En Corea del Sur, un autogolpe de Estado de parte de su presidente fracasa ante la oposición popular y de los congresistas.

En Rumania, la Unión Europeadecreta” su disgusto por la elección de un candidato que no es abiertamente anti Putin y el poder judicial de dicho país invalida la elección por presunta “interferencia rusa”.

En Siria, el gobierno de Asad cae “misteriosamente” cuando un ejército de más de 200 mil elementos se rinde, sin explicación, ante un grupo de yihadistas que a duras penas superaron los 20 mil elementos.

En Georgia, la presidenta en funciones señala que no abandonará su puesto hasta que se repitan las elecciones, convirtiéndose, con la aquiescencia de Estados Unidos y sus súbditos políticos, en una dictadora.

Cualquier persona con un poco de capacidad de análisis se da cuenta que vivimos tiempos de tensión extrema a nivel mundial, en donde la otrora “hiperpotencia” unipolar mueve todas las piezas que le quedan con el fin de intentar aferrarse más tiempo al poder.

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En este contexto, América Latina y en especial México debe tener extrema precaución ante las pretensiones de elementos del gobierno estadounidense, como el decadente senador Lindsay Graham y quizás el propio Trump, de hacer una invasión “suave”, o “dura” a la República Mexicana, so pretexto de combatir los cárteles a quienes ellos mismos arman y enriquecen con sus legiones de decenas de millones de adictos.

Vienen tiempos peligrosos para México.