Las campañas políticas ¿realmente abonan algo a la democracia, o se trata nada más de un dispendio de recursos que, en un país como el nuestro, resulta hasta insultante?
Aunque oficialmente iniciaron el 1 de marzo y terminarán este 29 de mayo, la realidad es que, hay candidatos que empezaron a estar en campaña hace prácticamente dos años y a estas alturas del proceso, los mexicanos ya estamos cansados.
Caras, largas y repetitivas
La de 2024, es una elección grande y bastante onerosa. Se contempla un costo total de 66 mil millones de pesos, que significa un incremento del 46 por ciento con respecto a la de 2018, cuando el gasto total fue de 45 mil mdp. De esos 66 mil mdp, unos 27 mil mdp son destinados exclusivamente para la organización de los comicios en las 32 entidades de la República y, otra parte, 18 mil 487 mdp a los partidos políticos para gastos de campaña y otras actividades.
Un verdadero derroche de dinero de todos los mexicanos y más si se considera que el tope que impone el INE, nada más en el caso de las campañas a la presidencia, asciende a los 660.9 millones de pesos, es decir, unos 7.18 mdp por día aproximadamente. Lo anterior sin tomar en cuenta otro tipo de fondos con los que, se sabe, se financian buena parte de las campañas, de origen oscuro y que juega un papel, muchas veces, decisivo en el rumbo que toma la elección y otro tanto, proviene de los recursos que, como también se sabe, se desvían de los presupuestos públicos de las entidades federativas y algunas dependencias del gobierno.
De acuerdo con datos publicados por el INE, en estos comicios estarán en juego un total de 20 mil 367 cargos públicos: la Presidencia de la República, 500 diputados, 128 senadores, nueve gubernaturas, mil 098 diputados locales, mil 802 presidencias municipales, mil 975 sindicaturas, 14 mil 423 regidurías y 431 cargos auxiliares.
El Instituto cuenta con un padrón de 100.2 millones de electores y una lista nominal de 97.4 millones, de los cuales 51.8 por ciento son mujeres y 48.1 por ciento hombres y se prepara la instalación de 170 mil casillas en las que se repartirán 317 millones de boletas.
Los candidatos tienes este periodo previo al día de la elección para dar a conocer plataformas, agendas y proyectos. Sin embargo, en realidad, hemos visto que poco de habla de propuestas, y que los aspirantes se dedican principalmente a hacer promesas y a explicar, con muy poca claridad, cómo es que habrán de cumplirlas.
En el periodo oficial de las campañas, del 1 de marzo al 29 de mayo, se habrán trasmitido más de 22 millones de spots de los candidatos y de sus partidos y coaliciones que son en promedio 244 mil comerciales diarios, en un total de tres mil 734 emisoras a lo largo y ancho del país, repartidos en dos mil 299 estaciones de radio y mil 435 canales de televisión.
Antes ya nos habían ametrallado con miles de spots dirigidos supuestamente a la militancia de los partidos. Ya a estas alturas, los electores estamos cansados y muy fastidiados de tanto derroche.
El factor de quiebre
El presidente López Obrador busca el control absolutista del poder, por ello concentró todas las decisiones en su persona y en las entidades federales y quitando a estados y municipios el presupuesto que se asignaba a seguridad, salud, educación y energía.
Adelantó su proceso de sucesión para imponer la idea de que su candidata dará continuidad a su proyecto de nación. En eso se ha basado la campaña de Claudia Sheinbaum, quien, siguiendo el guion impuesto desde Palacio propone la construcción del “segundo piso” de la transformación.
Al otro extremo, Xóchitl Gálvez, quien surgió por el impulso de la sociedad civil y encabeza un novedoso proyecto de gobierno de coalición, es cercana a la gente y ha tenido la entereza de sortear los ataques propinados desde el gobierno, y de manera lamentable, de las dirigencias de los partidos que la proponen. Sin embargo, la fuerza de la ciudadanía le ha brindado un empuje que la coloca como una verdadera opción de cambio.
Al final, el plazo se cumple y estamos a unos días de conocer el resultado de las largas y costosas campañas, si es la consolidación del gobierno populista, corrupto y autoritario o si se logró cambiar la apuesta por un gobierno de coalición que recupere valores democráticos, rendición de cuentas y una visión de futuro.
X: @diaz_manuel