Existen abogadas que le ponen demasiado corazón al idílico de la justicia. La abrazan, como si de ello pendiera su legado y la adornan como si los ánimos populares no la pusieran en jaque.
En la novela “El beso de la virreina” escrita por José Luis Gómez Gómez yace una anécdota que me encanta pensar que sucedió. Se trata del día en que Juana de Asbaje, aún adolescente, debe arribar a una corte de abogados para defender a su primo hermano de una acusación de robo de gallinas. En aquellos tiempos de temprana colonia, la abogacía no sólo era exclusiva de los españoles y descendientes de castas adineradas, sino que era propia de los hombres. Juana, sin pertenecer a una o a otra, se viste de hombre y su impúber cuerpo le permite infiltrarse entre los defensores de oficio, para entonces, presentarse como el “abogado” de su propio primo, el hijo de la mujer que le cuidó tras la muerte de su madre, que intentó abusar de ella y que se había sumado a grupos vandálicos de la época.
Juana cuestiona los mandatos de la Corona y realiza una defensa magistral, mucho más esencial sobre la justicia en términos filosóficos. Se le permitió litigar gracias a la intervención de su viejo amigo Góngora, destacado abogado e intelectual de la Nueva España. Entonces, Sor Juana cuestiona las reglas y su proceso de inicio a fin, logrando una absolución cargada de legitimidad popular que le permitió encabezar al grupo de las mujeres de la “Liga de abogadas”, quienes aprendieron derecho gracias a Sor Juana, pues en aquel entonces, las mujeres no podían acceder a las Facultades de Derecho.
Ese amor por el progreso, le permitió descifrar del latín al español y de la lengua española a diversas expresiones indígenas, el derecho colonial vigente. Juana defendió mujeres, así como a los pobres, alimentó leprosos, así como a las viudas que, en aquella época, eran pertenecientes a un extracto desafortunado.
Su ánimo descodificador y desafiante explica el papel que su personaje artificial representa.
Así abraza la jurista poeta, ministra Margarita Ríos Farjat, a la musa que también representa a la antigua Roma, en la que sus juristas convocaban concilios para el perfeccionamiento equilibrado de la justicia. Ahora, en el corazón del debate público sobre la reforma judicial, se materializa el concepto de justicia abierta, con un esfuerzo loable en tiempo real por acercar a los juzgadores y ministros a la ciudadanía, forjando un vínculo de transparencia y confianza.
La justicia abierta es un puente que conecta las decisiones judiciales con el pueblo, permitiendo que todos los ciudadanos sean testigos y partícipes de los procesos que delinean las leyes que rigen sus vidas.
En este contexto, por primera vez en la historia, la Ministra Ana Margarita Ríos Farjat implementa una herramienta que promete revolucionar la forma en que se accede y comprende la labor de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con inteligencia artificial y con el corazón en la mano, demostrando que en el poder judicial hay mucho más virtudes que vicios criticados.
La Ministra Ríos Farjat ha dado a conocer su innovadora aplicación llamada Sor Juana, destinada a la consulta semanal de los proyectos públicos de sentencias que se someterán a votación los miércoles en la Primera Sala. El magistrado Juan Jaime, a través de su cuenta en X, presentó Sor Juana en un video explicativo, ilustrando su funcionamiento y ventajas.
https://x.com/JJaimeGVaras/status/1803863568712110543
Sor Juana es una creación de inteligencia artificial, desarrollada con herramientas avanzadas como Streamlit, Google y Pinecone, además de un código propio. Su propósito es facilitar la revisión, comprensión y socialización del contenido de las versiones públicas de los proyectos de sentencia. Aunque la aplicación ya está disponible para su uso, se encuentra en una fase experimental y sujeta a ajustes. Los usuarios deben considerar ciertas limitaciones actuales: el modelo solo accede a una sentencia a la vez, su objetivo principal es explicar hechos y resolver dudas, y puede generar resultados inesperados o inexactos. Lo mejor es que esta herramienta puede transparentar los trabajos de la ponencia que encabeza la ministra Ríos Farjat en tiempo real.
Para comenzar a interactuar con Sor Juana, el usuario debe elegir entre asuntos mostrados en la parte izquierda de la página que se muestra al inicio de la plataforma. “Sor Juana” detalla que una Persona X argumenta que la ley es vaga e imprecisa, vulnerando su derecho a la no autoincriminación. La Ministra Ríos Farjat, en su proyecto de sentencia, examina si la ley respeta el principio de taxatividad, que exige claridad y precisión en las leyes penales.
Además de explicar el caso, Sor Juana, gracias a su inteligencia artificial, sugiere preguntas adicionales para profundizar en el tema. Por ejemplo, interroga sobre los argumentos del reclamante, la opinión de la Ministra sobre la claridad de la ley, y las posibles consecuencias de la resolución para el derecho penal mexicano.
En cuanto a la privacidad de los datos, la aplicación es clara y precisa. No se recolectan ni procesan datos personales identificables, ni información de analítica digital específica. Solo se almacenan elementos esenciales como preguntas, respuestas, detección de errores y selección de sentencias, con el fin de mejorar continuamente la calidad y precisión del modelo.
La implementación de Sor Juana representa un avance significativo en la apertura y democratización del sistema judicial mexicano, acercando las complejas decisiones legales al entendimiento y participación de la ciudadanía. En una era donde la transparencia es clave, esta herramienta se erige como un faro de progreso en la búsqueda de una justicia más accesible y comprensible para todos.
Sor Juana está disponible aquí: https://ponenciamamrfgpt.streamlit.app/