El excanciller Marcelo Ebrard hizo acusaciones graves –sin presentar ninguna prueba– sobre la supuesta competencia dispareja a la que se enfrenta. Lo anterior, dijo, se debía a que él iba arriba en las encuestas. Argumentó que era una competencia entre Claudia y él y después procedió a exponer una encuesta –sin exhibir la falta de rigor de la metodología– en la que sale en primer lugar.
Lo primero que vale la pena destacar es que en todas las encuestas –incluso las publicadas por medios adversos a la 4T o con metodologías cuestionables, como la de El Financiero– Claudia Sheinbaum muestra una cómoda ventaja. Está por publicarse la encuesta de Enkoll en El País, pero no se prevé que haya sorpresas.
Lo segundo es que, bajo el argumento de Ebrard de que todas las encuestas están sesgadas o cuchareadas, ¿con qué parámetros él descalifica al resto de las corcholatas? ¿Cómo saber si no hay un segundo y tercer lugar empatados, por ejemplo? Si su encuesta es tan radicalmente distinta al resto de las encuestas públicas ¿cómo saber el tablero real? La respuesta es obvia: es absurdo pensar que todas las encuestas están mal y solo la suya es correcta. Esto es particularmente irresponsable, pues, como sabemos, el método de selección de Morena mediante encuesta está en los estatutos del partido, fue aceptado por unanimidad por el órgano máximo de decisión, el Consejo Nacional de Morena, y fue firmado por todos los aspirantes. Destaco también que el método incluye mecanismos de transparencia como lo son las encuestas espejo con encuestadoras sugeridas por todos los aspirantes y los representantes de cada uno que acudirán como observadores del proceso de levantamiento de encuestas.
Lo tercero: la encuesta que presenta Ebrard. Rubrum, la única encuestadora que le da el triunfo a Ebrard, exhibe deficiencias en la metodología y ha tenido desatinos mayores en las últimas elecciones.
Problemas metodológicos:
- Es por llamada automatizada, es decir te llama un robot que realiza la encuesta
- Con un margen de error de casi 4%, superior al de la mayoría de las encuestas (Enkoll, por ejemplo, tiene un margen de +/-2.83%.
Estimaciones erradas recientes:
- Rubrum estimó que Morena iba arriba en Coahuila. Morena perdió por más de 30 puntos porcentuales e incluso si sumamos los votos de Guadiana por Morena y Mejía Berdeja por el PT, el PRI habría superado al partido guinda por más de 20 puntos.
- Una vez que Mejía Berdeja traicionó y se postuló por el PT, lo pusieron medio punto arriba de Guadiana. Guadiana le ganó a Mejía Berdeja por poco más de 8 puntos.
Las reacciones de las corcholatas
La reacción de la mayoría fue de respaldo al proceso interno y de compañerismo. Al excanciller solo lo acompañó Ricardo Monreal en su reclamo, quien, recordemos, es conocido por dinamitar los procesos internos del partido.
Adán Augusto pidió no caer en desesperación, llamó a actuar con prudencia y paciencia; Fernández Noroña calificó de prepotente y arrogante la declaración, además, calificó de torpe la decisión de excluir a los demás aspirantes. Por su parte, Manuel Velazco pidió a Ebrard presentar pruebas si es que las tenía, y mencionó que no eran tiempos para hacer circos mediáticos ni acusaciones internas, sino de construir unidad. La exjefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, negó las acusaciones de Ebrard, llamó a la unidad y mencionó que “todos hacemos falta en este proyecto” y que “jamás me verán hablar mal de mis compañeros”.
A diferencia que el proceso interno de la oposición, el de Morena es muy claro. No es ético ni estratégico para amenazar con dinamitarlas bajo argumentos endebles y acusaciones falsas.
Vivimos momentos históricos, por lo que hay que actuar con prudencia para estar a la altura de las circunstancias. El adversario –aunque hoy esté herido y debilitado– sigue siendo muy poderoso y, sobre todo, el país merece seguirse transformando. Ninguna ambición personal, por legítima que sea, puede ir por encima de un proyecto.
El pueblo observa con atención.