El miércoles pasado, los trabajadores de Interjet estuvieron afuera de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) exigiendo un pago que les deben. Recordarán que con base en un documento que contenía parte de las actuaciones judiciales, hace unos días pude analizar y compartir con ustedes el estado de las cosas hasta ese momento, y como mencioné, faltaba conocer el sentido del último acuerdo del juzgador.
Y es que el primer día de este mes, el síndico de la quiebra, Lic. Alfonso Ascencio Triujeque, afirmó ante el juez que sus cuentas estaban correctas, y por lo tanto pidió la aprobación de su propuesta para la dispersión de una cantidad de dinero que tiene bajo su custodia. Pero ayer mismo, el Juzgado Segundo de Distrito en materia de concursos mercantiles con sede en la Ciudad de México emitió un acuerdo en el que rechaza la propuesta de dispersión, aduciendo falta de precisión en el trabajo del síndico.
Justamente ante este escenario, con el síndico dando tumbos y los trabajadores movilizados en la calle, que la familia Del Valle hace su aparición en medios de comunicación y redes sociales, como si hicieran falta turbulencias. No es casualidad, bien dice el refrán que “A río revuelto, ganancia de pescadores”.
Los trabajadores de Interjet están molestos y no les falta razón, y ahora hicieron presencia con la Sección 15 de la CTM, el sindicato que aglutina a los trabajadores de dicha línea aérea. Mientras exigían afuera de la JFCA se destraben los pagos, los Del Valle utilizaban sus redes sociales para manifestar lo siguiente:
“Exigimos al Síndico Alfonso Triujeque le pague a toda la #FamiliaInterjet hay más de 800 MILLONES, y con oficios oficiales se le prometió pagar a la gente el mes de Febrero del 2024 #PagaTriujeque💰 #AlfonsoTriujequePaga 💸 #NoMasMentiras ‼️ ¡YA PÁGANOS TRIUJEQUE! ✈️ 29deFebrero”
Familia Del Valle
De verdad, yo quiero dejar de señalarlos, pero esta familia no se ayuda, no conoce los límites. “Páganos”, dicen, pero a quienes se les debe pagar, según esa sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos, es a los trabajadores.
Mención aparte merece que si a la fecha no se ha efectuado este pago, ello obedece a diferentes motivos. El juzgador exige del síndico mayor claridad y precisión, y este argumenta que no puede hacerlo porque los Del Valle no le han entregado toda la información fiscal y contable, y estos administradores dicen que no tienen acceso a esa información. Y mientras, el tiempo pasa, y en los hechos, el síndico parece estar más preocupado en “resguardar” dinero para cobrar sus honorarios, antes que el pago a los trabajadores.
Otro refrán dice: “Piensa mal y acertarás”. Yo no entiendo como un perito en la materia, como dicen que es Alfonso Triujeque, cometa tantas imprecisiones, inconsistencias y falta de claridad en su trabajo. Su función es encargarse de los bienes de la quiebra, asegurarlos y administrarlos, y luego proceder a su liquidación y a la distribución para pagar a los acreedores.
Sus “errores” no son percepción mía; el fuez federal se lo ha ido detallando uno a uno en -por lo menos- las tres últimas resoluciones en las que le ha rechazado su propuesta de dispersión. ¿En serio?, ¿ahora resulta que el síndico no sabe cómo desempeñar su trabajo? No lo creo, más bien parece una negligencia premeditada para alargar el juicio el mayor tiempo posible, y desgastar hasta niveles ignominiosos a los trabajadores.
Voy a pensar mal, y a lo mejor acierto, pero no es normal que la familia Del Valle insista en que Interjet va a regresar al mercado, cuando la quiebra ya es un hecho, pues la sentencia que la decretó ya causó estado, es decir, está firme.
Por lo tanto, además de cansino es insultante el discurso de “retomar el vuelo”, siempre y cuando el síndico les pague a los trabajadores. ¡Por favor!, y agregan que eso les daría el pie para comenzar a negociar con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) el pago de los impuestos adeudados, y luego a renegociar sus cuentas pendientes con los acreedores. ¿En dónde, en Interjetlandia?
Y eso no es todo, viene lo mejor, dicen que están ansiosos por comenzar a capacitar a sus tripulaciones ¿cuáles? La gran mayoría ya está volando en Aeroméxico, VivaAerobus o Volaris, incluso, hay quienes lograron colocarse en Qatar. No es más que una abyecta promesa para tratar de convencer a los trabajadores de levantar la huelga sin cobrar los laudos que ya tienen ganados,
Suponiendo que existiera ese “mágico mundo de colores”, ¿irán a volar en dragones, pegasos, hipogrifos o mantícoras? Porque en aviones no creo que puedan.
Insisto, dentro del mundo de las compañías arrendadoras de aviones, Interjet no es una empresa de fiar por los enormes adeudos que dejaron; hace un mes declaraban a distintos medios que de pagarse este dinero, para este mes o en abril estarían ya en condiciones de volver a operar. Sabemos que eso es falso, pero no les preocupa mentir; así lo han hecho todo este tiempo desde que tomaron el control de Interjet. Las fechas para el arranque de operaciones las han ido “pateando” hacía adelante, poco después declararían una vez más que el arranque sería para el mes de agosto.
Los más afectados en este asunto siguen siendo los trabajadores, con un síndico que más que hacer un plan de dispersión equitativo, está asegurándose su pago, y unos “dueños” de Interjet entorpeciendo la impartición de justicia, al quererse erigir como voceros de los trabajadores, y paladines del debido proceso, pero metiendo debajo de la alfombra el hecho de que ellos les adeudan más de 2,800 millones de pesos a los trabajadores.
Explico: son procesos diferentes (y por ende, deudas diferentes) uno derivado de la huelga estallada por los trabajadores cuando la empresa tenía un mes de haber parado las operaciones y que llegó a un laudo que condena a Interjet a pagar a los trabajadores sindicalizados 2,800 millones de pesos.
Por otro lado (aunque al mismo tiempo) está el juicio de concurso mercantil, que recordemos no fue solicitado por Interjet, sino por un acreedor distinto. Dicho proceso ya pasó por la fase de declaratoria de quiebra de la compañía aérea.
En ese juicio, cuyo expediente tiene más 50 tomos, es donde el síndico recuperó poco más de 800 millones de pesos de diferentes fuentes, ni un solo peso proveniente de los Del Valle para el pago a los acreedores, siendo los trabajadores los primeros en cobrar. Ese dinero es el que el síndico quiere dispersar, apartando primero sus honorarios. Ese dinero es el que los Del Valle quieren “publicitar” como un paso “cada vez más cerca de retomar el vuelo”.
Como podemos ver son cosas distintas, pero ambos recursos van encaminados a los trabajadores, porque así lo marca la ley, que son los primeros acreedores en una quiebra, y a quienes se les debe pagar su laudo, ya ganado en la JFCA.
No queremos que este caso termine empantanándose como muchos otros. En México tenemos un lamentable ejemplo de trabajadores que están lejos de recibir algún tipo de justicia, y me refiero al caso de AeroCalifornia, quienes el domingo 10 de marzo llevaron a cabo una reunión, y se han sumado al movimiento Barzón Popular, de Crescencio Morales, el mismo personaje que estuvo apoyando a los compañeros de la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (AJTEAM).
Los trabajadores de AeroCalifornia también tienen su laudo ganado en la JFCA, pero no han podido hacer líquido ya que la aerolínea ya no tiene bienes de dónde puedan cobrar. Precisamente no queremos que eso mismo pase con los compañeros de Interjet. Dejo para más adelante el análisis del caso de AeroCalifornia, que bien merece un espacio y mención propios.
Ahora lo importante es que el síndico realice bien su trabajo y deje a un lado sus pretensiones económicas. Tan solo con lo que ha cobrado por llevar la quiebra de Mexicana, el hombre podría vivir sin mucha preocupación, pues son millones los que se ha llevado, y en este caso pretende lo mismo.
Aprovecho la temporada de elecciones federales. Es más que obvia la urgencia una reforma a todo el sistema de impartición de justicia, y en específico al rubro de justicia para los trabajadores.
Es una constante en la historia de nuestro país que los empresarios gozan de total impunidad, mientras lo que la clase obrera es la que termina pagando los platos rotos. Pensando en esto es por lo que sumo mi grito de inconformidad a la protesta valiente de mis compañeros de Interjet.