El desempeño que ha tenido la Selección Mexicana parece haber caído en una muy peligrosa espiral descendente. En los partidos contra Estados Unidos (EU) y Canadá, en el marco de la eliminatoria mundialista rumbo a Qatar 2022 no nos deja lugar a duda y el desempeño de muchos de los seleccionados en sus clubes menos aún.
La pregunta es: ¿No verá el Tata Martino el futbol por la televisión? Porque está casado con una convocatoria, con los mismos nombres, que por mayor resonancia, y en algunos casos hasta nostalgia por algunos apellidos con bagaje futbolístico, que lo ponen en una circunstancia de no sólo quedarse anclado en el presente sino de plano quedarse volteado al pasado, con el riesgo de convertirse en una estatua de sal, a manera de la leyenda bíblica de la esposa de Lot, saliendo de Sodoma.
Y es que sólo baste el ejemplo de Memo Ochoa, que viene cada día más acusando deficiencias, tanto en la Selección cómo en el América. Ya no es que el señor Ochoa no sepa jugar su área y casi no salga, sino que simplemente ¡se queda ya amarrado a la línea de gol! Esto ha sido clave en sus últimas derrotas.
Martino debe saber que a Jorge Sampaoli le costó el Mundial de Rusia 2018 llevar un portero de renombre cómo Willy Caballero (que era ya banca en el Chelsea del futbol inglés), por el miedo de no jugársela con sangre nueva cómo lo era Armani, el joven portero del River Plate, a quien a la postre tuvo que alinear como titular, cumpliendo este y con creces su encomienda; más el daño, ya estaba hecho.
Otro ejemplo es la salida del cargo, allá rumbo a Korea/Japón 2002, del dt. Enrique Meza, quien por no leer adecuadamente un cambio de generación, por respetar a “vacas sagradas” tuvo que irse. Llegó Javier Aguirre y movió a una buena parte, Jorge Campos incluido, quien sí fue a aquel Mundial, pero solo como tercer portero, cuya función fue el transmitir experiencia y confianza a los más jóvenes, además de tener la encomienda de “hacer grupo”, dado la simpatía y don que siempre le ha caracterizado al acapulqueño; el titular fue Oscar “el Conejo” Pérez.
México es tierra de buenos arqueros, pero los tres que marcaron toda una época en México y aún están en activo, van de salida: Corona, Ochoa y Talavera. Dentro de un año, cuando sea el Mundial de Qatar, aunque la posición tenga un significativo margen de mayor edad respecto a los demás, no deja de implicar cierto riesgo, dado que promediaran ya de cuarenta años de edad.
Ahora, resulta inverosímil que Carlos Acevedo, el portero del Santos Laguna, quien muestra promesas de calidad para, sin exagerar y llevando los pies en la tierra su carrera, sea el mejor arquero mexicano de todos los tiempos.
Existe aún la leyenda urbana de que algunos seleccionados solo son convocados por jugar en el América. Quien afirme esa barrabasada no sabe de futbol. Baste recordar al combinado nacional que jugó, bajo la dirección del mítico DT serbio/mexicano Bora Milutinovic el Mundial México 86, era de una importantísima base de futbolistas que militaban (o lo habían hecho en sus primeros años) en los Pumas de la UNAM. O el hecho de Miguel Herrera haber dejado fuera de la convocatoria a Brasil 2014 al portero de moda del momento: Moisés Muñoz, con quien había ganado la liga en el América en 2013, gol milagroso suyo en la gran final incluido, y también la clasificación de la selección al Mundial en la repesca contra Nueva Zelanda; no fue llamado ni cómo tercer arquero.
El señor Martino debe ver la liguilla del torneo mexicano, ahí están no pocas respuestas, como el novel Alan Mozo, de la UNAM, o el ya citado Acevedo. Y que sepa otra cosa, el vivir y entrenar en Europa no debe ser motivo de boleto directo a selección mexicana, eso supone un grosero acto malinchista; el “Tecatito” Corona, Andrés Guardado y Héctor Herrera, por ejemplo, gozarían de un mucho mejor nivel deportivo jugando en algún equipo mexicano que calentando banca el Clubes cómo el Porto o el Betis, por ejemplo.
En fin, ojalá el señor Martino salga del pasmo, y arriesgue un poco con jóvenes como Acevedo, Mozo y otros más, sino, el final de su ciclo en México ya se adivina cerca.
Ginés Sánchez en Twitter: @ginesacapulco