No está cómodo, las críticas lo han envuelto en lo mismo que envolvieron a todos sus antecesores. A Gerardo Martino se le nota harto, incluso retador ante la Federación Mexicana de Futbol con actitudes totalmente contrarias a las mostradas en la época del “políticamente correcto”.
Tanto dinero en juego lo llevó a “aguantar” a someterse y no entrar en polémicas, claro, cuando se tiene un salario de 62 millones de pesos anuales, hay quienes prefieren quedarse callados ante las críticas y hacer como que se les resbalan.
Extraño que sea tan retador ahora, porque nunca lo fue, ni con el Barcelona, ni con la selección de Argentina. Hoy señala al presidente de la Federación, a su jefe, a Yon de Luisa, porque para él, fue injusto despedir a Gerardo Torrado como director de selecciones nacionales, como si realmente hubiera hecho algo para apoyarlo en su gestión. Cuando en San Pedro Sula fue eliminado el equipo Sub20 del Mundial y de los Olímpicos, ni sus luces, no apareció en ningún partido, tal vez no sepa que eso sucedió porque estaba viendo en Rosario, platicando en los estadios argentinos con sus amigos, la imagen más notoria, la del estadio de Newell´s con Lionel Scaloni, entrenador de Argentina. Ese fue uno de los motivos, más la ridícula eliminación del futbol femenil para la copa mundial de futbol y de los mismos olímpicos, ese fue el motivo del despido de Torrado, y él no hizo nada en el tiempo en que se tomó la decisión. Fácil es hablar a toro pasado.
Como también es fácil culpar a un futbolista como Alejandro Zendejas por no haber firmado el documento de renuncia para la selección de Estados Unidos. Estar pendiente, en el día a día, es lo que ha llevado a Martino a críticas, sí a criticas justificadas. Porque es inverosímil que un entrenador nacional no tenga conocimiento de temas básicos, primarios, como el de Zendejas, y así, hay varias cosas que está tan lejano, ten encapsulado con su cuerpo técnico, que no se da cuenta de nada, o por lo menos, eso trata de demostrar descaradamente. Claro que después de días sale con el concepto “chantaje” de Zendejas a la FMF cuando se pudo haber evitado trabajando con profesionalismo.
Y hay ante esas actitudes respuestas inmediatas. El porrista oficial de la Selección Nacional, ese hombre que viaja a todos los partidos, que se hospeda en los mismos hoteles, que tiene beneficios que nadie más tiene, encara a Tata Martino en el hotel Marriott de Atlanta y le exige que vaya Javier Hernández al Mundial. Si en pleno elevador, en un lugar muy cuidado donde no dejan entrar a quien sea. ¿Extraño? Sí, demasiado extraño que hay llegado hasta ahí, con una camiseta oficial del equipo con el nombre impreso en la espalda de Chicharito.
Y todo esto pasa mientras que nadie habla de futbol. De la mejoría que se tuvo contra Paraguay pese a la derrota pero que vuelve a mostrar las carencias mexicanas a la ofensiva. De nada sirve tener tanta llegada de gol si no se anota, esa es la gran diferencia entre un equipo de elite y uno del montón, y hoy la selección de Martino está en esa lista, en la que difícilmente trascenderá en la copa mundial, en aquella que hace muchos años definía Jorge Valdano, en la de participantes no de protagonistas.