro del país, pero esa es otra historia.