Bienvenidos amantes de la gastronomía. Es cierto que de manera oficial ya terminó el “maratón Guadalupe-Reyes”, pero la realidad es que todavía nos falta una tradición heredada de la época novohispana que viene de la mano con la famosa Rosca de Reyes. A ella, se le oculta una (o muchas) figuras que representan al niño Dios, y a quien en su pedazo de rosca le salga uno, el día 2 de febrero invita los tamales.
Pero, ¿a qué se debe esta tradición? Es sabido que parte de la labor de los monjes y frailes traídos de España al Nuevo Mundo consistió en la evangelización de los que ahora conocemos como pueblos originarios, a quienes ellos, por la confusión que un tal Cristóbal tuvo, les solían llamar “indios”.
Es por ello que en aquellos tiempos del virreinato, se utilizaron diversas formas para “llevar la palabra de Dios”. Una de ellas sin duda alguna es la Rosca de Reyes, ya que la fiesta de la Candelaria coincide con la presentación de Jesús en el templo.
Como todo culto impuesto, esa fecha también coincidía con las celebraciones a los tlaloques, deidades a las que se les ofrendaban mazorcas, con la finalidad de que tuvieran una buena cosecha. Esta festividad mexica se marcaba dentro del calendario azteca, y daba el inicio de la fecha de siembra.
Y aunque la fiesta es originalmente española, se adaptó de tal forma que desemboca en el día en que se comen los tamales convidados por aquellos que sacaron “el niño de la rosca”.
Si de tamales hablamos, nuestro país se pinta solo para eso, pues su origen se remonta a tiempos prehispánicos. El tamal es esa masa gordita, esponjosa, que lleva algún relleno de carne, acompañado de una salsa. Pero también pueden ser dulces.
De hecho, los hay de todo tipo; desde los tamales del barrio, sí, esos que se pueden encontrar en casi cada esquina de la ciudad en las mañanas, y que ofrece a la fuerza laboral de nuestro país un delicioso y energético desayuno, más si se le suma un crujiente bolillo que arrope de manera sensual el tamal, ya sea verde o de mole, de rajas o dulce, eso ya es preferencia de cada quien.
Pero también nos podemos encontrar con tamales gourmet, que incluyen ingredientes, por así decirlo, un poco más sofisticados. Existen desde el tamal de setas con chile pasilla y queso de cabra, o ¿qué les parece un tamal de pato? o tal vez un tamal relleno de mole oaxaqueño, pero en lugar de cerdo que lleve camarones. O unos tamales norteños, o de dedo como también se le conocen, hechos a base de carne de res deshebrada, con su salsa de chile guajillo.
Por eso no puedo dejar de decirles que para esas fechas vendrá el “Festival del Tamal y el Chocolate, 2023″, que tendrá este año como sede la Casa Ensenada, ubicada en Ensenada # 60, en la colonia Hipódromo Condesa. Hay que registrarse en la página de turnosconqr.com/adelitasempresarias y solo se pide un donativo de 10 pesos, un costo bastante accesible. El horario al público será de 10:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.
Pero si por algún motivo se te dificulta acudir en esas fechas, han abierto la modalidad de entrega a domicilio. Podrás solicitar tus pedidos a través de su página oficialadelitasempresarias.com, o vía WhatsApp.
La gran maravilla es que en un solo lugar podrás encontrar hasta 50 tipos de tamales diferentes, desde los más tradicionales, pasando por los que contienen ingredientes exóticos, y son considerados gourmet.
Así que ya lo saben, si fueron de los afortunados en sacar “el muñeco” de la rosca, no hay pretexto, pueden ir y disfrutar de una gran variedad de tamales y acompañarlos con sus respectivos y deliciosos atoles, como también ahora tienen la oportunidad de pedirlos a domicilio y degustarlos en casa junto a sus seres queridos.
¡Bon appétit!
Cat Soumeillera en Twitter: @CSoumeillera