“Love for sale
Appetizing young love for sale
Love that's fresh and still unspoiled
Love that's only slightly soiled
Love for sale
Who will buy?
Who would like to sample her supply?
Who's prepared to pay the price
For a trip to paradise?
Love for sale”.
Cole Porter
“Se acabó el juguetito
Que tenías con mi amor
Sin saber se te perdió
Y no sabes cómo fue
Que otro amor te lo robó”.
Julio Jaramillo
“Llueve sobre mojado”
Dicho
A pesar de hacer referencia en la mañanera del viernes a la energía “lelóica” (sí, López Obrador se confundió con un término tan sencillo como importante), los estadounidenses no parecen estar convencidos de que la reforma eléctrica que propone el presidente AMLO sea la más adecuada, ¡ni siquiera para México!
Para variar, las conclusiones de la reunión que se llevó a cabo entre nuestro primer mandatario y el funcionario norteamericano John Kerry tuvieron dos interpretaciones diametralmente distintas. En otras palabras, alguien miente y podemos imaginar quién.
John Kerry, el enviado especial del presidente Joe Biden para el clima, estuvo en CDMX la tarde del jueves, acompañado de un grupo de empresarios estadounidenses y otros funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Por parte de México, al encuentro asistió López Obrador y un “selecto” grupo de trabajo, el cual en esta ocasión incluyó a Manuel Bartlett, quien no puede ingresar a los Estados Unidos ya que se encuentra boletinado por la DEA, y Rocío Nahle, una titular de Energía que por lo visto no sabe ni con quienes estuvo sentada…
Algunos de los temas abordados fueron la inversión, los permisos, los gasoductos, la CFE y la transición energética en nuestro país. Pero más allá de lo comentado —así como la foto y las sonrisas que seguramente envidió el canciller Marcelo Ebrard— el resultado fue más dudas que certezas.
El día de ayer, la embajada de Estados Unidos en nuestro país alertó que la reforma eléctrica propuesta por AMLO pone en riesgo inversiones millonarias, generará graves problemas de contaminación y posiblemente violará el T-MEC.
Mientras tanto, el autor de la iniciativa de contrarreforma solicitó (demandó más bien) a los diputados del PRI votar a favor de su propuesta.
Y es que (aquí empieza lo más interesante), no importando el escenario que se quiera analizar con respecto al futuro de la reforma, todos dependen del PRI. Además, en todos, en absolutamente todos los desenlaces terminaremos perdiendo los mexicanos.
Si la propuesta es votar a favor de la contrarreforma de López Obrador sin moverle una sola coma, se requieren los votos del PRI. Los daños serán descomunales, además de que quedará legitimada una catástrofe.
Si se piensa en demostrar a los Estados Unidos que la contrarreforma o partes de ella no son taaaan contraproducentes, se requieren los votos del PRI. Malo para México también.
Y si de lo que se trata es de rechazar cualquiera propuesta de reforma, también se requiere de los votos del PRI. Por cierto, dado que muchos aspectos de la iniciativa se implementarán vía modificaciones a la normatividad secundaria, habrán daños que lamentar de cualquier manera. Esto es, siendo francos, aprobada o no dicha reforma en el legislativo, el gobierno cuatroteísta la implementará en la práctica (de hecho ya lo ha comenzado a hacer).
Como sea, resulta irónico que quien va a decidir el destino de esta reforma —en sentido formal, al menos— es el partido moribundo, el Revolucionario Institucional. Y, para variar, su —muy marchito— amor, lo ha puesto en venta y lo ha tasado muy alto.
El PRI lo tiene claro, la moneda está en el aire y en sus manos está cacharla y decidir qué resulta antes de que toque el suelo.
Las implicaciones son enormes para la vida económica y política del país. Pero de todas maneras habrá diputados priistas que sopesarán si Hidalgo bien vale una reforma o si, en cambio, se inclinan por recobrar un poco —aunque sea mínimo— de prestigio entre la oposición.
Me pregunto si en ese partido asumen, no obstante, que de votar en afirmativo la contrarreforma será adelantar su tumba política. Quedó ya anunciado: está por terminárseles “el juguetito”.
Porque lo que no han logrado los malos políticos, el perder la Presidencia, años de corrupción, lo hará el tricolor si demuestran que la posible alianza opositora, la decisión de millones de mexicanos les vale un real y celestial rancho de AMLO.
En estos días, sabremos en definitiva. Tristemente, sea cual sea el resultado, se anticipan pérdidas. ¡Solo eso nos faltaba!
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero