Si no conociese cómo funciona la industria aeronáutica, en estos momentos estaría -como muchos- dando por sentado en todas mis redes sociales que la nueva Mexicana de Aviación es un fracaso de la 4T.
Pero ya lo dijo un novelista, ensayista y poeta inglés, que además era piloto de aviones: “La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”. Aldous Huxley.
Con base en mi experiencia, veo claramente que no es casualidad que la noticia de la demanda interpuesta en una corte de Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica “saliera” el miércoles por la tarde. Muy bien calculado, a sabiendas que ni el jueves ni el viernes (por ser días “santos”) habría conferencias del presidente de la nación, conocidas como “Mañaneras”.
“Soltar” la bomba en ese momento da el tiempo perfecto para que tema madure en las redes sociales, y medios tradicionales de comunicación. El tiempo necesario para que madure, fermente, se pudra y deje el olor fétido en el imaginario colectivo de que la nueva Mexicana de Aviación prácticamente “ya valió gorro”, dicho de manera coloquial.
Sin embargo, la historia es muy diferente. La empresa Petrus Aero Holding, fue la que levantó la mano para conseguirle a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) el arrendamiento de 10 equipos modelo B737-800, para operar la nueva aerolínea del Estado, que llevaría el nombre comercial y logotipo de la antigua Mexicana de Aviación.
Hasta aquí no hay litis en el relato. Posteriormente esta empresa con sede en San Antonio, Texas, en el país vecino, cambió su nombre a SAT Aero Holdings Inc, y es del conocimiento público que quien está detrás de esta empresa es Luis Evia, senior business advisor, como aparece en Linked in.
Resulta que en los hechos, Petrus o SAT Aero Holdings no pudieron arrendar una sola aeronave; los Boeing 737-800NG que hoy opera la actual Mexicana de Aviación son equipos provenientes de las Fuerza Aérea Mexicana (FAM), porque no pudieron jamás concretar un solo arrendamiento.
No creo que por falta de pericia, sino más bien como consecuencia de la escasez de equipos que existe a nivel mundial, y a la que me he referido en muchas ocasiones, por la retahíla de “broncas” que trae desde hace rato la armadora estadounidense Boeing.
Además de esos equipos de la FAM, la nueva Mexicana de Aviación utiliza los aviones de la marca Embraer, con lo que por cierto se hicieron las certificaciones para obtener el “Certificado de Explotador de Servicios Aéreos” (AOC). Repito, desde entonces SAT Aero no logró rentarle un solo avión a la nueva Mexicana.
Con esto claro que resulta ridícula la demanda por un supuesto “incumplimiento de contrato”. La SEDENA al observar los miles de problemas que enfrenta la fabricante de aviones norteamericana Boeing, y que sus retrasos en entrega de equipos a empresas arrendadoras es “monumental”, por decir lo menos, hizo ver la conveniencia de rentar equipos más pequeños y ahora el gobierno actual está en pláticas con Embraer, empresa brasileña de aviones.
Antes de continuar, debo insistir porque los medios insisten en “no entender” que Transportes Aéreos Regionales (TAR) no es una empresa que rente aviones, sino una aerolínea con sede en el Aeropuerto de Querétaro.
Va de nuevo: la empresa que le renta los aviones a TAR, es la misma que le está rentando los Embraer a la nueva Mexicana de Aviación. Y es que TAR aprovechó para renovar parte de su flota, y los aviones que dejó de utilizar, fueron colocados en la aerolínea del Estado.
Aclaro esto último porque muchísimos medios insisten en afirmar que TAR es la que le está rentando los aviones a la nueva Mexicana, y eso es tan falso, como la narrativa que intentan imponer.
Para mí es muy claro que el trasfondo es político, y no económico. Se supone que SAT Aero además de un arrendamiento de aeronaves, que ya quedó claro que jamás ocurrió, estaría encargado del reclutamiento y adiestramiento del personal de tripulación de cabina.
Pero hay una pequeñísima salvedad, que todos los que desconocen la aviación pasan por alto; en efecto, la empresa hizo el trabajo del reclutamiento; incluso una servidora participó al filtrar a los aspirantes que habían sido sobrecargos de la antigua Mexicana. Esta fue una solicitud de la empresa, entonces Petrus, dado que el gobierno había dado la instrucción de que tendrían preferencia los tripulantes de la antigua Mexicana de Aviación en la contratación aquellos compañeros que quisieran regresar a volar.
Evidentemente, la gente de SAT Aero no conocía a mis compañeros. Los que así lo solicitaron supieron desde el principio que para concursar, los requisitos eran que tuviesen todos sus documentos vigentes y en regla.
Lo he dicho más de una vez en este espacio, yo dejé perder la vigencia de mi licencia de sobrecargo, principalmente por el costo de mantenerla vigente. Para darles una idea, solo para poder recuperarla, junto con todos los otros documentos, en el hipotético caso de que una servidora hubiera querido participar, tendría que haber desembolsado cerca de 45 mil pesos. No soy un caso aislado, muchos compañeros cejaron en su intento de regresar a volar cuando leyeron dentro de los requisitos: “documentos vigentes”.
En lo que atañe al adiestramiento, este se realizó en las instalaciones del Centro de Adiestramiento a Tripulaciones (CAT) que pertenece a Compañía Mexicana de Aviación, S.A. de C.V. y que una vez que nos paguen a los trabajadores, pasará a manos del Estado, así que la pretensión de SAT Aero de cobrar por el adiestramiento del personal aeronáutico, cuando fue en las instalaciones del CAT, me parece un despropósito mayúsculo.
Ahora, otro gran error -y lo leí en el periódico Reforma-, jamás se ha hablado de “comprar equipos”, esa es una enorme falacia; siempre se habló en los hechos de rentar aviones.
Según lo dicho por el diario Reforma, el gobierno “rompió su acuerdo al no pagar 5.5 millones de dólares en depósitos para el arrendamiento de los 2 primeros aviones, de un total acordado de 10″.
Pero hoy por hoy no hay un solo equipo operando que este rentado a SAT Aero porque no pudieron cumplir con los arrendamientos prometidos, que no son la adquisición de aviones, sino la renta de estos.
En términos generales, el inicio de operaciones de la Aerolínea del Estado Mexicano ha causado ámpula, sin embargo no ha habido un solo paso que no sea de transparencia en toda la información.
A pesar de ello, factores reales de poder se empeñan en denostar y dinamitar a la nueva Mexicana de Aviación. Se los he demostrado en varias ocasiones, en realidad quien mueve al pasaje en nuestro país son las aerolíneas extranjeras; necesitamos de manera urgente consolidar nuestra industria aeronáutica, pero esto solo se va a lograr si entendemos que esto pasa por la soberanía aérea.
En este impasse perfectamente calculado para días de asueto, lo que veo es un berrinche enorme de la gente de SAT Aero. Dos hechos irrefutables: no fueron capaces de cumplir con lo prometido, y el gobierno dijo “no puedo seguir esperando”, y buscó otras opciones.
Dudo mucho que su demanda proceda, sin embargo tienen todo el derecho del mundo de acudir ante los tribunales que ellos consideren competentes y con la jurisdicción necesaria.
Lo que nunca consideraré una “casualidad” es que lo hayan hecho público justo en este momento. Yo leo una maravillosa oportunidad de recuperar algo de lo perdido. En términos llanos: “Ya no pude hacer negocio, bueno, aprovecho la coyuntura electoral, y saco algo de raja política”. Y me consta que la oposición electoral está ávida de este tipo de casos, para explotarlos.
Cierro con lo siguiente: de demandas me como un taco; durante estos años y a raíz de la bajada de vuelo de la antigua Mexicana de Aviación se llevaron a cabo miles de demandas, incluso algunas en Estados Unidos, y lo digo fuerte y claro: ninguna prosperó.
SAT Aero está en toda la libertad de demandar a quien quiera, lo que quiera y ante quien quiera, pero de ahí a que proceda hay un enorme trecho. No soy yo quien lo va a dirimir, pero al ver sobre lo que versa su demanda, creo que no será muy complicado demostrar que quien en realidad no cumplió, fueron ellos.
Mientras, en redes sociales y medios impresos, la oposición se llena la boca y se regodea con las miles de notas -todas negativas por supuesto- en torno a este caso, pero como todos y cada uno de sus supuestos “bombazos”, este ya se les cebó.
Como dato cultural, tanto la página de Facebook como de Instagram de SAT Aero la última vez que publicaron fue previo al arranque de operaciones de la nueva Mexicana de Aviación, el 23 de diciembre del año pasado. Así de activos están para conseguir aviones ¿no? ¡A otro perro con ese hueso!