No cabe duda, la opacidad, la mala leche y la corrupción, están muy arraigadas en la cultura política de quienes hoy gobiernan y entre los dirigentes de todos los partidos políticos, Morena, PVEM, PT, PRI, PAN y PRD, eso los une, aun así se niegan a soltar los privilegios que trae consigo el poder político y económico.

De no ser por una clara resistencia ciudadana en redes sociales y el recuerdo de la defensa del INE, ya iban por la destrucción del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); hacen poco por defender al INAI y ven como desaparece Financiera Rural y Notimex sin pedir cuentas a nadie.

Los líderes ignoran a la sociedad civil

Nuevamente Mario Delgado de Morena, Alejandro Moreno (Alito) del PRI, Marko Cortés del PAN, Jesús Zambrano del PRD y los líderes de la chiquillada PVEM y PT, se unen a espaldas de la ciudadanía para buscar tratar de imponer una reforma para impedir que los magistrados del TEPJF emitan sentencias sobre las decisiones que tomen los partidos en materia de paridad de género, la selección de sus dirigencias y candidaturas y la participación política-electoral de grupos sociales minoritarios que se ven beneficiados por acciones afirmativas. Por ahora se congela pero aún respira el proyecto.

El colmo del cinismo

Aunque en realidad, el proyecto que firmaron trata de evitar sentencias judiciales como las que han frustrado actos irregulares cometidos por los propios partidos y limitar derechos adquiridos por grupos vulnerables, los dirigentes de los partidos políticos utilizan su cargo y su instituto con fines de grupo y personales y en favor del gobierno en turno.

Con sus acciones, dirigencias y fracciones legislativas, se olvidan de la sociedad y de que el fundamento de un partido político es representar a la ciudadanía, de acuerdo con sus convicciones e ideología, e impulsar acciones de gobierno.

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Markito, Maricito, Alito y Chuchito

De los actuales dirigentes se podría decir que son espurios, impuestos a espaldas de la militancia y, aparte de arrastrar con graves problemas de corrupción, solo responden a sus jefes políticos y a empoderar a grupos afines, sin ver por la sociedad que dicen representar.

Morena

De entre las inconformidades que podemos encontrar con el TEPJF destacan: lo ocurrido en septiembre de 2022, donde el Tercer Congreso Nacional de Morena aprobó la extensión del mandato de Mario Delgado y Citlalli Hernández en la dirigencia del partido y hasta los comicios del 2024.

La magistrada Janine Otálora Malassis consideró la modificación al estatuto de Morena como inconstitucional y propuso declararla inválida por romper con los principios democráticos del partido.

PRI

En la dirigencia del PRI las cosas son muy parecidas, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral anuló las modificaciones estatutarias que permitían al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, extender su mandato de 2023 hasta 2024 y el TEPJF ordenó a la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI resolver el recurso que presentó Dulce María Sauri en contra de la decisión del Consejo Político Nacional del tricolor.

PAN

En el PAN, exactamente lo mismo, Marko Cortés se quedó con la reelección de la manera más sucia, por lo que la exdiputada federal y aspirante a la dirigencia del PAN, Adriana Dávila, presentó un recurso de impugnación ante el TEPJF.

Chiquillada

En el caso de la chiquillada, si bien, las dirigencias no tienen problema ya que son franquicias familiares, como el PT, donde el salinista Alberto Anaya ha sido el único dirigente en sus más de 30 años de existencia, o en el PVEM con la familia González Torreso y MC propiedad de Dante Delgado, estos también han pretendido bloquear las resoluciones del TEPJF que no les han favorecido, como el caso de la transferencia de votos entre partidos o el blindaje de su registro, así como el tener “guardaditos” para financiar elecciones subsecuentes.

Salta pa’tras

Sin embargo, el PAN ya de plano se bajó del primer acuerdo que tuvieron con el dirigente de Morena para limitar las facultades del TEPJF. De manera institucional, la decisión de su Comisión Permanente y del Consejo Nacional del PAN fue abortar la intención de Marko Cortés.

En Morena, se presentó de forma inesperada, al menos 60 legisladores decidieron no apoyar la iniciativa, con el argumento de que vulnera la paridad de género y la participación político-electoral de grupos sociales minoritarios.

Ya entrados en gastos, los morenistas inconformes entregaron en la sala superior del Tribunal Electoral Federal un documento denominado “amicus curiae” para apoyar el proyecto de sentencia en el que se propone declarar inconstitucional la prórroga de mandato de esa dirigencia.

Pero, aunque los más cínicos, Alito y Zambrano, junto con Mario Delgado, continuaron haciendo todo lo posible porque la reforma avance, los grupos parlamentarios signaron un acuerdo para enviarla a “la congeladora” y que trabajarán en perfeccionarla.

Pese a toda la evidencia, los coordinadores de los grupos parlamentarios insisten en que es completamente falso que la reforma atente contra la paridad de género o de los grupos vulnerables.

El problema son los dirigentes y las élites oligárquicas y su relación con el gobierno.

Afortunadamente, la sociedad y buena parte de la militancia de todos los partidos ha mostrado civilidad y convicción democrática frente a una clase política que definitivamente, no está a la altura.

Twitter: @diaz_manuel