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El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó este jueves 9 de marzo el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del pasado mes de febrero el cual registró una variación del 0.56% con respecto al mes anterior, lo que indica que la inflación general anual disminuyó luego de dos meses seguidos de aumentos y pasó de 7.91% a 7.62% pero aún se mantiene en los niveles más altos desde 2000 para un segundo mes del año.
Si bien es cierto que los índices inflacionarios de México se mantienen altos, estos llegarían a incrementarse aún más si no se contara con un subsidio al consumo de combustibles que inhibe los aumentos de los precios de estos productos y a que se cuenta con una moneda fuerte que hace que los bienes y servicios que se adquieren en el exterior no sean impactados sus costos negativamente ya que el peso mexicano se ha apreciado frente al dólar que es la divisa que por lo general se utiliza para este tipo de transacciones comerciales.
Según datos de la institución que dirige Graciela Márquez entre los productos que tuvieron un mayor incremento anual durante febrero se encuentran: chile serrano, jitomate, detergente, naranja, huevo entre otros.
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha provocado que los precios internacionales del petróleo y los combustibles se hayan incrementado a nivel mundial; la administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a que los costos de las gasolinas y diésel no suban para el consumidor mexicano más allá de la inflación, por lo que esta administración decidió en los últimos meses tomar medidas fiscales para cumplir la promesa
Las exenciones tributarias al consumo de los energéticos por parte de la actual administración federal han sido criticadas por varios analistas financieros y políticos de oposición que ven en estas decisiones un inadecuado uso de la renta petrolera y un deterioro para las finanzas públicas. Lo que no recuerdan los críticos, es que en administraciones anteriores los subsidios a los compradores de combustibles fueron mucho más altos y las ganancias que se producían por la exportación de crudo se despilfarraron, además de que no se invirtió en infraestructura petrolera.
El subsidio a los combustibles persigue que los costos de otros productos para el consumidor final, que necesitan de este insumo en su cadena productiva, no incrementen sus precios, y que se frene en la medida de lo posible la inflación.
La estrategia para que no se eleven los precios de los energéticos más allá de la inflación, que está aplicando la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), es no cobrar el Impuesto sobre Producción y Servicios, además de la autorización de una extensión tributaria extra.
El pasado 10 de marzo la SHCP publicó en Diario Oficial de la Federación el estímulo del IEPS para los combustibles del 4 al 10 de marzo de este año.
La Secretaria de Hacienda decidió incrementar para este 2023 el porcentaje del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, que los consumidores pagan en estaciones de servicio para cada litro de gasolina adquirida en estaciones de servicio en el país, en más 7.5%.
Según datos publicados en el Diario Oficial, en la cuarta semana de febrero, el estímulo fiscal para la gasolina de menos de 92 octanos bajó de 2.5480 pesos por litro, acumulando 106 semanas con apoyo del Gobierno Federal y con esto intentar controlar el aumento del costo de los combustibles para el consumidor.
Para darnos una idea de los beneficios que tiene tener un paso fuerte para el combate a la carestía nos los da los datos de que México importa la mitad de los granos y oleaginosas que se consume dentro del territorio nacional.
Del consumo de los mexicanos de arroz, 83% se compra del exterior; del trigo, 65%, y de maíz amarillo, 73 por ciento. Del total de granos y oleaginosas se estima que se importa en promedio 52% de lo que se consume. Esta alta dependencia de alimentos básicos para cubrir gran parte de la demanda nacional hace al país altamente vulnerable ante un mercado internacional donde los precios van al alza.
Si la moneda mexicana se depreciara frente al dólar esto traería costos extras para los productos importados lo que afectaría más la economía del país. El que se tenga un subsidio a los combustibles, así como un peso fortachón ayuda a que la inflación no se desborde.