Feliz, despreocupada y sonriente estuvo ayer la doctora Beatriz Gutiérrez Müller en Tamulté de las Sabanas, Tabasco, llevando sus famosos y muy necesarios Fandangos por la lectura.
En esta ocasión el evento tuvo un sincretismo entre el estado de Tabasco y Alemania, pues como es costumbre, la preocupación de la escritora es que los países participantes tengan un intercambio artístico-cultural.
Al Fandango asistieron estudiantes de secundaria, quienes recibieron un libro, titulado “Poemario sin Fronteras”, donde se explica lo importante que son las palabras para los seres humanos.
La dinámica es enriquecedora: los jóvenes asistentes conocen no solo a los autores más representativos de su lugar de origen; por medio de las letras, de la danza y de la música, sino que conocen también parte de su historia y de los pueblos originarios de su región.
Al ser el objetivo principal que la lectura los traslade a otros espacios, como si cada libro fuera el pasaporte para llegar a un nación lejana, la presencia de autores del país invitado, así como videos con estudiantes del mismo, acortan las distancias y hacen que los estudiantes interactúen y empaticen del modo más bello que existe: por medio de las letras.
Acompañaron a la señora Beatriz el día de ayer el embajador de Alemania en México, Wolfgang Dodd, el gobernador Carlos Manuel Merino Campos y su esposa, Guadalupe Castro de Merino, así como la alcaldesa Yolanda del Carmen Osuna Huerta, quienes leyeron obras de los escritores José Carlos Becerra y Beatriz Pérez Pereda.
También asistió el canciller Marcelo Ebrard como parte del cuerpo diplomático, lo que por supuesto levantó revuelo entre los agoreros del desastre, que con su mala leche habitual aseguraron que era “el favorito” de la señora Beatriz.
No sé cuál sea el empeño de los múltiples ociosos de querer ver lo inexistente.
Marcelo fue como representante de la Cancillería, como parte del gabinete presidencial. Nada más.
Y también, quienes suelen alucinar, esperaban que la doctora Beatriz hiciera del evento la plataforma ideal para explicar, con puntos y comas, sobre el estado de salud de su esposo, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es obvio, claro que sí, que doña Beatriz tenía que responder a las preguntas que surgieran respecto al tema. La reciente convalecencia del primer mandatario tenía que ser explicada por alguien cercano a él, y quién mejor que su esposa.
Por ello, en tono desenfadado y hasta chusco, la escritora comentó:
“Nuestro presidente está guardadito, reposando como debe ser, todo lo demás que se haya dicho sobre el covid que tiene ya queda en la inventiva de muchos que, pues a lo mejor no tienen mucho que hacer”, y terminó recomendando a los que tejieron en su mente toda una historia de terror, que mejor leyeran un libro para distraerse.
Las preguntas incómodas y hasta necias que pudieran hacerse en el Fandango fueron silenciadas por la lectura, la música y el alboroto que siempre acompañan estos eventos.
Admirable como es, doña Beatriz convivió con los muchachos, con los invitados y con todos los asistentes en un ambiente de algarabía y festejo, pues los Fandangos terminan fascinando a los jóvenes de tal forma que es prácticamente imposible pensar que después de participar en ellos, se nieguen a leer.
Y hablando del presidente...
Hoy en Palacio Nacional están citados gobernadores de los estados para una reunión con Andrés Manuel López Obrador, quien apenas el pasado domingo dio positivo a covid por tercera ocasión.
Se esperaba que por ese motivo dicha reunión se cancelara pero fue el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, quien en conferencia de prensa confirmó que dicha reunión se llevará a cabo en punto de las 11.30 de la mañana.
La noticia me sorprendió y con seguridad no fui la única sorprendida. Si el presidente está enfermo no debería trabajar, pues más allá de su entrega y dedicación a su cargo, debe descansar.
Esperemos que este encuentro no le vaya a propiciar una recaída.
Cuídese presidente, los mexicanos necesitamos tener Andrés Manuel para rato.