“El primero de junio del próximo año, todas y todos los mexicanos vamos a estar votando por las y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por magistradas y magistrados, y por jueces. Eso nos hace el país más democrático en todo el mundo, ahora en nuestro país el pueblo cuenta”... Claudia Sheinbaum, presidenta de México, 6 de noviembre de 2024.
Se siente un renacer en la vida diaria de nuestro amado México. Esos días de zozobra, de salir a trabajar con el temor de no regresar, de viajar por carretera solo de día y aun así con el temor de una tragedia, de no poder usar (o presumir) el reloj o el teléfono que compramos con el fruto de nuestro trabajo por el temor a que nos los roben o, peor aún, nos asesinen para hacerlo, de no arriesgar nuestros ahorros abriendo un pequeño negocio por temor a ser extorsionados o secuestrados, sí, esos días van quedando poco a poco en el agitado y violento pasado.
Se siente un nuevo ánimo, los delincuentes temen a la reforma judicial, se va acabando la impunidad, ya no podrán delinquir sin el temor de ir a la cárcel, porque ahora sí se harán cumplir las leyes. De los políticos deshonestos y corruptos ya solo queda su recuerdo en los discursos oficiales que señalan el pasado que ya se fue, ahora sí tienen temor al poder judicial que sí es autónomo porque responde al pueblo, y no a los políticos y empresarios poderosos, ahora sí sus fechorías serán castigadas. Aunque con los políticos de la 4T no es necesario ese temor, ellos nacieron para servir y sacrificarse por el pueblo… En las cárceles habrá solo delincuentes y poco a poco se irán vaciando porque ya no hay incentivos, ni necesidad, para delinquir.
Gracias por bendecirnos después de siglos de opresión que empezaron desde que los españoles nos conquistaron y mancillaron a nuestros ancestros, que eran los mejores seres humanos sobre la faz de la tierra, los más cultos y los más humanos (valga la redundancia).
Gracias por regresarnos no solo la esperanza de un mejor futuro, sino bendecirnos con una realidad insuperable.
Y sobre todo gracias a esos 35,924,519 valientes mexicanos que contra viento y marea votaron el pasado junio por la 4T para que se hiciera realidad este milagro. Larga vida a la 4T y larga vida a nuestra presidenta y a nuestro santo patrono… San Andrés Manuel.
Solo para precisar es sarcasmo, no me vayan a retirar el saludo mis 2 lectores.
Ya en serio
No soy experto en el funcionamiento del poder judicial, pero creo que soy parte de una inmensa mayoría, que si ahora vamos a elegir a los jueces, magistrados y ministros tenemos la concesión de expresar nuestra opinión, aunque no sepamos de qué hablamos.
La poca información que tengo está sesgada hacia que hay corrupción, nepotismo y privilegios en el poder judicial… Sin duda sesgada por tres razones:
1.- El desbalance natural en los medios de comunicación, “la noticia buena no vende, la mala sí”. Cuando estaba a cargo de la información de estados en El Norte (hermano mayor de Reforma) si publicábamos una nota positiva sobre cualquier gobierno estatal o municipal al siguiente día me cuestionaban “cuánto pagaron”, y afirmaban “si ellos quieren que hablemos bien que paguen un anuncio”.
2.- El poder judicial por muchos años cuando había notas críticas a sus sentencias, siempre respondía “ya dimos nuestros argumentos en la sentencia”, y obviamente la mayoría de los periodistas no íbamos a la sentencia. Tardaron años en abrirse a los medios.
3.- La avalancha de la mañanera de AMLO, que ante las sentencias que frenaban sus abusos a la Constitución se la pasó atacando al poder judicial, salvo cuando las decisiones beneficiaban a su gobierno.
Creo sin duda que hay corrupción, nepotismo y privilegios, pero no por justificar, no creo que los miembros de la 4T estén libres de esos “pecados”, pero hablan con una desvergüenza y cinismo (aunque ambas actitudes signifiquen lo mismo ellos son ambas cosas, es decir se pasan de…).
En lo personal estoy en contra de la reforma por dos sencillas razones:
1.- Los ciudadanos no tenemos capacidad para tomar una decisión que debe ser técnica, decidir quienes tienen los mejores conocimientos y el carácter para ser un excelente juzgador.
2.- Los juzgadores deben aplicar la ley no el juicio popular. No deben decidir con base en la opinión pública ni a los juicios de la voz cantante de las mañaneras. ¿Olga Sánchez Cordero y Arturo Saldívar hubieran abierto la puerta a la libertad de Florence Cassez si tuvieran que enfrentar después el voto popular?
Hago mío algo que me dijo la semana pasada un buen amigo abogado que por años ha lidiado con el poder judicial... “El Poder Judicial está podrido, pero con la Reforma Judicial estará peor”.
Por último, el mejor resultado de esta reforma judicial sería que desapareciera la impunidad en los casos que llegan ante un juez. Pero la impunidad empieza en las policías y agencias del Ministerio Público que no fueron tocadas con esta reforma y que no se ve, en un futuro cercano, que los vayan a tocar.
Por lo pronto separe en su agenda el domingo 1 de junio de 2025. Nos vemos en las urnas en 208 días.