El entorno se empieza a volver desfavorable para el presidente Andrés Manuel López Obrador y pareciera que sus días placenteros van quedando atrás, lo cual no resulta del todo extraño puesto que en algún momento tenía que suceder tras cinco años de una luna de miel que se distinguió por sus manipuladas conferencias mañaneras, por las notas periodísticas que le eran casi todas favorables, porque nadie lo cuestionaba, nadie lo contradecía, nadie se le ponía al brinco -como se dice coloquialmente-, y las redes sociales eran “las benditas redes”.
Y en un contexto de un gobierno fracasado, de casi nada positivo qué presumir, de descarada corrupción, de opacidad, de desvíos, de tráfico de influencias, de contratos por asignación directa, de derroche en obras por capricho, de romper leyes, de ignorar mandatos judiciales, y de muchas cuentas por esclarecer, Andrés Manuel busca la protección de la reelección a través de sus corcholatas y por ello se ha decantado por ignorar los temas de gobierno los cuales parece ya no tienen solución y perseguir su mayor interés que insisto, es la permanencia de su partido Morena en el poder.
De tal suerte que decidió cumplir el papel de jefe de campaña de sus ‘corcholatas’ y con todo el poder que dispone ha puesto en marcha la maquinaria de Estado para ir en contra de quien él mismo catapultó y destapó como la candidata de la oposición sin saber que ese mismo día se convertiría en la mayor amenaza para la permanencia de su partido en el poder, para su gobierno, para su salud, e incluso para su libertad, sin menoscabo de que por consiguiente debe ser su más grande dolor de cabeza. Y me refiero evidentemente a la senadora Xóchitl Gálvez.
Los errores que ha venido cometiendo el propio jefe del ejecutivo están a la vista de todos; el primero de ellos, haberle rechazado la solicitud de presentarse en la mañanera cuando la panista intentó defenderse de una acusación que le hizo el presidente en una de sus conferencias matutinas; el segundo haberla retado a que le presentara la orden de un juez para dejarla pasar y el tercero impedirle el ingreso a Palacio Nacional cuando la legisladora ya había obtenido un amparo expedido por un juez en el cual se le concedía el derecho de réplica.
Xóchitl supo capitalizar cada episodio llevando el asunto a las redes sociales y a programas noticiosos y de opinión para hacer notar tanto las mentiras del presidente como la mezquindad con que tergiversó una declaración, su soberbia, su intolerancia, su prepotencia, su necedad y principalmente su desdén para hacer cumplir una orden judicial expedida por un togado.
La senadora fue empoderada involuntariamente por el presidente y provocó que tomara una decisión histórica, cambiar su intención de convertirse en jefa de Gobierno de la Ciudad de México para buscar la presidencia.
Seguramente López no termina de arrepentirse, ya que sin proponérselo se convirtió en el creador de la marca Xóchitl Gálvez como candidata y principal amenaza para sus ‘corcholatas’, cuando justamente la oposición miraba de un lado para otro entre sus tres partidos y la sociedad civil sin encontrar la figura que pudiera generar emoción o esperanza con miras a la contienda electoral de 2024.
AMLO creó un monstruo llamado Xóchitl, quien además de exhibirlo públicamente por negarle el ingreso a Palacio, está semana le ganó un round, luego de que interpusiera una denuncia contra López Obrador por violar los principios de neutralidad, imparcialidad y equidad de la contienda electoral y presunto uso de recursos públicos, y la Comisión de Quejas y Denuncias del INE le concediera la razón y ordenara al presidente Andrés Manuel López Obrador abstenerse de realizar comentarios referentes al proceso electoral de 2024. Además de bajar las mañaneras del 3, 4, 5, 7 y 11 de julio donde se refiere a la aspirante presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz.
“Se ordena al presidente de la República, se abstenga, bajo cualquier modalidad o formato de comunicación oficial, de realizar o emitir manifestaciones como las denuncias, llamar a votar o no votar por determinados partidos políticos o movimientos electorales, así como expresiones equivalentes. Ni usar recursos públicos en propaganda con fines electorales”, establece la resolución de la comisión.
Pero AMLO sigue equivocándose, en días pasados exhortó a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) a investigar los contratos de Gálvez con gobiernos anteriores. Ayer dicha organización le respondió a través de sus redes sociales que no hacen investigaciones “bajo pedido de nadie”, además de que su trabajo “está al servicio de la ciudadanía denunciando con evidencias”. Asimismo pidió al jefe del ejecutivo federal proceder con la investigación correspondiente en caso de contar con las pruebas suficientes para inculpar a la senadora, y le solicitó atienda los casos de corrupción que con pruebas MCCI ha venido denunciando.
En otro craso error, éste que le puede salir muy caro a López, hay que señalar que ayer el presidente compartió un documento en el que “exhibió” los contratos que han firmado las empresas de Gálvez con distintas dependencias del Gobierno de México y del sector privado durante los últimos nueve años.
Los documentos detallan los ingresos de las empresas High Tech Services y OMEI (Operación y Mantenimiento a Edificios Inteligentes) obtenidos a través de contratos con dependencias gubernamentales durante parte del sexenio de Enrique Peña Nieto y durante el sexenio del propio AMLO.
“Esta es la información que recibí sobre contratos de Xóchitl Gálvez por alrededor de mil 400 millones de pesos en nueve años y que estoy enviando al señor Claudio X. González para su análisis y verificación. Además, él puede ampliar la información, con sus investigadores, y hacer la denuncia legal correspondiente”, escribió el jefe del ejecutivo.
En respuesta, Xóchitl anunció que presentará un recurso legal contra el mandatario tabasqueño:
“Con este tweet y su documento deja evidencia que está usando todo el aparato del Estado para investigarme dolosamente por mi aspiración. Sígale, no le tengo miedo, no hay nada que ocultar.”, escribió en su cuenta de Twitter este 14 de julio.
La legisladora adelantó que procederá legalmente contra López Obrador y contra quien resulte responsable, ya que aseguró violó varias leyes.
Además, afirmó que a López Obrador le molestan las empresas formales y en cambio, prefiere los negocios familiares y a compañías como la vinculada con el accidente de una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Quintano Roo.
“Confirma que prefiere las empresas patito de los elevadores del IMSS, los contratos de su prima Felipa, los sobres amarillos de sus hermanos y las casas prestadas a su familia”, afirmó.
Como ya comentaba al principio, López Obrador está perdiendo en varias lides; en la narrativa, en la credibilidad, en asuntos legales, en la contienda preelectoral, y hasta con los reporteros que asisten a las mañaneras y que ya se le ponen al brinco.
Está claro que la luna de miel terminó.
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