TENGO OTROS DATOS
La narrativa que han construido los opositores a la Reforma Eléctrica que envió al Congreso el presidente Andrés Manuel López Obrador se basan en especulaciones de que estás modificaciones a Ley en la materia priorizaran el uso de combustóleo para la generación de electricidad, siendo que este petrolífero es altamente contaminante para el medio ambiente, además de ser un insumo para la producción de energía muy costoso.
La preocupación de muchos ambientalistas por el uso de un combustible fósil que provoca altas emisiones de CO2 de efecto invernadero al ambiente, parten de que existe una alta producción en las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex) de dicho combustible, y este producto no encuentra mercado. Sin embargo, esta inquietud no parece del todo real ya que en la actualidad es muy poco lo que se usa de este energético para la generación de electricidad; y este insumo tiene distintos usos como lubricante para locomotoras y barcos, así como para la producción de diésel y asfalto.
El combustóleo es el residuo que queda después de refinar petróleo crudo con alto contenido en azufre. Al quemarse, el producto refinado produce partículas de dióxido de azufre (SO2). La exposición a sulfatos como a los ácidos derivados del SO2 es un peligro para la salud debido a que ingresan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias, además de provocar lluvia ácida.
De enero a septiembre pasados, la producción de combustóleo de Pemex, se incrementó en un 46.3% a un nivel récord de 245 mil barriles diarios, convirtiéndose en el combustible más producido por la hoy empresa productiva del Estado, al contar por 31% de su producción total de petrolíferos.
Las refinerías de Estados Unidos aumentaron su demanda de combustóleo mexicano, como insumo para la producción de diésel y asfalto que tienen un alto valor agregado.
Pero pese a las previsiones de analistas del sector, datos de la Secretaría de Energía (Sener) muestran que en los primeros 11 meses del año pasado los envíos de combustóleo al extranjero aumentaron 57%, al exportarse 109 mil barriles al día.
El aumento en las exportaciones fue impulsado por el incremento en la demanda en las refinerías estadounidenses, diseñadas para procesar crudo pesado y que también pueden funcionar a base de combustóleo.
Pero pese al crecimiento en las ventas de Pemex, México no es el principal abastecedor de Estados Unidos. Rusia también ha aumentado los envíos hacia el país ahora dirigido por el demócrata Joe Biden, de acuerdo con datos recolectados por la consultora IHS Markit.
Demanda estadounidense en aumento
Para este año la demanda de combustóleo mexicano en el mercado norteamericano sigue en aumento.
Muchos de los 129 complejos de refinación de Estados Unidos fueron diseñados para funcionar con crudo pesado, en un principio proveniente de Venezuela y en los últimos años de otros países de América del Norte, por lo que se prevé que el combustóleo refinado en México seguirá teniendo mercado con el vecino del norte.
En la actualidad, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cuenta con 157 centrales para la generación de electricidad y, de estás, 69 crean energía limpia (hidroeléctricas, nucleares, geotérmicas, solares y eólicas); además, cuenta con 20 centrales de ciclo combinado a gas que representan el 28% del total de la energía producida por la compañía estatal, así como tres plantas de generación eléctrica a base de carbón que representa tan solo el 4% de toda la energía creada en el país.
La empresa productiva del Estado que dirige Manuel Bartlett cuenta hasta hoy con 19 termoeléctricas y de éstas solo cinco producen a base de combustóleo mientras que las otras 14 son duales, que lo mismo pueden trabajar con gas que es un energético que si bien no se puede considerar como combustible limpio, no provoca daño al medio ambiente.
Datos de la Comisión Federal de Electricidad nos hablan que sólo 5.5% de lo que produce la compañía estatal de energía se crea con combustóleo, y representa tan solo 2.6% del total del consumo de todo el país.
De las cinco plantas termoeléctricas que usan combustóleo, unas se encuentran ubicadas en las penínsulas de Yucatán y de Baja California, ya que a esas zonas del país no se invirtió en el transporte de gas y por eso se abastece del energético con el combustible refinado y las otras se encuentran en las refinerías de Tula y Salamanca y en la primera el 80% se usa el gas para la generación de electricidad y el 20% sí es combustóleo.
La preocupación de los contrarios a la Reforma Eléctrica impulsada por el Gobierno de la 4T sobre un uso excesivo de combustóleo para generar energía eléctrica no es real, y en los proyectos que tiene la empresa estatal para nuevas plantas no se contemplan la construcción de centrales termoeléctricas, pero sí crear nuevas plantas de ciclo combinado que sustituyan termoeléctricas en la península de Yucatán.