Aprovechando que los pilotos de Aeroméxico, agremiados a la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), siguen en negociaciones con la aerolínea, hablemos de las campañas que realizan en medios.
En la actualidad, como sociedad nos movemos en las distintas redes sociales y es ahí donde actualmente podemos ver y conocer desde posicionamientos, intenciones, avances, retrocesos, discursos y narrativas de la industria aeronáutica.
Generalmente son las aerolíneas las que manejan el discurso mediático, y en la actualidad, la gran mayoría de ellas incluso utilizan a su personal como parte del “marketing”.
Los pilotos de ASPA han sacado una campaña muy semejante a los pilotos de Air Canada. Dejen les platico cómo estuvo en el caso de los pilotos canadienses. Ellos publicaron una serie de videos enfocados en ciertos temas muy específicos, como: “An airline pilot spends a great deal of time away from family. We asked Air Canada pilots to describe how their schedules work.” (Un piloto pasa mucho tiempo lejos de su familia. Les pedimos a los pilotos de Air Canada que describieran cómo funcionan sus horarios).
Con esta serie de videos, intentaban sensibilizar a la población acerca de cuál es la realidad de los pilotos, y con ello lograr su simpatía en el caso de que estallasen su huelga.
Ahora los pilotos mexicanos agremiados a ASPA han sacado un video muy similar al de sus pares canadienses, y en el queda clara la finalidad: explicar cuál es el trabajo que tienen, y voy a decir dos cosas: lo lograron, pero la verdad es que “se quedaron cortos”.
Con una duración de poco más de 2 minutos, el video abre con el siguiente texto “les preguntamos a los pilotos de Aeroméxico” y vemos a varios de ellos en secuencias entrecortadas, sentados en una silla, algunos con su uniforme y a otros sin él. Posteriormente aparecer otro texto con la pregunta ¿cómo es la rutina de un piloto?, y a partir de ahí, en cascada, ellos responden.
Con ese video tenemos la oportunidad de acercarnos a lo que generalmente “no se ve”. En poco más de 120 segundos, en verdadera ráfaga, escuchamos de viva voz a los profesionales hablando de su día a día, de lo que deben hacer, y de lo que deja de hacer por cumplir con su trabajo.
Quiero dejar en claro que mi intención es coadyuvar a que los pilotos de Aeroméxico encuentren las áreas de oportunidad necesarias e indispensables para una comunicación más efectiva con los usuarios. Por eso, y solo por eso, quiero opinar que noté algunas “fallas” en la comunicación, y que pueden mejorarse.
Lo digo con “los pelos de la burra en la mano”, como alguien que, aunque con funciones y responsabilidades diferentes, ha estado en la misma trinchera. Yo, como sobrecargo sé muy bien lo que significa y lo que se siente estar comiendo en el galley, mientras el pasajero se te quedaba viendo como si fuese uno extraterrestre, y no dejaban caer a rajatabla la frase, que más que pregunta es una exclamación de sorpresa: ¡¿ustedes también comen?!
No, no estoy exagerando, no fue una, sino varias veces que me lo dijeron diferentes pasajeros en distintos vuelos. Una muestra de que a veces se cree que son duendes mágicos y polvo de hada lo que hace volar a los aviones, y que uno no es un trabajador, sino un ente que usa pilas, o que de plano se recarga vía energía solar.
Para muchos pasajeros, los pilotos no son más que choferes que conducen el avión, y hasta ahí. Deben ustedes saber que he sostenido acaloradas discusiones con quienes consideran que están sobre pagados, porque “no hacen nada”, pues “vuela el piloto automático”.
Es bastante complicado que desde fuera de la industria, se alcance a entender en toda su magnitud cuál es el trabajo que se desempeña a bordo de una aeronave, más allá de las preconcepciones que existen. Evidentemente no es un trabajo godín, de lunes a viernes y con jornadas rigurosas de ocho horas, y el sagrado tiempo para los alimentos.
Un tripulante (piloto o sobrecargo) puede empezar su jornada laboral en la mañana, a mediodía, en la tarde, en la noche, e incluso en la madrugada. Aquí mi primera observación para la campaña de ASPA, pues en este punto hay que ser profundamente “machacones”, si lo que se busca es que público favorecedor entienda lo complicado de una jornada laboral de un piloto de aviación.
Para los tripulantes es tan “normal” que a veces olvidamos mencionarlo, pero no todos saben que es un trabajo básicamente sin horarios fijos.
Después, en el video que comento, los entrevistados hablan del tema de los aterrizajes, y debo decir que el mensaje queda muy vago, sobre todo cuando dicen “y en algunas aerolíneas hasta seis (aterrizajes) al día”. Conozco cómo funciona Aeroméxico, y hablar de “otras líneas aéreas” es un eufemismo que le quita “punch” al discurso. El pasajero normal debe saber que los pilotos y sobrecargos de Aeroméxico pueden llegar a hacer entre cuatro y seis aterrizajes en un solo día, si así lo exigen las necesidades del servicio.
Es muy diferente si le informan a su pasaje que a veces en un solo día llegan a despegar y aterrizar hasta seis veces; y es justamente aquí donde se debe aprovechar para hacer saber las alteraciones que tiene el cuerpo a presurizarse y despresurizarse tantas veces en un mismo día. Es un proceso tan silencioso como peligroso para los tripulantes, y al final pasa factura a su salud.
Más adelante se aborda el tema de las jornadas, y ¡claro! cuando se realizan vuelos transoceánicos, como lo hacen los pilotos de Aeroméxico, es evidente que se tienen jornadas extensas, pero es lo mismo cuando hacen varios vuelos en el mismo día, y no pernoctan, sino que regresan a la base.
Aclaro que “la base” es el punto de partida para el inicio de su jornada laboral; lo más común es que sea el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) pero también tienen bases en Guadalajara, Monterrey y Cancún; (que alguien me ayude si es que tienen base en Tijuana)
Pero hablando concretamente de la campaña de ASPA, sé muy bien que la dinámica actual de las nuevas plataformas favorece los videos cortos, ya que la atención de muchos usuarios difícilmente va más allá de los 30 segundos; pero desde mi muy particular punto de vista, más que imitar lo que hicieron los pilotos de Air Canada, los pilotos de Aeroméxico pueden hacer una campaña mucho más amplia en medios y redes sociales. Si tiene que ser con videos cortos, entonces hacer muchos más, para poder tocar todos los temas, pues todos son importantes.
Por ejemplo, un video dedicado a las jornadas, preguntando ¿cuánto tiempo vuela un piloto de Aeroméxico? Y sí, las respuestas fluirán: puede volar hasta 14 o 16 horas en un solo día. Otro video ¿cuántos despegues y aterrizajes pueden realizar en un solo día? Respuesta, hasta seis aterrizajes.
¿Sabías que un piloto fatigado por las extensas jornadas puede disminuir la seguridad en la operación de vuelo? Y es que es muy necesario que los pasajeros conozcan esa parte. Hasta que le llegue este mensaje serán conscientes de cuán importante es la salud de los tripulantes durante un vuelo; mientras eso no suceda, créanme que ninguna aerolínea les va a dar esa importancia a los tripulantes.
Estoy convencida, quienes deberían de ser los más interesados en tener tripulaciones sanas son los pasajeros. Sin embargo, todavía no podemos hacer llegar el mensaje de que son los tripulantes sanos física y mentalmente quienes harán un vuelo 100% seguro.
Puede ser agresivo, pero lo estaría repitiendo como mantra en todos los videos, que bien podrían ser monotemáticos, tal vez sobre jornadas, o duración de vuelo, y por supuesto haciendo patente el sacrificio que hacen en cuanto a la vida familiar.
Esa parte también quedó muy “en el aire”; para que el pasajero llegue a su destino, el tripulante vuela los 365 días del año, sin importar la fecha, si es Navidad, Año Nuevo, vacaciones de Semana Santa o Día de la Madre.
Difícilmente se entiende que los tripulantes, para cumplir con su trabajo, más de una vez tendrán que olvidarse de asistir a los festivales escolares de los hijos, o de los cumpleaños de tus familiares o del propio. Como se dice en la aviación “uno se renta para eso”, pero ese sacrificio no es gratuito, y tiene un costo, a veces muy alto.
Esa es una de las razones por las que yo no regresé a volar. Imaginen, volar por varios días, se traduce a no estar en casa; con jornadas de más de 12 horas, dejando a un lado la vida personal. Literalmente, te vuelves “el sin amigos”, porque dejan de tomarte en cuenta para alguna salida o festejo, ya que “nunca estás”.
Al final, eso termina afectándote emocionalmente, y si no se habla de frente y se dice con todas sus letras, pasará desapercibido. Por eso al ver el video de ASPA, mi opinión es que le falta mucha información, que conecte emocionalmente con los pasajeros.
Pueden intentar otra serie de videos, en la que los testimonios corran a cargo de los familiares de los pilotos. No necesito imaginarlo, sé muy bien que además del orgullo y reconocimiento, también notaríamos las ganas del familiar de pasar más tiempo con el tripulante.
Sé y estoy consciente de lo complicado que es hacer este tipo de trabajos con niños y menores de edad, por las políticas actuales de protección a la infancia, pero existen muchos recursos. Tal vez usando voz en off, sin mostrar los rostros, hablando del orgullo que le da que su papá o mamá sea piloto, pues sabe que reúne a familias, gracias a que los lleva “volando” de un lado a otro, aunque eso implique no verlo todo el tiempo que quisiera.
Y si me preguntan, yo lo haría como campaña permanente, no solamente porque están en un periodo de revisión de su contrato colectivo, sino que sirva para sensibilizar al pasaje, y que sean ellos quienes empaticen y aboguen por los tripulantes ante sus aerolíneas.