En el tercer y último debate de la CDMX, donde se disputa la gubernatura de esa histórica ciudad, la y los aspirantes tuvieron la oportunidad de reafirmar sus posturas de los debates anteriores, continuar con las acusaciones de corrupción y hacer un último esfuerzo por convencer a la población.

Sin embargo, llamó la atención que el candidato del PAN, Santiago Taboada, mencionara los feminicidios como una preocupación legítima, señalando a Clara por la falta de acción en la erradicación de estos. Más allá de entrar en la dinámica de comparar cifras de feminicidios de la alcaldía Benito Juárez, que no solo ha reportado muchos casos sino que también ha sido sede de algunos de los homicidios más espeluznantes de la ciudad, sería adecuado retomar estrategias para mitigarlos.

En los últimos años, al Partido Acción Nacional le surgió un interés por el feminismo. Mujeres de su partido comenzaron a declarar que podrían ser feministas aunque se opusieran al derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y participaran en los insultos misóginos de Lilly Téllez en la tribuna. El problema es que se sumaron a la lucha contra la violencia hacia las mujeres, la cual no cambiará si continúan oponiéndose a los avances por conservadurismo.

El PAN se opone a los nuevos libros de texto por ser “ideologizadores”, pero es en esos libros donde se enseña sobre los roles de género impuestos y cómo deben cambiar. ¿Cómo luchar contra la violencia si no se comienza por desmontar las ideas patriarcales desde la infancia? En estados gobernados por el PAN se opusieron a la educación sexual.

¿Cómo vamos a combatir el abuso sexual si no educamos a las niñas sobre cómo funciona su cuerpo? Y claro, también se opusieron al aborto. ¿Cómo vamos a decirles a las mujeres que tienen derechos, que son autónomas y que nadie puede dañarlas si no dejamos claro que su cuerpo les pertenece y nadie puede decidir sobre él?

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Por eso, la idea de abrazar una “causa” feminista nunca será suficiente; se trata de cambios estructurales necesarios. Quizá sorprende escuchar a Taboada hablar de feminicidios o decir “todos los derechos para todas las personas”, cuando en su partido se propuso eliminar la COPRED para convertirla en una institución que fomente la familia tradicional, ya que para la diputada panista América Rangel, COPRED es un “congal ideológico”.

Una vez más, la violencia machista, incluyendo la ejercida contra la comunidad de diversidad sexual, no se combate solo con más policías, sino con una estrategia integral que exija luchar contra todo tipo de discriminación y eso precisa de instituciones

¿Cómo se ayudará a las mujeres a salir de su entorno de violencia si el PAN vota en contra de crear un sistema nacional de deudores que obligue a los padres a pagar? En la recta final de la elección, la oposición puede permitirse ser un poco más progresista en sus declaraciones y fingir interés por temas que la izquierda, a la cual critican, ha luchado para reconocer, como el feminicidio.

Sin embargo, en sus filas integran personas de ultra derecha como América Rangel y Margarita Zavala, que recientemente votó por continuar con las terapias de conversión, un mecanismo que la ONU ha categorizado como tortura. ¿Qué lugar ocuparían en el gabinete de Taboada?