LIBROS DE AYER Y HOY
Hugo López Gatell y los solidarios médicos cubanos, deben ser reconocidos públicamente con distinción especial junto el sector de salud mexicano que ha estado al frente de los avatares de la pandemia. Nadie es monedita de oro y es lógico que a algunos no les caiga bien el subsecretario de salud López Gatell. Pero la bajeza y la miseria que se expresa sobre su persona de quienes no tienen argumentos sólidos para lanzar sus detracciones, no es cuestión de gusto.
Está de por medio un oscuro interés político que se ensaña en un segundo de a bordo, porque ha fallado en la figura principal. Hay quienes perdida la cordura y no queriendo distraerse de esta última figura, ya lanzan epítetos públicos de todos conocidos. Así presuman de intelectuales. La lucha por la democracia y se ha demostrado, no se consigue con epítetos de insulto. Solo las grandes multitudes cuando han perdido toda esperanza, se lanzan en revoluciones con armas y consignas. Fuerza y movimientos que desde luego estos pequeños de ahora que tanto insultan, no lo tienen. Son grupos encasillados que usan medios y periodistas que los apoyan. Unos se han enquistado de columnistas. El caso de López Gatell totalmente injusto por la forma como ha sido tratado, pese a su aporte permanente de más de año y medio contra el Covid-19, volvió a resurgir en frases fuera de contexto que le adjudicaron sobre los niños con cáncer. Julio Hernández López, de Astillero, publicó en su columna del 29 de junio, las palabras dichas por el funcionario que nada tienen que ver con las falsedades que lanzan al viento (y en redes), esos que se asumen analistas y opositores.
La falsedad en la ideología, como forma de lucha golpista
Los ataques contra López Gatell fueron permanentes mientras permaneció como vocero de la información pandémica. Nadie es perfecto, pero nada les gustaba a los atacantes; negaban su calidad de médico científico egresado de la UNAM, negando a la vez a la propia casa de estudios. Su figura, recalcada por su propia labor advirtió luego a los que solo usan el periodismo para el ataque.
Esto ya se había dado cuando el funcionario en un justo descanso fue a la playa o cuando transitó por una colonia de la capital, según se dijo, sin cubrebocas. Lo atacaron como si fuera el peor criminal. Las concepciones políticas e ideológicas cancelan toda razón y en el caso de los médicos cubanos que se desplazaron por varias partes del mundo hubo rechazos, insultos e intento de expulsiones, cuando ellos, enviados desde Cuba, habían apoyado en los momentos más cruciales del virus. Eso sucedió en Italia, por ejemplo. Aquí hubo comentarios ácidos contra ellos en medios opositores. Ahora se ha creado un fuerte movimiento que está pidiendo el Premio Nobel de la Paz para ese grupo de médicos. Situación en la que deberían de ser incluidos nuestros médicos, incluso el científico López Gatell.
Cuarenta escritos científicos tiene López Gatell y cerca de siete mil menciones
Las enciclopedias digitales son muy rápidas para insertar las biografías de los personajes. Y López Gatell lo es. Los datos con sus estudios sobre epidemiología en la Universidad John Hopkins ahí están, también sus especialidades médicas en el “Salvador Zubirán”.
Fue director del sistema epidemiológico en la Secretaría de Salud, antes de ser nombrado subsecretario. A él se debe principalmente, la creación del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Ha escrito y publicado, 40 análisis científicos y recibido 6 mil 457 citados al respecto. Los que lo han cuestionado no siempre argumentan con haberes en la mano. Por sus saberes y larga experiencia sobre el tema fue que se le escogió para enfrentar la pandemia.
Una de sus críticas es la revista Sciencie que señala que equivocó el sistema de aplicación de rastreo, pero si se observa en todo el mundo pasa lo mismo. El ser humano estaba ajeno a un enfrentamiento vital como el que tenemos.
Entre las críticas también se mencionan las señaladas arriba por el cubrebocas, pero no se informa que en ninguna ley el cubrebocas ha ido señalado como obligatorio. Es una de las medidas y debe de usarse sobre todo en ciertos lugares, pero dejar de usarlo no viola leyes. Si el cubrebocas fuera fundamental no habría repuntes, ni nuevas sepas y otros ataques que prepara el virus y éste estaría eliminado. Hay que usarlo no obstante como mejor protección, no solo en estas ocasiones.