Desde que comenzó a gobernar la izquierda en el país, las transformaciones en la política pública se hicieron sentir con gran intensidad. Como es bien conocido, esto es resultado del trabajo realizado por el poder legislativo que, en esta situación, y como entidad competente, permite la modificación de leyes y reformas constitucionales, como procedimientos que se formalizan con las resoluciones que adopte la asamblea. Con el arribo de López Obrador, verificamos que se lograron establecer los cimientos del proceso de transformación tras una serie de acciones que el exmandatario planteó en la agenda de prioridades. Por lo tanto, las circunstancias se dieron favorables, la mayoría de ellas, debido a una determinación numérica, fueron avaladas y, en consecuencia, aprobadas para su divulgación.

A tal fin, cada una de esas iniciativas fueron respaldadas por la fracción parlamentaria de Morena en ambas cámaras legislativas. En realidad, las propuestas que el exmandatario federal planteó, en su gran mayoría, fueron aceptadas. Si realizamos una estimación, podemos notar que nos referimos a un conjunto de proyectos de relevancia. Por supuesto, algunas de estas, a lo largo del tiempo, quedaron inconclusas o, directamente, se incorporaron a este nuevo ejercicio histórico que estamos experimentando hoy en día. Eso, más que nunca, se ha manifestado con el fervoroso trabajo para hacer frente, tanto los temas pendientes como a los asuntos que enviará Claudia Sheinbaum, la presidenta constitucional de México.

Y precisamente a eso se dirige la brújula: respaldar las reformas constitucionales que la nación requiera para robustecer, además de la democracia, las políticas de transformación. En esta segunda etapa de proyectos para modificar el marco constitucional, se incluyen áreas prioritarias en lo que respecta al bienestar y al derecho a vivienda, así como la normativa para el poder judicial. En efecto, ayer, Ricardo Monreal, el líder y coordinador de los diputados de Morena, presentó los planes de trabajo para los días venideros. Es claro que será una semana repleta de tareas, pero también de análisis y debates que, bajo el liderazgo fundamental de Monreal, no cabe duda de que los trabajos saldrán avante.

En pleno arranque de la presidenta constitucional, Morena, especialmente sus referentes en ambas cámaras legislativas, han dejado constancia porqué son los líderes y estrategas en los trabajos de planeación y operación. Lo más importante de ello, dado el efecto que tendrán en distintas materias, es como se ha ido gestando este ejercicio reformador. De hecho, se irán incorporando distintos asuntos de trascendencia que, a la postre, tendrán facultades legales una vez que cumplan las formalidades o el orden jurídico. Desde luego, la oleada de reformas que vienen en puerta son una inspiración del proceso que inició Andrés Manuel López Obrador, pues todas ellas, por su importancia, tienen las características para continuar sentando las bases del proyecto de nación progresista.

Y hoy, como en ningún otro tiempo, las condiciones son perfectas para establecer un programa social que, además de profundizar, supere cualquier expectativa a través de las reformas constitucionales. De hecho, la fracción parlamentaria de Morena, dada la determinación que tomó el pueblo de México, no dudará absolutamente nada para poner en marcha aquellos rubros que requieran llevarlos al pleno para su aprobación. De entrada, la nueva era que está marcando Claudia Sheinbaum pugnará por presentar toda aquella iniciativa que, evidentemente, ayude a resolver la problemática que aqueja a la población. Inclusive, de eso nos hemos percatado todos en temas cruciales como bienestar, apoyo a mujeres y fortalecimiento a los programas sociales.

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La reforma al poder judicial, por ejemplo, fue una de las principales demandas de la ciudadanía, especialmente por los abusos y excentricidades de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al convertirse en un tema medular, será trascendental la reforma reglamentaria en materia judicial. Esta semana, en efecto, ese punto se examinará a fondo luego de que el coordinador de los diputados anunció los trabajos para los próximos días en que se desahogarán los tópicos. Eso, naturalmente, lo hará no solamente porque la oposición ha dejado de ser un contrapeso, sino por el compromiso que le delegó el voto de la inmensa mayoría. De hecho, se han puesto a consideración los temas ante la opinión pública y, gracias a esas evaluaciones, hay una perspectiva muy clara para que se concreten.

Es verdad, la oposición y los columnistas conservadores continúan diciendo, sin ningún fundamento, que Morena cambiará la constitución a su antojo. Ellos, como el PRIAN, siguen sin darse cuenta lo que significa la decisión de la mayoría de la población. Luego de la elección del pasado dos de junio, es evidente, quedó más que claro cuál es la visión de los distintos sectores de la ciudadanía. O sea, el poder reformador, como el instrumento para llevar a cabo los ajustes, se convierte en un mecanismo necesario. Siendo así, el poder legislativo, con esa fuerza numérica, cobra importancia para sentar las bases de un hecho histórico.

Se consumará, por su necesidad, una cantidad importante de reformas. Sí, todas aquellas que sean necesarias para establecer un programa social, donde se privilegie el desarrollo, pero también a los sectores más vulnerables del país. Primero los pobres. Esa lectura la tenemos muy clara con el gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum.