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La iniciativa de ley que envió al Congreso el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para modificar la legislación en materia eléctrica no solo quiere reformar la distribución de la generación de energía, mejorar el abasto, que las tarifas no se incrementen, que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se fortalezca, acabar con los subsidios a las empresas privadas que participan en el mercado mexicano; sino, además, frenar los generosos apoyos y financiamiento con lo que cuentan los corporativos particulares, sobre todo extranjeros, para la construcción y operación de proyectos de generación de energías por parte de la Banca de desarrollo.

Los proyectos de inversión privados han contado con créditos preferenciales de la Banca de desarrollo para la construcción y administración de plantas de energía, sobre todo de ciclo combinado a gas natural, así como eólicas y fotovoltaicas. Estos beneficios no se han traducido en mejores tarifas para los consumidores, ni mejores condiciones del mercado.

Financiamientos otorgados por la Banca de Desarrollo a empresas privadas.
  • En algunos de los proyectos hay coparticipación entre dos o más instituciones de la Banca de desarrollo por lo cual la suma no corresponde al total. Fuente: iniciativa de Ley

Los corporativos extranjeros que participan en el mercado eléctrico mexicano, también gozan para la construcción y desarrollo de sus proyectos de financiamiento por parte de instituciones bancarias de sus países de origen, donde las tasas de referencia crediticia son mucho más bajas que en México, lo que podría significar una competencia desleal con empresas nacionales.

El Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) otorga a generadores privados apoyos no recuperables para que particulares construyan plantas eólicas y fotovoltaicas, lo que también se puede considerar como subsidios.

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El pago de los créditos por parte de los corporativos privados a la Banca de desarrollo es muy cómodo, ya que la CFE está obligada a comprar el 100% de la energía excedente producida por éstos a un precio fijo y con la transmisión de la energía que producen asegurada a través de la línea eléctrica de la empresa productiva del Estado, con una tarifa simbólica o de plano sin ningún costo para el particular en plazos hasta de 25 años.

Grandes empresas privadas empezaron a utilizar desde la década de los 90 del siglo pasado el esquema conocido como: “auto abasto”, que consiste en que estos consorcios generaran energía eléctrica a menores precios que la CFE para así surtir a sus filiales en todo el país y transportar (porteo) ésta a través de la red eléctrica de la CFE, sin pagar por este servicio o a precios simbólicos lo que ocasiona grandes pérdidas a la compañía estatal.

Estos esquemas conocidos como autoabasto cuentan para construcción y operación de sus plantas de generación de electricidad ya sean eólicas, fotovoltaicas o de ciclo combinado, con generosos financiamientos de la Banca de desarrollo.

El caso de Piedra Larga

Un ejemplo de cómo se favorece a las empresas privadas de energía para la construcción de plantas de generación de electricidad, y que grandes corporativos tengan ahorros sustanciales en el pago de la luz en detrimento de la CFE, nos los da el proyecto conocido como Piedra Larga que está ubicado en Unión Hidalgo Oaxaca, el cual se hizo bajo la modalidad de abastecimiento.

El proyecto tuvo una inversión total de 200 millones de dólares. Con este programa “supuestamente” 65 instalaciones de Grupo Bimbo, que están ubicadas a lo ancho y largo del territorio nacional, son abastecidas desde el 2012, con 90 MW que produce la planta.

La generadora de energía de Piedra Larga es un proyecto en sociedad de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex), filial de Renovalia Energy de España, y encargada de la construcción y operación, junto con Grupo Bimbo y sus filiales en todo el país (excepto dos que se encuentran en la península de Baja California, zona desconectada del Sistema Eléctrico Nacional).

Demex aportó para este proyecto entre 25 por ciento y 30 por ciento del capital total, mientras que el resto es financiamiento diferido de la Banca de desarrollo a través de Banobras, del Fondo Nacional de Infraestructura, Nafin y Bancomext; así como por filiales como La Caixa, Santander y el banco portugués Espírito Santo.

Lo que no se dice de este “aparentemente exitoso” proyecto de Piedra Larga es que, al ser un generador de energía intermitente, no podría surtir de electricidad a las 65 plantas de Bimbo y las empresas amigas del grupo productor de pan, como Papalote Museo del Niño, Grupo Calidra y Frialsa Frigoríficos, las 24 horas del día; por lo que es necesario que entren las plantas hidroeléctricas, carboníferas, de ciclo combinado y termoeléctricas de la CFE. Dichos costos no los paga la empresa de energía de origen español, ni la compañía presidida por Daniel Servitje, sino que los tiene que absorber la hoy empresa productiva del Estado.

En febrero de 2012, el corporativo regiomontana FEMSA informó que se había cerrado los acuerdos de financiamiento para la construcción del proyecto eólica del Sur (antes Mareña Renovables) y que abastecería con 396 MW de energía limpia a FEMSA y sus Unidades de Negocio (FEMSA Comercio “OXXO”, Coca-Cola FEMSA y FEMSA Insumos Estratégicos, en México), así como a Cuauhtémoc Moctezuma, compañía cervecera operada por Heineken NV, quiénes comprarán la energía generada por el proyecto durante 20 años.

El financiamiento de la planta generadora se hizo por los inversionistas del proyecto y un grupo de instituciones financieras, con un total de alrededor de 14 mil millones de pesos. El grupo de bancos incluye a Banorte, BBVA Bancomer, Crédit Agricole Corporate and Investment Bank, HSBC y Santander, así como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banobras y Nacional Financiera. Además de que el Kredit Fonden Eksport (EKF), agencia de crédito a la exportación danesa, garantiza una porción del préstamo a largo plazo durante la construcción, así como de apoyos a fondo perdido de Fonadin.

La construcción del complejo generador de energía ubicado en Oaxaca, no estuvo exento de dificultades sociales con las comunidades zapotecas de esa región que se sentían despojados de sus tierras.

La eólica le ahorra millones de pesos a los socios de FAMSA ya que esta planta generadora de energía no paga casi nada a la CFE por el transporte de la electricidad, recibe también subsidios y no tiene que pagar nada cuando las generadoras de la empresa que dirige Manuel Bartlett entran para no dejar de abastecer de electricidad.

Financiamientos del proyecto Eólica del Sur

De prosperar la iniciativa de modificaciones a la legislación en materia energética, propuesta por el gobierno de la Cuarta Transformación, ésta cancelaría los contratos con empresas privadas que obligan a la CFE a comprar falsos “excedentes” de energía, así como el regalar el porteo a los particulares. La Banca de desarrollo ya no daría generosos créditos y apoyos no recuperables para la construcción y plantas generadoras de energía de particulares.