Sin el mínimo respeto a los principios de su partido, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ha venido actuando como mandadero de Morena y convirtiendo lo que queda de su partido en correa de transmisión de las peores aberraciones políticas, sociales y económicas.

Alito solicitó licencia como gobernador de su natal Campeche para convertirse en el presidente del PRI justo en momentos en que el gobierno de AMLO empezaba con tropelías, como la guerra contra el huachicol, las transas en el sector salud, los abrazos y no balazos, y las obras faraónicas como el Tren Maya, que destruyó reservas ecológicas y no hubo oposición, también cancelaron el NAIM y no hubo oposición y así se pueden enumerar muchas acciones que se tomaron arbitrariamente y resultaron contrarias al bienestar y el desarrollo, desde la desaparición del Seguro Popular, la inacción del gobierno para enfrentar la pandemia del Covid, hasta la desaparición de los organismos autónomos y la destrucción del Poder Judicial, y todo sin oposición.

Cuando más falta hacía una oposición que actuara con firmeza como contrapeso, vergonzosamente sirvieron de comparsa.

“Amlito”

La gubernatura de Alito fue tan desastrosa que abrió el camino para que llegara la morenista Layda Sansores. Alito carece de experiencia como político, pero lo cubre con su mayor virtud que es cumplir órdenes, tan es así que le pusieron como asesor al oaxaqueño José Murat Casab, un personaje oscuro que en su juventud fue un porro y en el PRI lo apodaron el talibán por sus métodos terroristas y gansteriles.

El objetivo fue colocar al PRI como un aliado de Morena y controlar a aquellos cuadros que pudieran ser oposición. Fue tal el descaro que se dice que AMLO le decía “Amlito”.

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En 2021, la dupla se encargó de imponer candidatos afines a Morena, aunque al final, el triste desempeño del PRI puso en jaque la estrategia de AMLO para la aprobación de sus reformas constitucionales, porque de las 70 diputaciones que obtuvieron, la mayoría eran contrarios a los intereses de Murat y Alito.

Murat

Luego el hijo de Murat, el ex gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, dio el paso esperado, se pasó a Morena y dejó las riendas del gobierno a Salomón Jara, que ha sido mencionado por su relación con grupos del crimen organizado.

Murat Casab perteneció al grupo salinista que se mantuvo en desacuerdo por la democratización del PRI y en contra de las reformas que proponía Luis Donaldo Colosio. Se sabe que Murat fue el responsable de cambiar la logística del evento en Lomas Taurinas, donde resultó cobardemente asesinado el candidato, que fue quien cambió el escenario, que contrario a toda lógica no tenía salidas y era muy peligroso, y que cuando se enteró, el general Domiro encargado de la seguridad de Colosio, se opuso, pero no pudo hacer nada.

Murat es parte del grupo político que comanda el sonorense Manlio Fabio Beltrones, junto con el pluripartidista Ricardo Monreal, quienes se dicen “hermanos” inseparables y fueron los que apoyaron a Alito para la presidencia del PRI.

Este grupo de priistas-morenistas tiene un pleito de mafia con el también terrible Grupo Tabasco de Adán Augusto López y, aunque han protagonizado una serie de pleitos y conflictos que han puesto al país en vilo, se juntan cuando se trata de destruir o de complacer al líder.

Se recuerda que Adán Augusto mandó a Manuel Velasco a amenazar a Alito cuando incumplió el acuerdo de votar en 2022 la reforma a la ley eléctrica propuesta por AMLO. En aquella ocasión Alito se vio rebasado por sus propios correligionarios que decidieron ir contra la locura de propuesta enviada por el ejecutivo y Alito quedó como incompetente y traicionero.

Sumisión por impunidad

En aquellos momentos se difundió la grabación de una conversación entre el líder priista y Velasco donde le advertía: “Te voy a hablar en clave, me mandaron a traer ¿ok?, hace como una hora y media, nuestro amigo, nuestro hermano, ya sabes con quién, -refiriéndose a Adán Augusto- sí, habló con su jefe ahí enfrente de mí y que si no jalabas, se iban a ir con todo”.

Después Layda Sansores se encargó de dar a conocer al menos cinco audios donde se escucha a Alito revelando supuestos actos de corrupción y sentencias violentas en contra de la prensa, la aliada de López Obrador dijo tener decenas de horas de grabaciones.

Finalmente, Alito se alineó y las demandas en su contra, incluida una solicitud de desafuero, se guardaron en el cajón del olvido. Dócil desde entonces, Alito se puso de pechito, incluido para aprobar la reforma al poder judicial.

En el Congreso Beltrones y Monreal, Alito y Manuel Añorve y en la Cámara de Diputados, Adán Augusto y Manuel Velasco, negociaron comisiones y tomaron decisiones, como que la priista Marcela Guerra presidiera la comisión de la defensa, o que Manuel Velasco fungiera como intermediario para futuros diálogos entre los legisladores del PRI y Morena y todo a espaldas de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Alito ha traicionado todo y a todos. A la patria, a la oposición, a su partido y a su militancia.

X: @diaz_manuel