La verdad es que el presidente me hace pasar por un mundo de emociones. Me desconcierta, pues.

Ya no sé si repite y repite y vuelve a repetir las mismas cosas y frases porque él ha dicho que eso lo hacía Joseph Goebbels, e incluso tenía una premisa acerca de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, y justamente por eso lo hace, o es porque en verdad no recuerda que dijo lo que dijo y lo vuelve a decir.

Y al escribir hoy de Goebbels por cierto, leo sus postulados y pensamiento y es aterradoramente idéntico al que utiliza el Presidente.

Y digo “aterrador” porque no olvidemos que Goebbels fue el encargado de expandir el odio a todo lo que fuera extranjero, al comunismos y a los judíos, él fue de hecho el brazo derecho de Hitler y quien fuera el creador de la “propaganda negra” que se trataba de una propaganda cargada constantemente de odio hacia algún punto en particular y crear especulaciones.

No olvidemos que el Presidente se ha encargado de generar odio hacia los que él llama “conservadores”. La verdad para serles sincera y pecando de ignorante quizá, antes de que llegara el presidente al poder, jamás había escuchado con tanta insistencia la palabra “conservador”, de hecho no sabía ni siquiera qué significaba en realidad. El presidente se ha encargado de sembrar esa palabra en la mente de sus fieles seguidores para que odien al enemigo, así de brutal, así de fácil. Tiene en su poder un micrófono diariamente y cámaras a su entera disposición para poder lograrlo.

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Luego entonces viene este tema de su insistencia para que se realice la consulta para saber si queremos que se vaya o que se quede.

La verdad de las cosas es que me tiene muy confundida. Al principio juraba que quería hacer esa consulta para después salir a decir que: “el pueblo bueno me ama y ruegan porque me quede”. Fueran los resultados que fueran arrojados de dicha encuesta.

Pero hoy declaró en un tono bastante convincente que: “Si la mayoría lo decide dejo la Presidencia, aunque no participe el 40% en consulta de revocación”.

Esto me hace pensar ya otra cosa, que quizá lo que verdaderamente busca es salir corriendo de su puesto y huir de sus responsabilidades, pues es probable que muchos voten para que se vaya… porque, a ver, seamos sinceros, ha dado malos resultados, pocos resultados buenos ¿cierto? pero cuando comento este punto en charla de sobremesa me dicen: “Por favor, Claudia, hasta crees que se va a ir así de fácil, lo que quiere es perpetuarse en el poder”.

Yo lo único que sé y me queda claro es que el presidente feliz no es como dice que es y por supuesto que está dando señales de mucha inseguridad.

Esa consulta que tan obstinadamente defiende lejos de fortalecerlo, lo debilita, creo yo. Porque aunque el resultado o sus datos arrojen que todo México ruega para que se quede, difícilmente será cien por ciento creíble el resultado.

El presidente está perdiendo tiempo en querernos convencer de que sí es valioso y de que sí es un buen presidente. Y ese tiempo lo debería de ocupar en trabajar, en realmente hacer algo bueno por este país. Bien lo han dicho otras personas: Andrés Manuel López Obrador tenía todo para ser el mejor presidente y está quedando como el peor en muchos años.

Yo pienso: si tanto trabajo le costó llegar y si fue verdad que le robaron la elección en el 2006, ¿no sería momento de ponerse a construir en lugar de destruir?

Yo sigo insistiendo: el presidente sería mucho más feliz viajando y conociendo la gastronomía nacional, que siendo Presidente. Pero se aferró a ello, se encaprichó y no, yo no creo que sea un hombre feliz, aunque nos diga lo contrario. Y un hombre que no es feliz en su trabajo, simplemente no dará resultados.

¿Es feliz el Presidente y esa consulta le brindará seguridad? Quizá sí y para eso la necesita. Lástima que nunca entendió que ese dineral invertido en esa consulta se podría haber ocupado en acciones de mucha mayor urgencia para los mexicanos. Yo creo alguien se lo hizo saber y más se aferró. No sé por qué, pero siento que así es el presidente... Mientras tanto los mexicanos estamos en una profunda incertidumbre, y todo es bastante incierto. Si con una consulta supiera que algo se enderezaría, estaría de acuerdo. Pero ni con una ni con mil consultas cambiará el mal panorama que está viviendo México.

Hasta aquí lo dejo.